Diciembre… ¡El Granma, Raúl, el desembarco del Granma! Ahí Fidel, ahí Raúl, que son de los que no están diciendo “yo hice”, sino que dicen “yo estoy haciendo Revolución”, siguen siendo consecuentes con los Principios.
Comandante Daniel Ortega en la XXII Cumbre del ALBA-TCP, 14 de diciembre de 2022
La expedición fue organizada desde México por el Movimiento 26 de Julio, bajo el liderazgo de Fidel Castro. Su objetivo era enviar un contingente de hombres entrenados en tácticas militares para iniciar una lucha armada en las montañas orientales de Cuba, con el propósito de derrocar la dictadura de Fulgencio Batista.
Para la travesía, era esencial contar con una embarcación capaz de soportar toda la carga necesaria para el traslado a la isla. Por ello, se dio la orden a Antonio del Conde de adquirir un navío que cumpliera con estos requisitos. Del Conde optó por el yate Granma, construido en 1943, que contaba con una estructura de madera y un motor diésel. Esta embarcación, de una sola cubierta, carecía de mástil y presentaba una proa inclinada y una popa recta. Matriculada en el puerto de Tuxpan, el Granma estaba originalmente destinada a la navegación de altura y al uso recreativo. Tras realizar una inspección del yate, Fidel Castro decidió utilizarlo para la expedición.
Comunicación de venta del Granma.
Selección de los tripulantes del yate Granma
El número de hombres en el Granma era de 82, algunos restantes no pudimos traerlos. ¿Saben cómo hicimos al final la lista aquella de la selección? Por orden, por supuesto, de los que tenían más experiencia, más práctica, etcétera, etcétera, y al final había como 15, más o menos, en la misma categoría, y entonces dijimos: ¿Para llevar el mayor número qué hacemos? Y los escogimos por el peso y el tamaño: los más chiquiticos de toda nuestra tropa fueron al final escogidos, y se quedaron tres o cuatro gordos —se lo advierto—; esos no vinieron, y después no había quien los convenciera de por qué no los habían traído, y sencillamente no se habían traído porque donde venía uno cabían dos, y para llegar a 82 en el Granma tuvimos que hacer eso.
Comandante Fidel Castro, 13 de marzo de 1991.
La travesía
La madrugada del 25 de noviembre de 1956, el yate Granma zarpó por las aguas del río Tuxpan, bajo una intensa lluvia y con las luces apagadas. La tripulación debía eludir la vigilancia del faro y del puesto naval de la marina mexicana que custodiaban la salida hacia el mar abierto. Una vez en alta mar, los fuertes vientos y el violento batir de las olas comenzaron a hacer tambalear la embarcación. De los 82 expedicionarios, muy pocos contaban con experiencia en navegación, lo que provocó que muchos se marearan y sufrieran las inclemencias del oleaje. Ernesto «Che» Guevara, quien se desempeñaba como médico de la expedición, describió así la caótica situación que reinaba a bordo del yate:
El barco presentaba un aspecto ridículamente trágico: hombres con la angustia reflejada en el rostro, agarrándose el estómago. Unos con la cabeza metida dentro de un cubo y otros tumbados en las más extrañas posiciones, inmóviles y con las ropas sucias por el vómito.
Una vez alejados de la costa mexicana y habiendo eludido la vigilancia de la guardia fronteriza, encendieron las luces y entonaron el Himno Nacional de Cuba, así como la Marcha del 26 de Julio, finalizando con consignas revolucionarias. Fidel Castro ordenó armar a varios miembros de la expedición en caso de que los guardafronteras mexicanos intentaran interceptarlos. Entre el 25 y el 27 de noviembre, los expedicionarios navegaron por el Golfo de México.
En la madrugada del 28 de noviembre, el yate Granma se adentró en el mar Caribe. Al amanecer del 29, se dio la orden de prepararse para el combate, ya que se acercaban dos naves sospechosas; sin embargo, resultaron ser solo dos pesqueros que continuaron su camino sin prestar atención a los expedicionarios. Durante el 30 de noviembre, el yate mantuvo su rumbo hacia la isla, y ese día la radio a bordo captó noticias sobre un levantamiento en Santiago de Cuba.
Sin embargo, había fallado una de las premisas fundamentales del plan táctico: la simultaneidad del alzamiento en Santiago con el desembarco en Cuba, lo cual era crucial para distraer las fuerzas de la dictadura. Además, se supo que Batista tenía información sobre la salida del yate y su propósito; los mandos militares habían circulado la descripción del Granma junto con instrucciones para su captura. Esto aumentaba la tensión y el riesgo para los expedicionarios mientras se acercaban a su destino.
02 de diciembre, desembarco de los expedicionarios del Granma
Con 82 hombres, más las armas, las municiones, los alimentos, y el combustible adicional, pierde velocidad y llega en siete días en vez de cinco, con apenas una pulgada de combustible en los tanques. Nos retrasamos dos días. Y nos atacan tres días después del desembarco.
Comandante Fidel Castro
Desembarco del Granma, 02 de diciembre de 1956.
En una punta de mangle conocida como Los Cayuelos, a tan solo dos kilómetros de la playa Las Coloradas (lugar donde planeaban desembarcar), el yate Granma encalló, lo que obligó a los expedicionarios a adelantar su desembarco. Era la 06:50 horas del 2 de diciembre de 1956. Este imprevisto marcó el inicio de una nueva etapa en su misión, ya que debían actuar rápidamente para evitar ser detectados y capturados por las fuerzas del régimen de Batista. A pesar de las dificultades, los hombres se prepararon para desembarcar y comenzar su lucha por la liberación de Cuba.
Combate en Alegría del Pino
Los expedicionarios fueron sorprendidos por el ejército de Batista y, al ser atacados desde varias direcciones y con la cadena de mando rota, se retiraron en pequeños grupos. Veintiún hombres, apoyados por campesinos de la Sierra Maestra organizados por Celia Sánchez Manduley, lograron romper el cerco y reagruparse para formar el núcleo del futuro Ejército Rebelde. Un número igual de expedicionarios murió, la mayoría asesinados tras ser capturados. Diecinueve lograron escapar y algunos se unieron a la lucha en las montañas, mientras que el resto fue hecho prisionero y enviado a prisión hasta el final de la guerra.
Así inició heroicamente la lucha en Sierra Maestra que llevó al triunfo revolucionario el primero de enero de 1959.