Barricada

Toma de El Jícaro: el inicio de la ofensiva final

Toma de El Jícaro 26 de marzo de 1979

El 26 de marzo de 1979, hace 44 años, el Comandante Germán Pomares, tomó El Jícaro, Nueva Segovia, en el Frente Norte “Carlos Fonseca”: iniciaba así la Ofensiva Final contra la dictadura militar somocista.

Consideramos importante contextualizar esta efeméride y reconstruir brevemente los antecedentes que nos llevaron a los meses de junio y julio de 1979. Por esta razón, proponemos hoy a nuestros lectores extractos de un texto fundamental para nuestra militancia: Apuntes iniciales sobre el FSLN del Comandante Tomás Borge Martínez.

Estos apuntes fueron escritos en 1981 y publicados por el Ministerio del Interior.

El Comandante Tomás Borge, único fundador del FSLN que logró ver el Triunfo de la Revolución, destaca en este texto los principales eventos, que marcaron la historia de nuestra organización. Estas páginas nos permiten comprender mejor el proceso que llevó el pueblo nicaragüense, vanguardizado por el FSLN, a la victoria del 19 de julio de 1979.

Según el Comandante Tomás Borge, para contextualizar históricamente la Ofensiva Final, debemos regresar al octubre de 1977, cuando inicia aquella etapa que el mismo definió como “La Ofensiva Ininterrumpida”.

LA OFENSIVA ININTERRUMPIDA

El descenso relativo en que cayó la vanguardia en el plano militar después de 1974, se interrumpe en 1976 con la ofensiva Sandinista que se inicia con la toma del cuartel San Carlos, continúa con la toma del poblado de Mozonte, el ataque al cuartel principal de Masaya y la toma del cuartel de San Fernando.

Octubre de 1977 ocurre gracias a una modalidad de carácter ofensivo que se da a la lucha armada en un momento en que la crisis del somocismo es muy aguda. 

 […]

Mientras la dictadura perdía terreno tanto nacional como internacionalmente, la guerrilla libraba una tenaz lucha con el objetivo de contrarrestar la iniciativa militar que desde finales de 1975 el somocismo le había arrebatado. Esta actividad guerrillera conjugada con la actividad diaria desplegada por el FSLN, a nivel nacional motivó el fracaso de los planes del enemigo orientadas a la eliminación de la Vanguardia.

Ante la aguda crisis de la dictadura somocista, el imperialismo y la reacción maniobraron con el objetivo de darle una salida a la misma. Con este fin buscaron como hacerle ciertos ajustes al sistema somocista pero sin tocar para nada las bases de sustentación del sistema: el poderío económico y la guardia nacional. Fue así como Somoza se vio obligado a levantar el estado de sitio y la ley marcial y a convocar las elecciones municipales. Con estas medidas el régimen intentaba mejorar su desacreditada imagen ante la opinión pública precisamente para hacerle el juego a esta posibilidad y claro, estas maniobras se dan también en un momento en que el enemigo imperialista y el enemigo local se están haciendo expectativas en el sentido de que han logrado, por lo menos si no liquidar, reducir las capacidades de lucha del Frente Sandinista; piensan que estamos muy golpeados y cuando se decide a pasar a la ofensiva militar de Octubre de 1977, nuestro objetivo es hacer fracasar las maniobras del enemigo. De tal forma que se logró retomar la iniciativa y cuando en Octubre recuperamos esta iniciativa, ya no la volvemos a perder.

Octubre fue un logro histórico porque hizo fracasar las maniobras del enemigo, y porque estas acciones fortalecieron la hegemonía de la vanguardia en las masas y la confianza de estas en sus propias fuerzas.

LA INSURRECCIÓN DE SEPTIEMBRE DE 1978

Mermada la imagen del dictador, presionado por el recambio que a través de una oscura política de Derechos Humanos, trata de imponer el Presidente norteamericano Cárter, el somocismo se ve precisado a utilizar cada día más la fuerza bruta contra el pueblo; ello conduce a acciones como la de Septiembre de 1978 que abre el camino de la victoria. Se dan las insurrecciones de Estelí, Masaya, León, Chinandega y levantamientos populares en algunos barrios de Managua. El pueblo a través de estas luchas le empieza a perder el miedo a la Guardia Nacional, es la luz a que yo me refería en el cuentecito que les hicimos a los niños, cuando el viejo barbudo le recomendó a Juan Sin Miedo que se convierta en luz y la luz es la ausencia del miedo. Y entonces el pueblo empieza a empujar hacia adelante y pasa a la ofensiva y aunque Septiembre no fue el derrocamiento de la dictadura; fue, creo en alguna forma, una victoria estratégica nuestra. Fue un logro histórico porque la vanguardia salió de ahí fortalecida, crecida, preñada. Su nivel de captación se elevó a miles, a un pueblo entero; creció en armas y creció más que en armas en decisión y en confianza.

LA MEDIACIÓN

El auge de la lucha estaba vanguardizado por una organización revolucionaria por lo que el imperialismo y la reacción empezaron a ver con temor, el peligro en que estaban sus intereses. Entonces inventaron la mediación que consistía en quitar al dictador y mantener un somocismo sin Somoza. Somoza que era un prepotente no acepta y propone celebrar un plebiscito que nunca llegaría a realizarse. La mediación unía, a través de componendas, los intereses del partido corrupto de Somoza, la genocida Guardia Nacional, los Partidos políticos de oposición burguesa y a la iniciativa privada, pretendía unir las fuerzas opresoras y explotadoras que se encontraban dispersas y en oposición a Somoza. De esta manera buscaban aislar y destruir el movimiento popular revolucionario.

Estas maniobras de mediación se estrellaron con la unidad de la vanguardia, con la alianza política de los partidos y organizaciones revolucionarias del país que orientaba el FSLN, a través del Movimiento Pueblo Unido (M.P.U.), con la amplia alianza del M.P.U., con los partidos y organizaciones antiimperialistas y antidictatoriales, que formaron el Frente Patriótico Nacional, chocaron con la unidad de toda la Nación que se estructuró en torno al Frente Sandinista que siguió combatiendo dentro de su vocación con las armas en la mano hasta el final. Las vacilaciones que existían fueron neutralizadas por la voluntad de combate en su forma superior, de parte del Frente Sandinista.

LA OFENSIVA FINAL: GUERRA VICTORIOSA

Entonces se empiezan a elaborar planes insurreccionales en base a las experiencias de lucha alcanzadas por el pueblo, donde se combinaron las acciones militares de los destacamentos armados, los levantamientos populares y la huelga general que desempeñó un papel complementario y muy importante y la insurrección final que se inicia en el mes de Mayo del 79.

La huelga general convocada por el Frente y la combinación de la misma con la sublevación de las masas le dieron finalmente al pueblo lo que al pueblo le correspondía y lo que era inevitable históricamente porque se habían conjugado todos los factores exactos en el momento oportuno y en los lugares oportunos, es decir: la victoria del pueblo nicaragüense.

Fuente

Apuntes iniciales sobre el FSLN (1981). Los extractos publicados aquí se encuentran en la antología de textos del Tomás Borge Martínez, El axioma de la esperanza, Colección testimonio, Editorial DDB/Bilbao, España, 1984

Introducción y digitalización: Cecilia Costa