“La grandeza de un pueblo no se mide por la extensión de su territorio sino por la dignidad y el honor de sus hijos.”
Francisco Morazán
Un día como hoy, hace 228 años, el 3 de octubre de 1742, nace en Tegucigalpa, Honduras, José Francisco Morazán Quezada, promotor de la unidad centroamericana y conocido como “El Simón Bolívar de Centroamérica”.
José Martí planteaba «la sombra de Bolívar, que soñó para la América del Sur una sola nación… y la sombra de Morazán, incrustando en su espada triunfante las cinco repúblicas de la América del Centro«.
El intelectual cubano se refería a Francisco Morazán como el político y militar hondureño que representa la idea de la unidad centroamericana, siendo comparado con Simón Bolívar, el máximo estandarte de los procesos de independencia de Sudamérica frente a España, idealizando la Patria Grande.
Entre 1824 y 1842 Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica formaron una sola nación, conocida como la República Federal de Centro América, por lo que Morazán gobernó Honduras, El Salvador y Costa Rica e incluso toda Centroamérica.
Visionario y promotor de la educación
En el ámbito político, Francisco Morazán fue reconocido como un gran pensador y visionario. Intentó transformar a Centroamérica en una nación grande y progresista.
Durante su gestión como mandatario de la República Federal, Morazán promulgó las reformas liberales, las cuales incluyeron: la educación, libertad de prensa y de religión, entre otras. Además limitó el poder de la Iglesia Católica con la abolición del diezmo de parte del gobierno y la separación del Estado y la Iglesia.
Morazán obtuvo conocimiento de la estructura y funcionamiento de la administración pública de la provincia, al trabajar como secretario del alcalde Narciso Mallol, además fue defensor de oficio en casos judiciales en materia civil y penal. Esta experiencia le permitió conocer de manera cercana los problemas de la sociedad colonial.
Durante los conflictos y división de las provincias por la anexión Centroamerica a México, Francisco Morazán se enlistó como voluntario al servicio de las autoridades hondureñas para defender los ideales de soberanía, siendo designado como capitán de una de las compañías, por decisión de los jefes oficiales que organizaron las milicias. Así comenzó la vida militar de Morazán y su lucha contra los intereses conservadores.
Tegucigalpa, sin embargo, no pudo mantener su oposición, y se vio obligada a reconocer su anexión a México el 22 de agosto de 1822. La anexión al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide duró poco, porque este abdicó el 19 de marzo de 1823, y el 1 de julio de ese mismo año, Centroamérica proclamó su independencia definitiva, y se convirtió en las Provincias Unidas del Centro de América.
Posteriormente, el 28 de septiembre de 1824, Francisco Morazán fue nombrado secretario general del gobierno de su tío político y primer jefe de Estado de Honduras, Dionisio Herrera. Esto fue hasta 1826, cuando se convirtió en presidente del Consejo Representativo.
Presidente de la República Federal
En 1830, Morazán fue elegido presidente de la República Federal e implantó una auténtica revolución de medidas basadas en ideales inspirados en aquellos documentos que había leído sobre la Ilustración, entre sus propuestas estaba una educación universal con la construcción de escuelas.
Además limitó el poder de la Iglesia al hacer secular el matrimonio, separar la institución religiosa del Estado y abolir el diezmo apoyado por el gobierno, a la vez que proclamó la libertad de religión y de expresión.
En 1837 surgió un levantamiento sorpresa en Guatemala liderado por Rafael Carrera, un líder campesino que no sabía leer ni escribir, pero consiguió un fuerte apoyo popular y los conservadores, que preferían mantener las antiguas estructuras de poder de la época colonial que garantizaban sus privilegios, vieron en él la gran posibilidad de derrocar a Morazán del poder.
Al terminar el segundo mandato de Morazán (1838) era tal la descomposición del sistema político que no se celebraron elecciones para la presidencia y puede decirse que se disolvió la República Federal de Centro América. Morazán fue elegido presidente de El Salvador (1839-40) y lanzó desde allí un último intento contra Guatemala en 1840; fue derrotado y marchó al exilio en Perú. En 1842 desembarcó en Costa Rica, donde tomó brevemente el poder; antes de que pudiera iniciar la reconstrucción de la unidad centroamericana, fue capturado y fusilado.
El reconocido escritor Pablo Neruda escribió este poema en homenaje al héroe centroamericano:
Morazán (1842)
Alta es la noche y Morazán Vigila
¿Es hoy, ayer, mañana? Tú lo sabes.
Cinta central, américa angostura
que los golpes azules de dos mares
fueron haciendo, levantando en vilo
cordilleras y plumas de esmeralda:
territorio, unidad, delgada diosa
nacida en el combate de la espuma.
Te desmoronan hijos y gusanos,
se extienden sobre ti las alimañas
y una tenaza te arrebata el sueño
y un puñal con tu sangre te salpica
mientras se despedaza tu estandarte.
Alta es la noche y Morazán vigila
Ya viene el tigre enarbolando un hacha.
Vienen a devorarte las entrañas
Vienen a dividir la estrella
Vienen a devorarte las entrañas.
Vienen a dividir la estrella
Vienen
pequeña América olorosa,
a clavarte en la cruz, a desollarte,
a tumbar el metal de tu bandera.
Alta es la noche y Morazán vigila.
Invasores llenaron tu morada.
Y te partieron como fruta muerta,
y otros sellaron sobre tus espaldas
los dientes de una estirpe sanguinaria,
y otros te saquearon en los puertos
cargando sangre sobre tus dolores
Es hoy, ayer, mañana? Tú lo sabes
Hermanos, amanece. (Y Morazán vigila)
Fuentes consultadas:
Las frases más emblemáticas de Morazán
Biografía de Francisco Morazán