Barricada

A 60 años de fundación ¿Qué fue y qué es Prensa Latina?

En seis décadas, Prensa Latina ha madurado mucho y a la vez se rejuvenece constantemente. Sigue siendo una escuela de periodismo internacional en la que participan simultáneamente varias generaciones de profesionales que aspiran a seguir el ejemplo y la mística de la agencia.

Seis décadas después siguen recorriendo el mundo las campañas de desinformación y las falsas noticias, conocidas con el nombre más sonoro y globalizador de fake news en esta época de bulos virales que se diseminan vía internet. Siguen vigentes los monopolios mediáticos y con amarga frecuencia la verdad es un elemento -con suerte- secundario en las agendas de los grandes medios.

A tres semanas del triunfo de la Revolución Cubana se celebraba la Operación Verdad, una masiva conferencia de prensa que durante dos días reunió en La Habana a más de 400 periodistas de América Latina y el Caribe, Europa y Estados Unidos, en la cual el recién estrenado Gobierno revolucionario expuso lo que acontecía en un país que vivía un cambio radical.

Fue la ofensiva cubana contra las grandes agencias internacionales de noticias. Fue, también, la primera vez que, en el temprano y creciente escenario de hostilidad que afrontaba la Isla desde el exterior, alguien habló de un posible bloqueo económico.

El día 22 de enero, segunda jornada de la Operación Verdad, Fidel dijo: “Nosotros no tenemos cables internacionales y a ustedes, los periodistas latinoamericanos, no les queda más remedio que aceptar lo que les diga el cable que no es latinoamericano. Si me permiten decir algo que considero tengo el derecho de decir, por cuanto afecta los intereses de mi patria, les digo que la prensa de América Latina debiera estar en posesión de medios que le permitan conocer la verdad y no ser víctimas de la mentira”.

Fidel habla ante más de 400 periodistas de América Latina, EE.UU. y Europa, el 22 de enero de 1959, en la gigantesca conferencia de prensa conocida como Operación Verdad. Foto: Archivo.

“Hemos tenido muchos amigos entre los pueblos, pero estos han sido impotentes hasta ahora. Poco han podido hacer los pueblos de América. Y hay que observar cómo reaccionan contra nosotros determinados intereses, precisamente para quitarnos los únicos amigos que tenemos, que son los pueblos. Lo que se quiere es aplastar a la Revolución Cubana.

“¿Quieren ustedes, los periodistas, ayudar a los pueblos? Pues tienen un arma formidable en la mano: la opinión pública continental. Úsenla, y verán cómo ayudan a redimir pueblos y salvar muchas vidas”.

(Fidel Castro en Operación Verdad, los días 21 y 22 de enero de 1959 en La Habana)

Entre los organizadores de Operación Verdad, junto a Fidel, el Che y otros dirigentes del Gobierno revolucionario y periodistas cubanos, estaban el argentino Jorge Ricardo Masetti y el uruguayo Carlos María Gutiérrez, dos de los latinoamericanos que subieron como periodistas a la Sierra Maestra. Regresaron a La Habana en los primeros días de enero de 1959, en un avión en que también viajaron un grupo de exiliados y los padres de Ernesto Guevara.

El propio Che, Masetti, Gutiérrez y colegas cubanos y de otros países de América Latina concibieron la idea y organizaron una agencia que llevara información a los pueblos de América Latina como alternativa a las grandes agencias cablegráficas internacionales.

Masetti sería el primer director general. La nómina inicial estaría integrada por unos 20 periodistas, además de traductores y técnicos. Las primeras corresponsalías serían creadas en México, Venezuela, Argentina, Colombia, Perú, Chile, Panamá, Paraguay, Bolivia, Brasil, Ecuador… El 16 de junio de 1959 salía desde La Habana el primer despacho firmado por Prensa Latina.

Primer despacho de PL, el 16 de junio de 1959.

“Cuando se transmitió el primer despacho cablegráfico con la identificación de PL, todos nos paramos frente a las máquinas para ver cómo el teletipista ‘ponchaba’ la noticia y, al día siguiente, revisamos con avidez las páginas de los diarios para comprobar que ya no solo publicaban cables con las siglas AP y UPI. Daba comienzo una lucha por romper el monopolio de la información”.

(Juan Marrero, fundador de PL. Testimonio recogido en Los años precursores. Memorias de Prensa Latina. 1959-1962)

“Máquinas de escribir mecánicas, las cámaras fotográficas de entonces, un radio de onda corta para captar emisoras de países vecinos, un transmisor telegráfico Morse y dos teletipos para el tráfico informativo internacional fueron las herramientas de la etapa inicial, mejoradas posteriormente con la introducción de teletipos más modernos, equipos de télex y un servicio de radiofotos”, así empezó PL en su sede de La Habana, según relata Frank González García, presidente de la agencia entre 2003 y 2010, en Los años precursores. Memorias de Prensa Latina. 1959-1962, publicado en 2014.

Hay mucha historia en esos primeros años. El nombre de la agencia, una sugerencia del Che. La presencia del Gabriel García Márquez periodista, camino a convertirse en uno de los grandes novelistas latinoamericanos de todos los tiempos, como corresponsal en Bogotá y Nueva York, y del argentino Rodolfo Walsh, que descubrió los primeros indicios de que se preparaba en Guatemala una fuerza para invadir a Cuba.

Gabo en Prensa Latina.

Eduardo Galeano fue otro de los grandes escritores latinoamericanos entre los colaboradores de PL. En 2014, a propósito de los 55 años de la agencia, dijo que esta “ha sabido vivir y decir lo que era un deber de honestidad y coraje en los tiempos que hemos vivido condenados a callar o a mentir”. Foto: Reuters.

Pronto comenzaron los ataques, incluido un pedido en la Sociedad Interamericana de Prensa en 1960 para que los gobiernos de la región cerraran las corresponsalías de la agencia.

Masetti declararía que “hemos tenido obstáculos, tenemos obstáculos y seguiremos teniendo obstáculos, pues esto es una tarea nada fácil. Hay personas que se han dedicado a hacer campañas contra Prensa Latina, pero hay muchos también que no quieren que se esté informando… Son los grandes intereses”.

La redacción de PL en aquellos tiempos fundacionales. Con auriculares aparece Jorge Ricardo Masetti. Foto: Archivo.

Prensa Latina fue en lo informativo otra expresión de la vocación latinoamericanista de la Revolución Cubana, como lo fueron en lo cultural dos instituciones creadas en el propio 1959, el Instituto de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y la Casa de las Américas, y como lo serían otros emprendimientos en el futuro.

La nueva agencia noticiosa no duraría mucho, según sus detractores, que le pronosticaban algunos meses de vida. Sesenta años después, sigue teniendo su sede central en La Habana y cuenta con 544 trabajadores, entre ellos 240 periodistas, fotógrafos, fotorreporteros, diseñadores y profesionales de otras especialidades en la capital cubana y en 40 oficinas en 39 países.

Su actual presidente, Luis Enrique González, afirmó a Cubadebate que “en seis décadas, Prensa Latina ha madurado mucho y a la vez se rejuvenece constantemente. Sigue siendo una escuela de periodismo internacional en la que participan simultáneamente varias generaciones de profesionales que aspiran a seguir el ejemplo y la mística de la agencia de los inicios en un contexto mediático actual mucho más complejo”.

La agencia está estructurada por un cuerpo de editores y redacciones internacionales (Cuba, Norte, Centro y Suramérica, África, Asia y Europa) y especializadas (Economía, Deportes, Cultura y Ciencia y Técnica), una de Lenguas Extranjeras (para los servicios en inglés, francés, ruso, portugués e italiano) y otras como Boletines (elabora unos 30 boletines sobre diversas temáticas), Fotografía, Radio y PLTelevisión.

Prensa Latina brinda servicios informativos, fotográficos, de publicidad y de televisión y edita 20 publicaciones (10 propias, de ellas cuatro en el exterior, y el resto de terceros clientes). Además, ofrece un servicio de titulares por SMS y cuenta con una red de tiendas en toda Cuba para la venta de sus publicaciones y de la editorial Ocean Sur, de la cual es distribuidor exclusivo en el país.

Actualmente, la agencia tiene casi 7 000 receptores en más de 60 países.

Su producto principal –apunta González- “es lo que llamamos el ‘cast mundial’, unos 400 despachos noticiosos diarios que abarcan temas de Cuba, Latinoamérica y el resto del mundo. Empleamos todos los géneros periodísticos, desde el cable noticioso, el reportaje, la entrevista y la crónica hasta trabajos televisivos, radiales y multimediales, incluyendo de manera creciente las redes sociales.

“Al mismo tiempo, contamos con una gran casa editorial que imprime una veintena de publicaciones seriadas, como el semanario Orbe y sus ediciones en Cuba y otros cuatro países, la revista Cuba Internacional y los periódicos Negocios en Cuba y The Havana Reporter, entre otros. Gran parte de nuestros artículos son traducidos a varios idiomas, especialmente al inglés. Nuestro sitio digital principal es www.prensa-latina-cu”.

Masetti y Walsh en PL junto al Premio Nobel guatemalteco Miguel Ángel Asturias, que apoyó el proyecto de Prensa Latina. Foto: Archivo.

PL en el siglo XXI

Luis Enrique González, presidente​ de Prensa Latina. Foto: Al Mayadeen.

Prensa Latina ha devenido en los últimos tiempos en un centro multimedial acorde con los avances tecnológicos del presente, al tiempo que mantiene los principios de sus fundadores.

Su presidente, Luis Enrique González, señala que “las líneas de trabajo son las establecidas desde la misma fundación hace 60 años. Como dijo Ricardo Masetti, la agencia es ‘objetiva, pero no imparcial, porque no se puede ser imparcial entre el bien y el mal’. La defensa permanente de la Revolución Cubana, la difusión de sus valores, desarrollo y creciente prestigio, así como su ayuda internacionalista en el mundo, constituyen la razón de ser del trabajo de Prensa Latina, junto con el respaldo a las fuerzas progresistas de América Latina, el Caribe y el resto del planeta”.

González recuerda que “desde sus inicios, la agencia se propuso dar voz a los sin voz y hacer la revolución en el periodismo latinoamericano, como planteó su fundador Masetti, y desde entonces esa ha sido su misión histórica al servicio de la verdad. En la actualidad, cuando la propiedad de los medios se concentra en pocas manos y corporaciones y proliferan la manipulación informativa, la desinformación y la difusión de fake news, PL fortalece su línea editorial sobre la base de sus principios fundacionales”.

¿Hay algún momento particular en la historia de la agencia que los aliente en su trabajo diario?

—Son muchas las hazañas realizadas por nuestros periodistas en distintos países a lo largo de estos 60 años. Creo que comenzaron, de hecho, con las entrevistas que Masetti hizo a Fidel y el Che en 1958 en la Sierra Maestra, aun antes de fundarse Prensa Latina. En esos tiempos, los grandes medios ocultaban o minimizaban la lucha revolucionaria en Cuba y hasta aseguraban que había muerto su Comandante en Jefe.

“Al conocer que sus informes no habían llegado a su emisora en Argentina, Masetti -a riesgo de su vida- volvió a subir a las montañas a repetir las entrevistas, las que poco después se convirtieron en su emblemático libro Los que luchan y los que lloran.

“Es igualmente conocida la anécdota que refiere que otro fundador argentino, Rodolfo Walsh, logró descifrar mensajes secretos y revelar que mercenarios de origen cubano entrenaban en bases de Guatemala para invadir Cuba por Playa Girón.

“Siguiendo ejemplos como estos, nuestros corresponsales han cubierto directamente la Guerra de Vietnam, la lucha por la independencia de Angola y el sur de África, la guerra en Siria y los conflictos del Medio Oriente, los golpes de Estado y las conquistas populares y progresistas de los pueblos en Latinoamérica”.

¿Cuáles son los retos principales que enfrenta hoy la agencia como medio noticioso alternativo en el contexto regional y mundial? ¿Cuáles son los propósitos para los próximos años?

—Uno de los retos principales es elevar continuamente el alcance de la información de Prensa Latina en el mundo y el desarrollo de la agencia en materia tecnológica y en las redes sociales, sobre todo en Facebook, Twitter y Youtube, así como la permanente formación de periodistas y cuadros jóvenes. Más aun en tiempos en que Estados Unidos arrecia sus agresiones contra Cuba y los gobiernos progresistas del continente y otras partes del mundo, y cuando el vendaval de las noticias falsas se ha convertido en una poderosa arma para la desestabilización y enajenación de los pueblos.

“Prensa Latina estuvo, está y estará al servicio de la verdad, como lo establecieron sus fundadores históricos.

“Creo importante señalar que Prensa Latina tiene características propias que la hacen verdaderamente única en el contexto periodístico internacional. No solo por su línea editorial revolucionaria, basada en el pensamiento de Fidel y de José Martí, sino también porque, desde su nacimiento hace seis décadas, fue sometida a todo tipo de obstáculos y agresiones que buscaban la clausura de sus oficinas para silenciar su voz.

“Actualmente, la agencia también enfrenta obstáculos en su funcionamiento financiero, el visado y acreditación de algunos de sus corresponsales y otras trabas que no sufren otras agencias internacionales de noticias.

“Estos son retos que enfrentamos a diario y que sabremos sortear para garantizar que el mensaje de Prensa Latina siga llegando a todos los rincones del mundo”.

“La primera noticia se conoció en la oficina central de Prensa Latina, en La Habana, donde yo trabajaba en diciembre de 1960, y se debió a una casualidad casi inverosímil. Jorge Ricardo Masetti, el director general, cuya obsesión dominante era hacer de Prensa Latina una agencia mejor que todas las demás, tanto capitalistas como comunistas, había instalado una sala especial de teletipos sólo para captar y luego analizar en junta de redacción el material diario de los servicios de Prensa del mundo entero. Dedicaba muchas horas a escudriñar los larguísimos rollos de noticias que se acumulaban sin cesar en su mesa de trabajo, evaluaba el torrente de información tantas veces repetido por tantos criterios e intereses contrapuestos en los despachos de las distintas agencias y, por último, los comparaba con nuestros propios servicios.

“Una noche, nunca se supo cómo, se encontró con un rollo que no era de noticias sino del tráfico comercial de la Tropical Cable, filial de la All American Cable en Guatemala. En medio de los mensajes personales había uno muy largo y denso, y escrito en una clave intrincada. Rodolfo Walsh, quien además de ser muy buen periodista había publicado varios libros de cuentos policíacos excelentes, se empeñó en descifrar aquel cable con la ayuda de unos manuales de criptografía que compró en alguna librería de viejo de La Habana. Lo consiguió al cabo de muchas noches insomnes, y lo que encontró dentro no sólo fue emocionante como noticia, sino un informe providencial para el Gobierno revolucionario.

“El cable estaba dirigido a Washington por un funcionario de la CIA adscrito al personal de la Embajada de Estados Unidos en Guatemala, y era un informe minucioso de los preparativos de un desembarco armado en Cuba por cuenta del Gobierno norteamericano. Se revelaba, inclusive, el lugar donde iban a prepararse los reclutas: la hacienda de Retalhuleu, un antiguo cafetal en el norte de Guatemala”.

(Gabriel García Márquez, 1977)

Tomado de Cubadebate