…Nosotros, al trazarnos seguir la lucha revolucionaria, nos guiamos por los principios más avanzados, por la ideología marxista, por el comandante Ernesto Che Guevara, por Augusto César Sandino. Somos conscientes de que el socialismo es la única perspectiva que tienen los pueblos para lograr un cambio profundo en sus condiciones de vida (…) Nuestro magno objetivo es la revolución socialista (…) Se trata, no de lograr un simple cambio de hombres en el poder, sino un cambio de sistema: el derrocamiento de las clases explotadoras y la victoria de las clases explotadas.
La lucha contra la dictadura encabezada por la familia Somoza es una lucha por lograr la transformación de Nicaragua. Esto equivale a decir que nos proponemos liquidar el sistema económico y político que impera en nuestro país para sustituirlo por un sistema nuevo y superior.
…Es necesario que declaremos sin muchas vueltas que ansiamos poner fin a la sociedad dividida en explotadores y explotados, a la sociedad dividida en opresores y oprimidos. Declaremos que nuestro magno propósito es devolver a obreros y campesinos, a todos los trabajadores, las riquezas que mediante la violencia les fueron arrebatadas. La independencia nacional, la derrota del imperialismo extranjero, son requisitos para la edificación de un mundo nuevo, pletórico de felicidad: En la búsqueda de esta nueva vida, nos guían los nobles principios de Carlos Marx.
La historia moderna demuestra que los principios marxistas son la brújula de los más resueltos defensores de los humildes, de los humillados, de los seres humanos sojuzgados (…) Ya es hora de que la mente de los revolucionarios nicaragüenses comparta el ideal marxista de liberación proletaria.
Enarbolar un programa revolucionario radical es una garantía para el desarrollo de una fuerza independiente que se diferencie con nitidez de los partidos políticos capitalistas (…) En el momento actual se hace necesario que planteemos con gran énfasis que nuestro magno objetivo es la revolución socialista.
…Es preciso señalar que es unánime el deseo de que nuestro destacamento sea un destacamento radical: estricta disciplina, audacia en la acción, primordial la defensa de los más explotados. Empero, debemos encontrar la diferencia esencial entre lo radical y el radicalismo, siendo este último solamente una mera caricatura de lo primero. El recto estilo radical, al mismo tiempo que aspira a los máximos objetivos, sabe combinar esto con el cumplimiento de toda una serie de tareas inmediatas.
Por su lado, el radicalismo, que es estéril como método, se inclina sólo por lo máximo, renunciando a la actividad intermedia, que muchas veces es ineludible para alcanzar lo máximo; de modo que si se renuncia como regla a lo intermedio, lo que ocurre es que tampoco se llega a lo máximo. Viene al caso hacer alusión a la infinidad de ejemplos que demuestran que el radicalismo conduce al conservadurismo; la explicación no es complicada: el cúmulo de ilusiones infundadas, son necesariamente desvirtuadas por la realidad, por la práctica; de modo que de un aparente superoptimismo se pasa a un real pesimismo.
Declamar el nombre del socialismo y el título de las más conocidas teorías revolucionarias, no garantizan la profundidad de las transformaciones que nos proponemos. En una palabra: la fraseología revolucionaria no garantiza la profundidad del cambio, y más bien al contrario, puede dificultarlo y hasta impedirlo (…) Podemos encontrar palabras en nuestro vocabulario histórico tradicional y en la propia riqueza del idioma, para dar la imagen del carácter radical de nuestro proceso (…) Este asunto tiene que ver también con la necesidad de medir en su adecuada proporción toda una serie de prejuicios reaccionarios que el enemigo está en condiciones de inculcar al pueblo.
Debemos perfeccionar un estilo propio para agudizar de acuerdo a las condiciones concretas del país la lucha de los explotados contra los explotadores (…) El Frente Sandinista siempre se preocupó por buscar un estilo propio para drigir a las masas en la lucha por el cambio revolucionario. Podemos agregar a lo expresado en el presente punto, que lo importante no es declamar frases de los grandes revolucionarios universales, sino aplicar en la realidad con creatividad sus enseñanzas. En todo caso esos revolucionarios no han legado meras frases, sino toda una acción creadora (…) No queremos terminar el presente punto sin referirnos a la conveniencia de buscar en los representativos de la cultura nacional del pasado, las expresiones patrióticas y contra la explotación, y difundir con amplitud tales citas. Esas referencias sí prestigian el lenguaje más radical (…) Si el ocultamiento del programa revolucionario es una expresión de derechismo, la ostentación exhibicionista representa el izquierdismo infantil.
…El enemigo tratará de penetrar la organización, nuestras filas mismas, a través de personas que pueden hacerse pasar por sandinistas, para más adelante provocar escisiones mediante grupos de sandinistas “democráticos” (…) Nos estamos, pues, refiriendo a un peligro proveniente de la margen derecha del proceso (…) Todo esto que estamos diciendo nos permite considerar la cuestión de no preocuparnos solamente por la simple penetración de vulgares delatores en las filas, sino también de ejercer vigilancia ante el peligro de la infiltración ideológica o de tipo político.
…La unidad (…) ha predominado en (el Frente Sandinista) desde el momento de la fundación. Con esta afirmación no se pretende ocultar la necesaria discusión interna que ha acompañado nuestra actividad, pero que (…) no ha degenerado en estériles escisiones (…) Es necesario velar por la continuación y desarrollo de esta tradición…
…La unidad no es opuesta a la existencia de un auténtico espíritu crítico en nuestras filas; por el contrario, tal espíritu (…) le da consistencia mayor a la unidad (…) Una crítica mal entendida que expone a la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario. Es conveniente desarrollar el estilo de persuasión y no de polémica (…) Cada uno debería tener presente que lo que conviene a los intereses del movimiento, de la clase y de la nación, es convencer y no vencer a la otra parte (…) La persuasión exige tener en cuenta la dosis de razón, por ínfima, por pequeñita que sea, en la opinión que cada uno expresa.
La modestia facilita (…) la vida colectiva, la actividad de un conjunto de personas. Precisamente la conciencia colectivista, la conciencia de que es la energía de un conjunto de hombres lo que integra la vanguardia, es imprescindible en el espíritu militante. Ese espíritu colectivista, que lo sustenta la modestia, debe convertirse en una pasión en el militante revolucionario. La modestia frena la ostentación de los méritos propios y no impide reconocer los méritos ajenos, lo que contribuye grandemente a la fraternal comprensión entre los militantes.
…El espíritu proletario, el estilo obrero obliga a observar con tristeza el yerro que comete el hermano, y con alegría los méritos que puede lucir (…) Lamentablemente el revolucionario nicaragüense, o lo que es lo mismo el sandinista, arrastra al lado de una copiosa herencia heroica, una herencia de atraso político verdaderamente propias de la época de las cavernas (…) El atraso heredado nos lleva a subestimar lo político; a la vez la subestimación de lo político nos dificulta superar plenamente o en la medida necesaria el atraso heredado.
Paradójicamente el atraso político a la postre canalizó cierto aspecto positivo del militante sandinista: la inclinación a la vinculación viva y práctica con el combate, con la acción. No hubo en Nicaragua terreno abonado para el polemismo estéril, que al fin de cuentas se traduce en un plagio de polémicas ardorosas que fueron razonables en otros contextos históricos.
El sectarismo es el principal enemigo de la unidad. Debemos de tener el cuidado de saber distinguir entre las diversas fuerzas políticas del país, los elementos que coinciden con nuestras aspiraciones, aunque esa coincidencia sea mínima. El sectario se empeña en ver solamente lo que diferencia y lo que separa. Es muy importante comprender que en las filas del Partido Conservador hay representativos del pueblo que si son convencidos mediante una paciente explicación pueden acompañarnos en la lucha. Lo mismo ocurre dentro del gobierno, la Guardia y dentro de otras instituciones nacionales. Hay que estar claro de que no se precisa sustentar determinada ideología, filosofía o creencia para ser partidario de la transformación radical del sistema económico y político que impera en Nicaragua. La transformación de Nicaragua no es cuestión de ideología sino cuestión de amar a nuestro pueblo y ansiar fervorosamente su mejoramiento…
A los vacilantes debemos atraerlos a fin de impedir que se decidan por apoyar la dictadura (…) Debemos reunir los esfuerzos necesarios, con audacia y paciencia, para aislar el centro de nuestros ataques.
Cuando recuerdo las jornadas que libramos juntos en el movimiento estudiantil, un compañero liberal como Denis Martínez, un compañero socialcristiano como Manolo Morales y un radical como yo, es que cobra vida en mí la posibilidad de formular una ideología revolucionaria nacional. Esa formulación tiene que ser obra de todos.
(Citas extraídas de “Bajo la bandera el sandinismo”, de Carlos Fonseca, publicado por Editorial Nueva Nicaragua en 1985. Páginas: 115, 125, 126, 141, 142, 167, 171, 173, 174, 182, 183, 186, 197, 202, 301 y 310).