Cuando el Che fue capturado, el 8 de octubre de 1967, calzaba unas abarcas artesanales, improvisadas por Ñato, el más habilidoso guerrillero de la columna. Sus captores y futuros asesinos, gringos y bolivianos, quedaron impresionados por la fuerza moral y la disposición al sacrificio del jefe guerrillero. Las abarcas del Che hablan por sí solas, evocan la vida de un revolucionario que murió como vivió, que decidió junto a sus compañeros combatientes continuar la marcha hasta el final.
El último mes de la campaña en Bolivia del Che Guevara y sus compañeros combatientes, es sumamente duro. Del 10 de septiembre al 8 de octubre de 1967, el Che caminó con sus pies envueltos en harapos, calzado con unas abarcas de cuero (sandalias, huaraches, caites) improvisadas por Ñato, el habilidoso guerrillero de la columna.
Cuando es capturado, el 8 de octubre, estas abarcas sorprenden a sus captores y futuros asesinos, se asombran de las condiciones físicas disminuidas del Che, de sus raídas ropas, de su altiva dignidad. Y se sorprenden también de sus abarcas, los rangers gringos y bolivianos, equipados y armados para la lucha en la selva, se sienten impresionados por la actitud y fuerza moral del jefe guerrillero.
La foto de sus pies maltratados, envueltos en trapos, heridos por las largas caminatas, es impactante, porque evocan la vida de un revolucionario que murió como vivió, que decidió junto a sus compañeros combatientes continuar la marcha hasta el final. El Che, precursor del Hombre Nuevo, exigente y autocrítico, a veces se auto sancionaba, como cuando mojó el fúsil y tuvo que trabajar en la cocina.
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En su diario de campaña, escribió Inti Peredo, magnifico guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN) fundado por el Che en Bolivia, que, conociendo al Che, sabían que no aceptaría que nadie le diera sus botas, así que el Ñato le improvisó las abarcas de la última caminata. ¡Cuánta enseñanza en esta emotiva imagen de los pies inertes del Che!
Reconstruimos de las huellas de sus abarcas, con base en los testimonios del Che y de Inti Peredo.
En su Diario de Campaña, el Che anotó que el 10 de septiembre fue un día malo que comenzó bajo buenos auspicios, pero que luego los animales se resistieron del camino tan malo y al final el macho no caminaba, se quedó atrás y tuvieron que dejarlo en la otra orilla. Entonces el Che decidió cruzar el río a nado: “Yo crucé el río a nado con la mula, pero perdí los zapatos en el cruce y ahora estoy a abarca, cosa que no me hace ninguna gracia”.
Inti Peredo, Guido Álvaro Peredo Leigue, el más destacado de los combatientes bolivianos en la columna del Che Guevara en la selva, uno de los sobrevivientes del combate en la quebrada del Yuro el día 8 de octubre, en sus memorias de lucha guerrillera correspondiente al mes de septiembre de 1967, describió este momento:
“Precisamente por esos días, Che se había autocastigado como ayudante de cocina porque se le había mojado el fusil al cruzar un vado. Al cruzar de nuevo el Río Grande se le perdieron los zapatos. Inmediatamente el Ñato, que era hombre que resolvía todos los problemas menudos que se presentaban, le fabricó un par de abarcas de cuero, enteramente cerradas. Estos zapatos caseros fueron los que despertaron curiosidad y comentarios el día de su muerte en el Yuro y luego en Vallegrande. Así impidió el Ñato que Che caminara descalzo. Cualquiera de nosotros le habría cedido los zapatos, pero estoy seguro de que el Che habría rechazado violentamente este gesto”.
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El Ñato, Julio Luís Méndez Korne, combatiente boliviano, era el hombre orquesta de la guerrilla. Resuélvelo todo, experto tirador, machetero, cocinero, carnicero, carpintero, constructor de hornos, reparador de hamacas y mochilas. El 11 de septiembre de 1967, el Che hace la última evaluación del Ñato y dice que es “Muy bueno. Es protestón, pero ha resultado firme y un buen combatiente amén de que sus múltiples habilidades lo hacen hombre orquesta”. El Ñato cae después de la muerte del Che, el 15 de noviembre, cuando apenas tenía 30 años.
Las abarcas que le hizo el Ñato, la chamarra de color azul, que le prestó el guerrillero Tuma, la bolsa de cuero, la boina, las ropas verde olivo, acompañaron al Che el día 8 de octubre, cuando fue capturado en el combate de la Quebrada del Yuro, y el día 9, cuando fue asesinado en La Higuera. El grupo de sobrevivientes se enteró de la muerte del Che por las noticias que difundían las radioemisoras, según escribió Inti Peredo en sus memorias:
El día 10 nos sorprendió en un lugar aún cercano a La Higuera… aproximadamente a la una de la tarde Urbano escuchó una noticia que nos dejó helados: las emisoras anunciaban la muerte del Che y daban su descripción física y su indumentaria. No había posibilidad de equivocarse, porque señalaban entre su indumentaria las abarcas que le había hecho el Ñato, una chamarra que era de Tuma y que el Che se ponía para abrigarse en las noches, y otros detalles que nosotros conocíamos perfectamente. Un dolor profundo nos enmudeció; Che, nuestro jefe, camarada y amigo, guerrillero heroico, hombre de ideas excepcionales, estaba muerto.
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¡Honor y Gloria al Comandante Ernesto Che Guevara!
Fuentes
Inti Peredo. Mi campaña con el Che. Historia Viviente.
El Diario del Che en Bolivia