Por: Elías Moisés Velásquez Jara
Un 31 de julio de 1969, nació Luis Alfonso Velásquez Flores, niño revolucionario y mártir de la causa sandinista, quien desde su corta edad participó activamente en la lucha del FSLN y a quien recordamos como “El Grillo”.
Hoy cumpliría 53 años, pero fue asesinado cuando todavía era un niño, un 2 de mayo de 1979, luego de luchar por cinco días por su vida, en el Hospital Oriental de Managua.
Un niño inteligente y solidario
Luis Alfonso Velásquez Flores, nació un 31 de julio de 1969, el menor de seis hermanos, hijo de Valentina Flores y Daniel Velásquez, quienes lo criaron, transmitiéndole ideales cristianos y mucha conciencia social.
Cuatro años de edad tenía, cuando ingresó al colegio Máximo Jerez de Managua, donde desde pequeño mostraba su inconformidad con la desigualdad y la injusticia social.
El inicio de su lucha
Desde los cinco años, Luis Alfonso empezó a demostrar amor por los más necesitados. Él invitaba a su madre, doña Valentina, a compartir la comida familiar con los más pobres de la colonia Máximo Jerez, donde vivían. Siempre atento a los más necesitados, al punto que con el tiempo las personas llegaban a su casa a pedir ayuda. Fue así que, gracias al esfuerzo de sus padres, la familia Velásquez Flores compartiendo con los más vulnerables que vivían en la colonia.
Jamás debe olvidarse su indignación, que sentía a su corta edad, cuando por las calles lograba divisar niños lombricientos y desnutridos.
En abril de 1977, cuando Luis Alfonso tenía 7 años, visitó una comunidad llamada «Espíritu Santo», en Chontales, el lugar natal de su madre, donde tuvo una de las experiencias que marcaría su vida, cuando lloró al ver la pobreza en que estaba sumido aquel lugar. A Luis le nació desde entonces una inquietud por entender «¿por qué pasaba todo esto?» y a su corta edad conoció la lucha del Frente Sandinista e inmediatamente se identificó con ella, incorporándose activamente.
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A sus 8 años, en 1978, participó en la fundación del MEP (Movimiento Estudiantil de Primaria) en el colegio Máximo Jerez, desde donde planificó su participación en diferentes tomas de colegios, posterior aprendió a elaborar bombas de contacto e, iniciando su lucha, lograría lanzarlas contra la guardia de Somoza.
Su participación en la lucha del FSLN
A sus 8 años, era todo un dirigente y orador nato: sus discursos ni siquiera lo escribía, nacían del dolor que sentía por el hambre y la marginación del pueblo.
Denunciaba la represión de la guardia somocista con mucho ahínco, sin temor alguno. Incluso subía a los actos de los movimientos revolucionarios y pedía la palabra para gritarle a la dictadura de Somoza que eran criminales y asesinos, pero sobre todo hacía hincapié en que la solución era la unidad.
En 1977, participó en manifestaciones y mantuvo relaciones con el Movimiento Estudiantil de Secundaria (MES) y el Movimiento Estudiantil de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua). Desde el histórico Auditorio 12 “Fernando Gordillo” de la UNAN-Managua, salía su voz firme e inspiradora.
Para 1978, estuvo organizado en el Movimiento Estudiantil de Primaria (MEP).
Asumió varias tareas en el movimiento revolucionario, trabajando como correo, elaborando bombas de contacto, haciendo pintas, participando en manifestaciones en colegios, recolectando de dinero para la causa y haciendo vigilancia.
Se convirtió en el responsable de hacer llegar a la población la propaganda revolucionaria, por eso lo llamaron “El Grillo”.
Quien lo conoció, recuerda su coraje y su determinación al hablar durante los mítines, donde expresaba su convicción y compartía con los demás los valores sandinistas.
En el barrio El Riguero, motivaba a la juventud, para que se integraran a la lucha de la insurrección popular, asimismo recogía dinero, para aportar a la causa y poder llevar comida a los compañeros que permanecía en los centros de estudios e iglesias tomadas.
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Paso a la inmortalidad del niño mártir
Un 25 de abril de 1979, a las 11:00 am, le informaron a su madre, doña Valentina, que Luis Alfonso había sido atacado en la pista de El Dorado. Entonces sus familiares fueron de inmediato al punto, pero era tarde, ya se lo habían llevado en una ambulancia al hospital Manolo Morales, solo quedaba un zapatito «Rolter» ensangrentado, que, al verlo, doña Valentina no hizo más que dar gritos de dolor.
Todo ocurrido un abril de 1979, después que la guardia somocista le disparara a Luis Alfonso en la cabeza y ultrajaran su cuerpo con un vehículo, ya que la guardia intentó hacer ver como un «accidente» en la pista El Dorado.
Luego de cinco días de luchar por su vida, Luis Alfonso falleció un 2 de mayo de 1979, soñando con tener una patria liberada.
En su memoria, queda activo el Movimiento Infantil Luis Alfonso Velásquez Flores y hoy el parque más grande de la capital de Nicaragua, construido por el Gobierno sandinista, lleva su nombre. Ahí, viendo todos los días la sonrisa de los niños nicaragüenses, sabemos que su sacrificio no fue en vano.
¡Honor y Gloria al legado y ejemplo de Luis Alfonso Velásquez Flores!