Barricada

Testimonio del guerrillero Regis Mairena «El Resucitado»

El guerrillero Regis Mairena, oriundo de Mina El Limón del departamento de León, nos cuenta cómo se unió a las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional en los años 60´s.

“Yo me crie en la Mina El Limón, mi familia de extracción proletaria, soy el séptimo de diez hijos. Allá en la Mina El Limón, como en 1962-1963 llegó Jacinto Baca y Lenin Cerna y me reclutaron.

Como en 1964 y 1965 me ordenan ellos que me venga desde la Mina y me mandan a Chinandega para que tenga contacto con Germán Pomares, Narciso Zepeda Chicho Zepeda y me mandan allí con una recomendación para que me diera trabajo, Justo Meléndez que era del Partido Socialista, pero era también colaborador del Frente Sandinista. Allí me dio trabajo y conocí a Germán Pomares y a Chicho Zepeda. Ellos me enseñaron a tirar con Garand, escopetas y pistola.

Pasó un tiempo ahí y tuvimos cuestiones organizativas en Chinandega y en El Viejo. Luego me dicen que me venga aquí [A Managua] y prácticamente yo andaba clandestino en Managua. Como en 1966, en los días que se estaba preparando Pancasán [Gesta Heroica de Pancasán] hicimos una recuperación de dinero, participamos tres compañeros, cuatro […]

Recuperamos como 60 mil -70 mil córdobas, eso lo saco yo de ahí, la plata. Salimos con un carro que habíamos recuperado de un taxero y venía manejando René Maradiaga y como a las cinco cuadras nos separamos, y habíamos quedado en un punto para que nos viéramos en Loma Linda y nos vimos como a las dos horas.

Organización en León

Estuvimos aquí en Managua, de ahí nos fuimos a León a organización también. Allá en León estuvimos organizando y reclutando gente, en el lado de San Jacinto teníamos colaboradores. Después como en 1967 me dicen que me venga para Managua y hacemos otro operativo de recuperación y asaltamos la casa de cambio de Manuel Centeno, en la Avenida Roosevelt, frente al Banco de Londres.

Ahí participa Faustino Aragón Pichardo, un viejito que era de la Mina El Limón que yo conocía y lo habían reclutado ya Jacinto y Lenin, no estaba de acuerdo yo que participara porque ya era un compañero de edad y no era un hombre chispa. El objetivo de él era estar en la puerta y en cuanto nosotros entráramos y en cuando nos replegáramos que tirara una molotov.

Nos metimos, la orientación era que Jacinto y Lenin iban replegar a la gente que estuviera en la casa de cambio, sacarlos. Me iba a meter yo adentro de la oficina para buscar el dinero y salir primero con la plata.

Entonces, sacan a una parte de la gente y […] Pongo en el escritorio una 38 Smith & Wesson montada, entonces cuando estoy buscando los papeles y buscando en las gavetas como sacar los riales, le doy un manotazo a la pistola y veo que la pistola va a caer y la agarro, y como estaba montada ¡BANG! me pego un balazo[…] siento electricidad pero bueno, no me sentí mal, aparto la pistola abajo y entonces me pongo a buscar en el escritorio y hay una 45 casi nuevecita y la aparto, y busco la plata.

Sacamos la plata y eran como unos 15 mil o 12 mil dólares, estaba al 7×1 en aquel tiempo, habían unas lempiras, unos colones, córdobas, dólares,  agarro un bolso y los hecho. Me pongo la pistola, 38 y la 45, la monto, le pongo el seguro y salgo tirando sangre y renqueando […]

Nosotros teníamos una casa de seguridad por donde era la embajada americana, no era pavimentada esa calle. Ahí teníamos una casa de seguridad, viejita pues que alquilábamos, teníamos un punto ciego donde dejábamos la llave, la busco y no la hallo.

Escapar de la Guardia

Siento que había sangrado bastante y me voy hacia un espinito [árbol de espino] cuando miro que van tres patrullas a la casa, a Faustino lo habían capturado y no sabía cómo, hasta cierto punto le echaba la responsabilidad a Jacinto […] en vez de coger para el lago [Faustino] y como a las dos cuadras lo capturan ahí. Supuestamente no conocía bien Managua y ahí nomas quemó la casa [reveló la ubicación].

Como a unas 50 varas había un zanjón e hice que me tragara la tierra, la Guardia llega gritando y preguntando, estuvieron como dos horas. Después yo miré que se fueron y eran como las 11:00 am, 12:00 md y me quedo un desvanecimiento. Hasta como a las 6:00 pm me despierto con los riales y digo: ¡juelagranputa que hago ahora!, voy a esperar un poco más para salir de aquí.

Me acuerdo de Jocines Toruño, un primo mío que vive en Altagracia y me fui renqueando, llego y me dice la Leticia ándate, andante que saliste en La Prensa, en la radio y televisión como asaltante. Me sentía vergueado y viene Jocines y le digo: mira no tengo a donde ir, aquí van a caerle a la casa de mi mamita y en esa misma casa vivía La Flor, mi esposa, ella estaba embarazada.

Rumbo a León nuevamente

Le digo [a Jocines] que me lleve a León, me dice: No, la carretera está cercada Le digo aquí la vemos y la agarramos, ayúdame vos que en tus manos estoy, mira nos vamos a ir aquí por Nejapa, si acaso nos para la Guardia, vamos a estar verga. –No– me dice, pero a la hora llegada le echó huevo y la Leticia no quería.

Él tenía un microbusito Volskwagen y cuando estábamos en Nejapa, vemos una fila de vehículos [Había un reten de la Guardia]. La radio decía que yo estaba herido  y que yo había sacado la plata. Le digo [a Jocines] mira aquí juguemos, les decimos que vamos ahí nomas a Nejapa a traer a una familiar y ahí le voy a dar unos 50 córdobas. Alumbra [el guardia]  ¿a dónde van? dice y me alumbra y yo buscando como cubrirme la cara.

Le decimos que  vamos donde una familiar que está bien grave, déjanos pasar rápido hermano, ya venimos y le doy los 50 córdobas, yo tenía lista la 45. A este hijueputa lo tiro y te jalas, iba cagado el pobre [Jocines].

Entramos a León y fuimos donde un colaborador que ya murió, Rafael Lacayo ahí por el Parque San Juan, como a las 00:00- 01:00 am. Le digo al primo –gracias, me salvaste-, le doy 500 córdobas –echá combustible y no le digas a nadie, ni a mi mamita donde me dejaste, cuidado que vos mismos te vas a joder. No le digas nada ni a la Flor ni a mi mamita, ni a mis hermanas.

Rafael me dice -No jodas, ahí dicen que asaltaste-. Agarró una baqueta y comenzó a sacarme la sangre coagulada, me inyectó y me mandó a traer un medicamento. Me consiguió unos pantalones viejos, unas camisas y me alistó, como a la hora se aparece con un jeepito y me llevó arriba de los Hervideros de San Jacinto, donde unos colaboradores históricos, los Carrero […]

La Guardia sospechaba que los Carrero, ahí estuve como dos meses y me dieron alimento. Como a los seis días llegó Jacinto Baca y Lenin, contamos el dinero y me dicen que me quede unos días más para mientras me curo. Como a los ocho días la Guardia me rodeó ahí, alguien había soplado que ahí era sospechoso.

Disfrazado de campesino

[…] Me dice una de las compañeras ahí ¡La Guardia Mairena! vos decile que sos primo de nosotros, de apellido Rivera y Carrero, que viniste del lado de Santa Rosa del Peñón, yo tenía una 45 en la cama donde dormía y en un barril te maíz tenía una ametralladora, de esas pequeñas Mauser. El maíz estaba destapado y no buscaron en el maíz, no levantaron la almohada donde estaba a 45. Yo estaba disfrazado de campesino.

En León habían varios guardias que me conocían. Los maes revisan y se van para arriba a otras casas. Yo dije, hijueputa van a torturar a esta gente y me van a quemar, por eso me quería ir y me dice la Olivia, la que me cuidaba– no salgas, aquí está la guardia. Yo había agarrado la 45 y metido en un saco la ametralladora, en efecto estaba rodeado. Ahí me quedé y dije aquí me voy a morir, esperé y se fueron.

Seguimos trabajando, organizándonos en Rota, Malpaisillo y en el Valle de la Zapata, reclutando gente con Jacinto y entonces cuando la cuestión de Pancasán estábamos en una casa de seguridad en Chinandega.

Gesta de Pancasán

Oigo en la puerta y estaba solo, era Lenin – idiay, ¿no has visto las noticias? Dicen que saliste muerto en Pancasán. Mirá, es favorable esto porque te va a quitar bastante presión de chequeo a la familia, contactos y a vos mismo, pero si te agarran descuidadito te van a palmar. Si acaso te agarran y tenes chance, por lo menos gritas que sos vos.

Como al rato llega Jacinto y me dice ayer nació una hija tuya, mire a la Florcita y  ¿cómo le vas a poner? le dije que quería ponerle Tania, porque acababa de morir Tania la Guerrillera en Bolivia. Le mande una carta a la Flor, que todo bien, que no le dijera nada a mi familia y que le pusiera Tania a la niña.

Nosotros seguimos organizándonos en El Viejo e íbamos a secuestrar  a un […] esbirro somocista y no pudimos capturarlo. Entonces nos chequearon, yo andaba manejando un jeep Landrover y le digo a Jacinto mirá, este jeep lo chequearon en la carretera. Teníamos dos casas de seguridad en Chinandega, Jacinto me dice vamos a ir a hacer un operativo, ya tengo todo preparado. Él tenía a otros dos muchachos más y me dice alístate, vamos al operartivo.

En una gasolinera Esso, frente a la Radio Chinandega vamos a echar combustible y estoy en el timón, Jacinto al otro lado. Cuando estamos, en eso siento un turcaso y solo chispitas miro, lo mismo le paso a Jacinto. La gente que estaba atrás… ellos miraron y no rempujaron, andaban dos escopetas.

Resucita Guerrillero

Cuando recupero el conocimiento en el pavimento grito ¡YO SOY REGIS MAIRENA!, habían periodistas y un montón de gente. Ese mismo día sale en La Prensa Resucita el guerrillero Regis Mairena Toruño. Nos llevan a la casa de seguridad y ahí nos torturaron, a Jacinto torturan duro y después nos llevan al comando y nos pegan una malmatada.

Como a las doce de la noche nos sacan al paredón, le digo a Jacinto nos van a palmar, después nos meten a un vehículo, yo me ubiqué que nos traían para el lado de Managua. Como entre Chinandega y Chichigalpa nos bajan y nos pegan a los cercos con espinas, y montan los Garand. Honestamente sentí la muerte y me acordé de mi mamita, de la Flor y niña, y le dije a Jacinto que hasta aquí llegamos.

Llegó Samuel Genie con tres patrullas, nos fueron a buscar a Chinandega, él era el jefe de la seguridad, de ahí nos trasladaron y estuvimos como tres meses, como el infierno, torturas, preguntaban por las casas de seguridad, colaboradores […].

No nos podían presentar porque estábamos bien malmatados, llegó Cedeño, uno que fue de la Cruz Roja y nos fue a hacer un chequeo, era colaborador de la Cruz Roja y capitán de la Guardia. Nos reconoció y dijo que no nos siguieran malmatando, nos atendió bien tres veces.

En un librito que Jacinto Suarez escribió, hace una reseña de que estuve ahí preso con ellos. A los meses sale una orden, liberar a Jacinto Baca para seguirlo y quebrar a la gente interna del Frente. Jacinto se esconde en Tipitapa y llega donde la Flor, echo verga, palmado y sin riales.

La Flor le da 100 pesos y una cadenita para que la venda y consiguiera riales, se despareció Jacinto. Ya como a los ocho meses llega Alesio Gutiérrez a la celda, allá en la Aviación, estaba Jacinto Suárez, Lenin Cerna, Manuel Vallecillo y me dice- vos jodido, murió tu compañero aquel con el que te capturaron y dije este es Jacinto, en un momento de cólera, arrecho digo que una gente de León seguro lo quemaron, lo sentí y a él lo quise mucho. Me dice Daniel [Ortega] no hombre, no podemos saberlo, tené calma.

Comandante Daniel, líder y consejero

Para finalizar, quería decir que en lo personal, estimo y aprecio mucho al Comandante Daniel, estando preso con nosotros siempre fue un consejero, siempre se preocupó por nosotros. Quiero que la juventud conozca la calidad de líder que para mí es el Comandante y por eso lo aprecio mucho y lo respeto al Comandante Daniel Ortega Saavedra.

A la juventud, que no se olvide nunca de los héroes y mártires, que esta revolución es de la juventud, de los niños, el futuro de Nicaragua, En la juventud está el porvenir de esta revolución”.