Algunos miembros de la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, en particular los musulmanes, están preocupados por no poder mantener un debate abierto sobre lo que ocurre en Israel y Palestina, porque temen represalias si cuestionan las acciones de los israelíes en la Franja de Gaza, según informa Politico.
«La gente está asustada», dijo un funcionario de ascendencia árabe, refiriéndose al asesinato de un niño palestino de seis años a causa de su fe en Chicago. Las autoridades estadounidenses lo calificaron de crimen de odio.
Algunos miembros expresaron que se sentían decepcionados por la retórica del presidente y de toda la cúpula gubernamental estadounidense, que ha declarado su pleno apoyo a Israel en el conflicto con Hamás «hoy, mañana y siempre». Asimismo, manifestaron que los jefes no estaban prestando suficiente atención a las muertes palestinas y al dolor de los musulmanes, a pesar del anuncio reciente que realizó Biden sobre el envío de ayuda humanitaria a los civiles de Gaza y Cisjordania.
Otro funcionario señaló que se sentía frustrado de ver cómo Biden iba a Israel para «dar armas que esencialmente se están utilizando para destruir a la población de Gaza». Al mismo tiempo, considera que no puede expresar abiertamente sus opiniones porque tiene la sensación de que «se ha puesto un bozal a cualquier crítica a Israel».
Se ha instalado la «cultura del silencio»
Varios empleados de la administración lamentan que la «cultura del silencio» sobre la Franja de Gaza y los palestinos haya prevalecido en la Casa Blanca. El periódico en línea HuffPost cita a trabajadores «de varias agencias, la mayoría de ellas relacionadas con asuntos de seguridad nacional», aunque no menciona nombres.
«Siento que ya no hay lugar para mí en EE.UU.», compartió uno de ellos, añadiendo que está «en la cuerda floja» debido a su origen y que le «importa» que su «gente esté muriendo».
«Es como después del 11S [11 de septiembre de 2001], sientes que tus pensamientos están siendo vigilados y tienes miedo de que te consideren antiestadounidense o antisemita», comentó otro.
Un empleado que trabajó en política exterior por más de una década señaló que muchos miembros del personal están conmocionados por cómo difiere la respuesta de la Administración Biden a lo que está sucediendo en Gaza de la retórica durante la campaña, en la que se hacía hincapié en la prioridad de los derechos humanos. Ha surgido una cultura de la «autocensura» entre los empleados, que no permite el debate, afirmó.
Asimismo, una de las fuentes indicó que el «círculo interno» que determina la política de EE.UU. «no es diverso en absoluto», lo que anula el sentido de tener opiniones divergentes en la mesa de las negociaciones, y que las decisiones políticas de la administración «muestran un asombroso desprecio por los palestinos inocentes», que se refleja en el trato al personal.
«El odio no tiene cabida en EE.UU.»
De acuerdo con empleados de la Casa Blanca, la Administración Biden está haciendo un esfuerzo para identificar las perspectivas de los funcionarios sobre la situación en Israel y Palestina, informó HuffPost.
Así, el domingo, el jefe de Gabinete del presidente, Gautam Raghavan, mantuvo una reunión con «altos funcionarios musulmanes actuales y antiguos», algunos de los cuales aseveraron que no se sentían seguros de expresar sus opiniones entre colegas.
Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Robyn Patterson, envió un correo electrónico al medio en el que afirmaba: Biden «ha reunido la administración presidencial más diversa de la historia y está orgulloso del papel abierto y colaborador que desempeñan sus designados para el asesoramiento en política y estrategia, incluidos los miembros musulmanes y árabe-estadounidenses del equipo».
«El presidente Biden y la vicepresidenta Harris han declarado inequívocamente: el odio no tiene cabida en EE.UU., ni para los musulmanes, ni para los árabes, ni para los judíos, ni para nadie», reza la misiva.
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Tomado de: RT