Barricada

El General José Dolores Estrada: precursor de la Institucionalidad del Ejército de Nicaragua

El 12 de agosto 1869, hace 150 años, falleció en Managua, el General José Dolores Estrada Vado, Héroe Nacional. Tuvo una destacada participación como estratega militar durante la Guerra Nacional en contra del filibustero William Walker.

“La actitud del General Estrada lo ubica en la historia como un precursor de la Institucionalidad del Ejército en función de la Constitución Política de Nicaragua, y no de los localismos y tradicionales intereses de los Partidos Políticos o Caudillos de turno. Esto le da a la decisión del General Estrada, una dimensión trascendental en perspectiva histórica, pues señala el camino que debe seguir todo Ejército que pretenda constituirse como Nacional y Patriótico”.

El 14   de   Septiembre   de   1856,   el   Coronel   José Dolores Estrada, al mando de tropas  Nicaragüenses acantonadas en la Hacienda San Jacinto (Tipitapa), le propinaron una derrota militar de alguna consideración a las tropas filibusteras de William Walker, al mando del yanque Byron Cole. Desde entonces, la heroica acción militar del Coronel Estrada le valió la simpatía y veneración Patriótica de los Nicaragüenses. Concluida la guerra Nacional contra Walker, el Coronel se retiró a trabajar en la agricultura.

Sin embargo, trece años después de la Batalla de San Jacinto, el ahora General José Dolores Estrada, tendría que asumir nuevamente la Jefatura de un Ejército Nicaragüense, para atender el llamado que le formuló el Presidente Constitucional   de   Nicaragua,   Don   Fernando   Guzmán (1867- 1870), para enfrentar un alzamiento militar contra el orden Constitucional, liderado nada menos que por sus dos antiguos compañeros de armas en la lucha contra Walker: El General Tomás Martínez y el General Máximo Jeréz.

Por increíble que parezca, Martínez y Jeréz, artífices y miembros  plenos  de  la Junta de Gobierno que  le  dio  a Nicaragua la paz y estabilidad política que necesitaba después de la Guerra Centroamericana contra Walker, y que inauguró los llamados “30 años de Gobierno Conservador” (1858- 1889); y Martínez, dos veces Presidente Constitucional de Nicaragua entre 1858 y 1866; se unieron para derrocar militarmente al Presidente Guzmán, iniciando la “revolución” el 26 de Junio de 1869.

La causa que motivó este alzamiento es oscura, dado que el  régimen político  y  la Presidencia de Guzmán  estaban totalmente  ajustada  a  Derecho.  Había  sido  resultado  de un  proceso  electoral,  apoyado  por  Martínez;  Gobernaba con respeto a la libertad de prensa y opinión; Se ajustaba a los mandatos del Congreso Nacional que sesionaba cada dos años, y que justamente entre Enero y Marzo de 1869 había sesionado, con la participación del General Jeréz, en su calidad de Senador de León; en fin, nada justificaba una “revolución militar” para derrocar al Presidente e iniciar las reformas proclamadas por Jeréz y Martínez en un “Programa” de once puntos.

“Para realizar estas ideas, se necesita destruir el actual orden de cosas i establecer un gobierno excepcional por algún tiempo, lo ejercerá el infrascrito Jeréz, desde el principio de la Revolución, con facultades omnímodas, por el tiempo que él juzgue necesario para asegurar la continuación de la práctica del anterior programa, bajo un orden Constitucional” (Proclama, publicada en La Gaceta No. 27, del 3 de Julio de 1869).

“La revolución” de 1869 dio inicio con la toma del cuartel militar de León, el 26 de Junio. Una vez que la noticia del cuartelazo llegó a Managua, sede del Gobierno de Fernando Guzmán, éste convocó al General José Dolores Estrada, distrayéndolo de sus actividades de agricultura, para que se pusiera al frente del Ejército que lucharía contra los alzados, para restablecer el orden Constitucional en todo el territorio de Nicaragua.

La última Proclama Militar del General Estrada

El General Estrada no vaciló, y asumió el mando militar de forma inmediata, emitiendo el 27 de Junio de 1869, la que se constituiría en su última “Proclama Militar”, la que fue publicada en La Gaceta Número 27, Año III, del 3 de Julio de 1869 y que a continuación transcribo literalmente, para que sea del conocimiento de las generaciones actuales:

EL GENERAL EN JEFE DEL EJÉRCITO

SOLDADOS.

El grito de guerra lanzado ayer en la Ciudad de León, por unos pocos sediciosos perturbadores del orden público,  reclaman  nuestros  servicios  i  decisión  al lado de la autoridad constituida, como un deber imprescindible de todo buen Nicaragüense. Se me ha encargado del mando en Jefe del Ejército de Operaciones, i cuento con vuestro valor i lealtad para cumplir tan honroso cometido. Vamos a combatir en defensa del orden i de la libertad. Es santa la causa de los sostenedores de la lei. Como es criminal i bastarda la de los traidores. SOLDADOS. Bien me conocéis, no esquivaré el peligro, i sabré compartir con vosotros los azares de la suerte, con la gloria de luchar en defensa de la dignidad nacional.

Vuestro Compañero.

J. Dolores Estrada.

Managua, Junio 27 de 1869.

La Proclama transcrita nos permite conocer una actitud apegada a la Ley y al orden Constitucional de parte del General Estrada. No se sintió tentado de unirse a los “traidores” (Martínez y Jeréz), sino que prefirió “combatir en defensa del orden i de la libertad”, como un buen “sostenedor de la Ley”.

La actitud del General Estrada lo ubica en la historia como un precursor de la Institucionalidad del Ejército en función de la Constitución Política de Nicaragua, y no de los localismos y tradicionales intereses de los Partidos Políticos o Caudillos de turno. Esto le da a la decisión del General Estrada, una dimensión trascendental en perspectiva histórica, pues señala el camino que debe seguir todo Ejército que pretenda constituirse como Nacional y Patriótico.

Es justo reconocer que nuestro actual Ejército en Nicaragua, ha retomado la filosofía militar y la doctrina del General Estrada, resumida magistralmente en esta Proclama, donde el eje fundamental de esta consiste en ubicar al Ejército en defensa del “orden y de la libertad”, al lado siempre de la “autoridad Constituida”, y enfrentado a los “traidores”, aunque sean sus compañeros de luchas pasadas.

Digno  es  que  el  Ejército  de  Nicaragua  haya  realizado  a finales de los 90, los Ceremoniales militares de inhumación y traslado de las cenizas del General Estrada, que reposaban en las Ruinas de la Catedral de Managua, hacia Nandaime, donde reposan hoy en día en la principal Iglesia de aquella ciudad. Y digno es que en el Ejército de Nicaragua se tenga en alta estima el ejemplo legado por este General del Siglo XIX, a las futuras generaciones de Nicaragüenses.

Pero…¿Qué pasó con el General Estrada durante esa guerra por el orden Constitucional?. Murió. No en batalla, como seguramente le hubiera gustado morir, sino de muerte natural. Su vida se apagó el 12 de agosto de 1869. La Gaceta del 14 de agosto anunció oficialmente su muerte: “El Jueves a las ocho i diez minutos de la mañana falleció en esta capital José Dolores Estrada, Jefe del Ejército de la República, a la edad de 73 años”.

Murió, “con las botas puestas”, diríamos parafraseando el refrán popular. La guerra continuó, pero Managua se paralizó para rendir homenaje a tan digno General.

El Ministro de Defensa, Don Pedro Joaquín Chamorro, organizaría los Ceremoniales de Sepelio del General fallecido.

Después de la muerte del General Estrada el mando del Ejército pasó al Senador Pedro Joaquín Chamorro, pero luego el propio Presidente Guzmán asumió la Jefatura del Ejército, para lo cual tuvo que depositar la Presidencia el 12 de Septiembre de 1869, en la persona del mismo Senador Chamorro. Este era el procedimiento que se debía seguir.

Estando al mando del Ejército, el Presidente Guzmán, admitió un armisticio del 16 al 26 de Septiembre, mientras el Embajador de Honduras, procuraba llegar a un término amistoso del conflicto militar. Este diplomático, Manuel Colindres, no pudo lograr su cometido, continuando la guerra. En Octubre 14 y 15, las tropas gubernamentales acantonadas en Niquinohomo y Jinotepe, al mando del Presidente Guzmán, le propinarían una contundente derrota militar a las fuerzas rebeldes, que marcaría la finalización del conflicto bélico.

El 30 de Octubre capitularían los Generales Martínez y Jeréz, suscribiéndose unas Bases de Capitulación, que serían suscritas por el Presidente Guzmán y en nombre y representación de los Generales rebeldes, sería suscrita por el Embajador de los Estados Unidos de Norteamérica en Nicaragua, Charles N. Riotte.

El  General  Estrada  no  vio  la  victoria,  pero  la  gloria  de haber defendido el orden Constitucional y la libertad de los Nicaragüenses, frente a una pretensión de establecer un  régimen  “con  facultades  omnímodas”, contrariando la legalidad y la Constitucionalidad, serán reconocidas desde entonces por toda Nicaragua. Su memoria comenzó a agigantarse desde su muerte, de tal manera que transcurridos tan solamente cinco años después de su fallecimiento, en 1874, se honraba su memoria como vencedor de la batalla de San Jacinto, en todas las Plazas de la República, con carácter oficial.A continuación un ejemplo de las proclamas que se pronunciaban en su nombre y memoria:

Orden General del 14 y 15 de septiembre

SOLDADOS.- Un hecho de armas, la batalla de San Jacinto librada el 14 de Setiembre de 1856, por un puñado de valientes acaudillados por el ínclito General. José Dolores Estrada, es el objeto de los honores militares de que sois ejecutores. En todas las plazas de la República se dá celebridad a este día con un carácter oficial, para demostrar que la Patria no pasa desapercibios el coraje y denuedo con que el soldado derrama su sangre i espone su vida en defensa de sus fueros.Mañana se conmemora otro hecho de elevada significación política, el día de nuestra independencia, el 15 de Setiembre de 1821 en que fuimos emancipados del Gobierno despótico que nos oprimía. Vosotros soldados, como ciudadanos, como hijos que sois de la gran familia Centro Americana, debéis también mostrar el regocijo que causa el ser libres e independientes.

Vuestro Jefe de armas.

Es conforme, Acoyapa, Octubre 10 de 1874.

Víctor Cuadra.

Honor y Gloria al General José Dolores Estrada, no solamente por haber defendido la libertad de los Nicaragüense en la Batalla de San Jacinto, sino por haber defendido esa libertad, en la guerra contra los Generales Jeréz y Martínez, en 1869, año de su glorificación como primer General en Jefe del Ejército Constitucional de la República de Nicaragua.

El Equipo de Barricada/Historia les trae la Revista especial dedicada al General José Dolores Estrada, publicada por la Dirección de Patrimonio Histórico de la Alcaldía de Managua.

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