“Sandino General de Hombres y Mujeres libres, Gaspar García Laviana, Sacerdote, Padre, Guerrillero de hombres y mujeres libres, aquí estamos y estamos cumpliendo y estamos realizando los sueños de todos, y el sueño supremo de vivir en Soberanía, en Dignidad, en independencia, en autodeterminación y en exigir respeto y no injerencia en la vida de las familias nicaragüenses”.
Compañera Rosario Murillo, 13 de diciembre 2022.
El Héroe Nacional, Comandante Gaspar García Laviana, nació el 8 de noviembre de 1942 en Les Roces, pequeño poblado del municipio de San Martín del Rey Aurelio, en la cuenca minera del Río Nalón, Asturias, España.
Nacido en el seno de una familia de mineros, que se trasladó a la población asturiana de Tuilla, municipio de Langreo, situado en la misma cuenca minera.
Su infancia y adolescencia tiene como fondo las luchas del movimiento de los mineros, en contra de las injusticias perpetradas por la dictadura franquista, régimen que se caracterizó por la intensa represión contra los trabajadores; de hecho, los años 1957 a 1965 son años caracterizados por las incesantes huelgas de los mineros en pro de una vida más digna. En esa etapa, la oportunidad de estudiar era una forma de salvarse de los peligros de la mina.
Muy joven, realizó estudios de bachillerato en Valladolid, y. posteriormente, estudió Filosofía y Teología en Logroño, haciéndose sacerdote en 1967, dentro de la orden de los misioneros del Sagrado Corazón. Posteriormente, fue asignado a la parroquia de San Federico, en Madrid, en una época en que se dio un amplio movimiento de sacerdotes comprometidos con la clase trabajadora; compartió su trabajo en un taller de carpintería con su misión pastoral en la parroquia. Muchas personas recuerdan con cariño el espíritu de compromiso con los intereses populares desde sus primeros años de sacerdocio.
En 1969, tomó la decisión de trasladarse a Nicaragua: «En España ya hay suficientes curas», afirmaba Gaspar con determinación. Fue destinado a la parroquia de San Juan del Sur, Rivas; y, posteriormente, a Tola, en el mismo departamento.
Desde el comienzo de su labor pastoral en ambos municipios, se identificó con el sufrimiento del pueblo. Las constantes denunci hacia los oficiales de la guardia
somocista y los agentes del gobierno y los terratenientes se prodigaron cada vez más.
Gaspar es un ser humano que fue tomando conciencia de la dura realidad que vivían los distintos sectores del pueblo. Sus cada vez más contradicciones con los jerarcas somocistas lo llevan a tomar la decisión de dar un paso al frente ingresando al FSLN. «Somos la liberación sola, única, total. Somos la revolución de Nicaragua», afirma Gaspar en su poema dedicado al Frente Sandinista. «Quise apagar tu pobreza con justicia legalista; al no poder, me convertí en guerrillero», afirma Gaspar en otro de sus poemas.
Se volcó en la lucha armada como miembro del Estado Mayor del Frente Sur «Benjamín Zeledón», siendo ejemplo de valentía y arrojo temerario, pero también de humildad y liderazgo, teniendo claro en todo momento que en la lucha se vive y se muere: «A morir, a morir, guerrillero, que para subir al cielo, hay que morir primero», decía en uno de sus poemas.
El Comandante «Martín», Gaspar García Laviana, cayó combatiendo en el lugar conocido como «El Infierno», o «El Disparate», municipio de Cárdenas, un 11 de diciembre de 1978, siete meses antes del triunfo revolucionario, que Gaspar ayudó a construir. Sus honras fúnebres, en octubre de 1979, revelaron el profundo homenaje del pueblo a su ejemplo inmortal.
En la memoria florece su espíritu indomable de lucha por los intereses de los desposeídos de la tierra. Escuelas, hospitales, centros de salud, cooperativas, organizaciones de mujeres, centros de capacitación, entre otros, llevan su nombre como fiel testimonio de la lucha de un hombre que hizo de su compromiso y amor al pueblo una vocación imperecedera.
¡Gloria eterna al comandante Martín!
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