La combatiente histórica Gladys Báez compartió en una entrevista a Revista En Vivo de Canal 4, en 2019, su testimonio sobre su papel en la Revolución Sandinista y la lucha por los derechos de las mujeres en Nicaragua.
Originaria de Juigalpa, Chontales, Báez inició su militancia a través del Sindicato de Oficios Varios y el Partido Socialista Nicaragüense. En 1963, representó a Nicaragua en el Congreso Mundial de Mujeres, una experiencia que marcó su compromiso con la causa revolucionaria y la participación femenina en la transformación del país.
«Si acepté esta entrevista es porque las nuevas generaciones deben conocer lo que cuesta la lucha y que tenemos la obligación de transmitirlo», expresó Báez, destacando la importancia de preservar la memoria histórica.
Estrategia e ingenio en la lucha clandestina
En su relato, Báez recordó momentos de alto riesgo durante la lucha contra la dictadura somocista. En una ocasión, mientras transportaba información, simuló estar embarazada para evadir un retén de la Guardia Nacional.»Me bajé tranquilamente y le dije al guardia: ‘mire, yo ando bien mal, estoy panzona y con ganas de vomitar’. Nos dejaron pasar», relató con una mezcla de picardía y orgullo.Su participación en la guerrilla la llevó a compartir trincheras con destacados dirigentes sandinistas. “Tuve la dicha de conocer a compañeros valiosísimos que me ayudaron muchísimo para poder mantenerme en las filas”, recordó.
Defensora de la participación femenina en la Revolución
Báez subrayó el papel fundamental de las mujeres en la lucha sandinista, enfrentando no solo la represión, sino también barreras dentro de sus propias filas. Destacó la dificultad inicial para que se acepte una cuota de participación femenina en espacios de decisión y cómo, con el tiempo, lograron consolidar su presencia.
«La lucha no fue fácil. En los años 80 tuvimos que pelear para que se aceptara la cuota de mujeres, y cuando la aprobaron, nos ponían de la mitad para abajo para que no quedáramos. Entonces inventamos la trenza: un hombre, una mujer, un hombre, una mujer. Así fue que nos tomó en serio y logramos avanzar», expresó.
Báez enfatizó que la equidad de género en la política nicaragüense es un logro de la Revolución Sandinista. «El 50% de participación de las mujeres en los cargos públicos es ley, pero es una conquista que propusimos y defendimos nosotras», afirmó.
Convencida del rol protagónico de las mujeres en el desarrollo del país, dejó un mensaje claro: «El reto fundamental es seguir avanzando como país, como familia y como comunidad. En esa medida, las mujeres también prosperamos y seguimos en victoria”.
Su testimonio es un reflejo del sacrificio, la determinación y el compromiso de una generación que entregó su vida a la lucha por la justicia y la igualdad en Nicaragua.
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