La Universidad Nacional Casimiro Sotelo ha lanzado la temporada de innovación abierta, brindando a todos sus estudiantes la oportunidad de proponer proyectos innovadores sin limitaciones. Este programa busca fomentar la creatividad, con un enfoque especial en la innovación social, para generar soluciones que beneficien a las comunidades más vulnerables.
Alejandro Genet Cruz, rector de la Universidad Nacional Casimiro Sotelo, resaltó el entusiasmo de los estudiantes en esta temporada de innovación, quienes están deseosos de participar y demostrar que la oportunidad está abierta a toda la comunidad universitaria. «Este impulso proviene de los logros obtenidos tanto en el rally nacional como en el internacional, donde, a solo nueve meses de haber iniciado, ya obtuvieron un primer lugar en una de las categorías entre 68 sedes. Este éxito ha motivado aún más a los estudiantes a involucrarse en el programa de innovación abierta que se va a lanzar», afirmó.
El rector de la universidad, subrayó que el enfoque de esta innovación es amplio, aunque se destaca un particular interés en la innovación social, con proyectos que buscan generar beneficios para la sociedad, especialmente para las personas de bajos recursos. Añadió que esto también se vincula con la formación de profesionales integrales, alineada con el modelo educativo nacional centrado en la persona, la familia y la comunidad.
Ganet, mencionó que para esta temporada de innovación abierta, la universidad ha preparado todos los espacios necesarios para que los estudiantes propongan y desarrollen sus ideas en un plazo de dos a tres semanas. «Este es un ejemplo claro de cómo la motivación estudiantil y el apoyo institucional pueden generar avances significativos en la innovación y el desarrollo social», dijo.
Por su parte Douglas Silva, representante de la empresa Amili, compartió su experiencia sobre cómo su empresa ha superado retos desde 2018, innovando con el cultivo y transformación del sésamo negro en Nicaragua.
Silva explicó la importancia de una siembra agroecológica para exportación, que preserva los nutrientes y la biodiversidad del suelo. «Amili ha desarrollado productos derivados del ajonjolí negro, como aceite tostado y dulces, que son un ejemplo de cómo esta semilla puede tener usos diversos en la gastronomía, especialmente en platos como el sushi o el arroz, siguiendo influencias asiáticas», enfatizó Silva.
