Barricada

Silvia Ferrufino: estoy convencida que mi sacrificio no ha sido en vano

El 25 de Mayo de 1979, hace 40 años, Silvia Ferrufino Sobalvarro, enfermera de profesión, fallece en la finca de sus padres en Jocote Dulce, en Managua.

Murió como consecuencia de los 33 días de huelga de hambre que hizo para exigir a la Dictadura Somocista el reintegro de sus más de dos mil compañeros trabajadores de la salud, despedidos desde julio de 1978.

Te puede interesar: Por la libertad de Lula, inician hoy huelga de hambre en Brasilia

Silvia, nacida en abril de 1943, tras graduarse como enfermera obtiene su primer trabajo el Hospital General «El Retiro», el principal de Managua antes del terremoto de 1979.

Desde su puesto de trabajo se involucra en la lucha por los derechos de los trabajadores de la salud, conculcados por la Dictadura.

Así, participó en la denominada huelga del «pan duro» en 1971, en 1973 en la huelga nacional de los trabajadores de la salud y en 1974 en la huelga histórica , por medio de la cual se consigue el primer convenio colectivo a nivel nacional.

En julio de 1978, participa en otra huelga nacional que exigía el cumplimiento del convenio colectiva. La huelga fue duramente reprimida por la criminal Guardia Nacional Somocista, y la Dictadura despideva miles de trabajadores del sector salud.

En enero de 1979, Silvia y otros compañeros de la Federación de Trabajadores de la Salud (FETSALUD), protagonizan una huelga de hambre en demanda al reintegro de los despedidos.

Silvia se mantuvo inclaudicable en la huelga. Fueron 33 días de no probar alimento alguno que le causó el deterioro irreversible de su salud.

Los médicos que apoyaban su lucha deciden sacarla del local de la Cruz Roja donde realizaba la huelga y enviarla a un centro asistencial en Costa Rica, pero los doctores costarricenses dan un terrible diagnóstico: está desahuciada, nada se puede hacer para salvarle la vuda.

Regresó a Managua y se traslada al hogar de sus padres en Jocote Dulce, comarca al sur de Managua, donde finalmente fallece.

Poco antes de morir , Silvia dijo sus últimas palabras: «Estoy convencida que mi sacrificio no ha sido en vano» .

¡Viva el ejemplo imperecedero de Silvia Ferrufino!