Barricada

Matagalpa 1978: Testimonios de los muchachos que hicieron la Insurrección

La Insurrección de los Muchachos, que estalló el 28 de agosto de 1978, fue el preludio del derrocamiento del gobierno somocista. 41 años después, recordamos esta gesta extraordinaria, la insurrección armada de un pueblo, que, vanguardizado por el FSLN, se levantó para defender el derecho de ser libre.

Gracias al testimonio de algunos combatientes históricos que sobrevivieron a los combates, podremos comprender mejor qué significó para Nicaragua, la Insurrección de los Muchachos del 28 de agosto de 1978.

Este trabajo es dedicado a todos aquellos hombres y mujeres matagalpinos que en el 78 eran niños y muchachos. Nuestro reconocimiento a estos revolucionarios, llenos de arrojo, voluntad y valentía: a los que sobrevivieron y a los que dieron su vida para que Nicaragua fuese libre.

Los testimonios orales son el principal recurso para la reconstrucción de hechos que ocurrieron en el reciente pasado. Con el propósito de rescatar y preservar la memoria histórica de la lucha sandinista, el Equipo de Barricada/Historia ha procurado la reconstrucción de los acontecimientos de la Insurrección de los Muchachos del 28 de agosto de 1978, a través de las voces de sus protagonistas.

Las y los combatientes históricos que participaron en esta gesta heroica nos relataron qué sucedió en Matagalpa en los últimos días de agosto 1978, días cruciales, que marcaron un hito en la historia de la ciudad de Matagalpa y también en la historia de la insurrección popular en Nicaragua.

Son considerados “detonantes” de la Insurrección de los Muchachos tres hechos históricos ocurridos en 1978: el asesinato del Doctor Pedro Joaquín Chamorro el 10 de enero, la insurrección de Monimbó en febrero, donde cayó en combate el Comandante Camilo Ortega y el Asalto al Palacio Nacional el 22 de agosto.

En ese entonces, muchos jóvenes de Matagalpa estaban organizados en los movimientos estudiantiles, bajo el liderazgo de la Dirección Nacional del FSLN, como eran la Asociación de Estudiantes de Secundaria (AES) y el Frente Estudiantil Revolucionario (FER).

El levantamiento

Don David Pavón, combatiente histórico, quien se dedica desde hace tiempo al rescate y preservación de la memoria histórica de la Gesta heroica del 22 de agosto de 1978, en ese entonces estaba organizado en la AES. Don David recuerda perfectamente los días que precedieron la Insurrección y nos comenta que desde el 26 de agosto se realizaron piquetes en distintos puntos de Matagalpa como hostigamientos a la Guardia Nacional.

El levantamiento insurreccional, que estalla el 28 de agosto, “fue ejecutado por jóvenes estudiantes de secundaria, estaban incorporados al AES así como también al FER en su momento, también fue ejecutada por los padres de familia”. Se sumaron también combatientes populares, muchachos de los diversos estratos sociales de la ciudad, población organizada.

El estallido social se dio el 28 de agosto, cuando la Guardia asesinó al compañero José Alberto Chavarría Castro, en la Colonia El Mazo. Ese día, la población se desbordó en las calles de los barrios El Progreso, Guanuca y Palo Alto, llevando en manifestación de ira e indignación el cuerpo de José Alberto.

Hay que considerar que Matagalpa, fue la primera ciudad insurreccionada, previo a las insurrecciones de septiembre de 1978.

Luchar en desigual combate

Insurrección

Don David afirma que rememorar esta gesta heroica significa hacer un “[…] reconocimiento histórico a estos muchachos y muchachas que participamos, que nos vimos involucrados en esta única epopeya, única en su género, desde el punto de vista de la desigualdad [que existía] en ese momento [a nivel] de armamento y preparación militar existente”.

Don David afirma que se trató de una “desproporcionada lucha campal” y nos cuenta cómo los jóvenes se enfrentaron a una guardia somocista bien entrenada, muy bien armada, mientras ellos tenían poca experiencia militar y contaban solamente con “[…] pistolitas de 22, revólver 38, de vez en cuando una 9 milímetro, bombas de contactos, Molotov” – pero sobre todo – “contábamos con valor, arrojo, patriotismo, lo que define a un revolucionario […]”.

Tomarse la ciudad

En las calles de Matagalpa se hicieron trincheras con sacos de abono para protegerse de los ataques la guardia, se formaron escuadras en cada cuadra de los barrios El Progreso, Guanuca hasta llegar a Palo Alto, así como las zonas de los barrios de Santa Ana, San Ramón y la carretera que va hacia a Jinotega estaba tomada por los jóvenes combatientes.

Fue así que los hechos continuaban, el pueblo estaba decidido a derrocar a la dictadura, con el entusiasmo para continuar combatiendo a la guardia.

La masacre del Hotel Soza

El día 29 de agosto el Obispo Julián Barni y Aquiles, solicitó a la guardia una “tregua” en los enfrentamientos contra los combatientes.

El 30 de agosto llegó a Matagalpa Monseñor Miguel Obando y Bravo para mediar la situación. Sin embargo, la Guardia Nacional recibió refuerzos desde Managua e incumpliendo el acuerdo de cese al fuego de 24 horas, atacó el Hotel Soza, asesinando a: doña Justina Arauz Matus de Soza, Luis Alfredo Lacayo, Harold Miranda Téllez y Nubia Montenegro, joven de escasos 16 años y empleada del hotel.

Pasaron alrededor de cinco días del levantamiento popular y los hechos de la masacre a la familia Soza, cuando “… se intensifica el repudio popular y el apoyo al del pueblo a los chavalos de la insurrección” afirma don David. Sigue explicándonos: “Durante el mismo desarrollo de la insurrección como tal tuvo participación la aviación [de la guardia somocista], […] estaban los Push and Pull, inclusive a un DC-4, […] que dejaba caer bombas de 500 libras, [y] las ráfagas de parte de estos aviones Push and Pull”.

Los combates bajo los reflectores nacionales e internacionales

Durante una semana, los reflectores nacionales e internaciones estuvieron puestos en las acciones de Matagalpa, la Insurrección de los Muchachos, era noticia alrededor del mundo.

La acción de los muchachos logró empantanar durante una semana a las tropas élites de la guardia nacional, mientras que a nivel internacional Fidel Castro de Cuba, Carlos Andrés Pérez de Venezuela, el general Omar Torrijos de Panamá, Rodrigo Carazo de Costa Rica, José López Portillo de México, haciendo un llamado a la comunidad internacional a que detuvieran el genocidio que se estaba llevando a cabo en la ciudad de Matagalpa”.

En el desarrollo de los combates contra la guardia “[…] se dio lo que es en sí la toma de la pala mecánica…la utilizaban para quitar las barricadas que nosotros habíamos hecho en las calles, pero que producto del esfuerzo que se hizo para quitársela, un francotirador mató a un compañero llamado Dámaso Blandón […]” nos continúa relatando don Pavón.

La retirada estratégica

Cuando la guardia recrudeció sus ataques contra los muchachos, la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación ordenó la retirada estratégica, para salvaguardar la vida de los combatientes. Fue así que en los primeros días de septiembre en horas de la noche se dio la retirada estratégica hacia el Cerro Apante.

Nos relata don David: “[…] algunos de los que estábamos en el lugar regresamos a nuestras casas y mantenernos ahí sin salir para evitar ser sorprendidos por la guardia, otros optaron por irse a una finca o cambiar de ciudad para no ser objetivo de la guardia”.

Voces de combatientes históricos

“Este levantamiento armado en Matagalpa tuvo la participación… de sus mejores hijos e hijas, padres de familias, tíos, primos, hermanos, entre todos hicimos la lucha, a ellos el reconocimiento por esta gesta histórica”, explica don David.

En nuestro contexto actual, estamos llamados al rescate de la memoria histórica, escuchando qué significó esta gesta para sus protagonistas, para el pueblo de Matagalpa y, más en general, para la lucha revolucionaria liderada por el Frente Sandinista.

Son varios los compañeros que participaron en aquellas acciones de agosto de 1978 y que quisieron compartir sus memorias y recuerdos.

Don Carlos Suazo nos habla acerca de lo que se aprendió a través de la Insurrección de Matagalpa: “El movimiento 28 de agosto [fue] la antesala de la insurrección final: da experiencia a los jóvenes cómo operar clandestinamente, cómo enfrentar la guardia, cómo armarse mejor, como entrenarse mejor…”

Doña Gloria Gutiérrez nos relata que “esa guerra fue muy fuerte por la represión que había en ese momento, nos vimos obligados a dejar los estudios y meternos a esta insurrección”. Además recuerda a  “todos los compañeros que han luchado y dieron su vida en todos los momentos que hubo que defender nuestra Revolución”.

La lucha no fue en vano

Insurrección
Doña Carmen Ruiz Guillén (a la izquierda) y doña Elyn Montes López (a la derecha).

Don Ricardo Gutiérrez afirma: “Después de eso, de la represión, de las barbaridades que hacía la guardia contra nosotros los jóvenes… se ensañaba contra los estudiantes, pero al final fuimos triunfando poco a poco”.

Y doña Carmen Ruiz recalca: “No fue en vano la lucha, la insurrección de los niños, porque hoy estamos viviendo una etapa de transición, de Revolución… donde está el Comandante Daniel. Y con esa experiencia que tenemos desde tiempo atrás [1978] vamos a seguir adelante”.

Nuestros Héroes y Mártires

Doña Elyn Montes nos habla del respeto a nuestros héroes y mártires. Son nuestra luz, son nuestro faro que en estos momentos nos guía para seguir luchando en esta segunda etapa de la Revolución.”

También agrega: “A 41 años de esta gesta heroica, el mejor homenaje a nuestro héroes y mártires es seguir luchando, es seguir resguardo la Revolución, bajo la conducción de nuestro máximo líder, nuestro Comandante Daniel Ortega”.

Mensaje a las jóvenes generaciones

Los “muchachos” de la Insurrección, estos combatientes históricos inclaudicables, tienen un mensaje para las nuevas generaciones de la juventud que enfrenta las nuevas batallas de la Revolución. Mensaje sintetizado en las palabras de doña Carmen Ruiz:

“Que [los jóvenes] sigan adelante, que sigan la historia, que sigan siendo líderes, muchachos muy honestos, estudiosos, y hay que [seguir] los lineamientos que nos rigen como militantes del Frente Sandinista.

Ellos [los jóvenes] retomen la historia de nosotros, que fuimos jóvenes, fuimos Juventud Sandinista 19 de Julio y que retomen ese legado… estuvimos en todas la tareas, en todas las luchas, así como nosotros [deseamos] que ellos, nos releven (para) que nos sintamos orgullosos, porque son los que van a seguir en esta lucha [y en la Revolución]”.

¡Honor y gloria nuestros Héroes y Mártires de la Insurrección de 1978!

¡Vivan y vivan por siempre en nuestros corazones y nuestra memoria!

¡Patria Libre o Morir!

Insurrección
Foto histórica: Cortesía de doña Elyn Montes. De izquierda a derecha: Saúl Kraudy, Liana montes, Signio Montoya, Irazema Miranda Báez (hija de la compañera Gladys Báez), Comandante Francisco Ramírez (Q.e.p.d.), «Callejas», «El macheteado», Concepción, Comandante Víctor Tirado (con sombrero ), Casimiro (de gorra), Reynaldo Mairena (Q.e.p.d.), el último de los de pie es Rigoberto Castro.
Sentados de izquierda a derecha : el primero sin identificar, Went Cholettet, Abilio Flores, Róger Aguirre, Dora Vidaurre, Luis Hernández («Maní» ), Óscar Darío, el último, desconocido.

Texto: Stella Merlos

Entrevistas: Stella Merlos y Cecilia Costa

Transcripción de entrevistas: Ana Carmen Martínez, Enmanuel Soza y Stella Merlos

Cuido editorial: Cecilia Costa

Cámara: Héctor Pineda

Edición vídeo: Elvin Rivera

Agradecimientos

El Equipo de Barricada agradece a la estructura municipal y departamental del FSLN en Matagalpa y a la Alcaldía de Matagalpa por todo el apoyo brindado para la realización de esta nota y del material audiovisual.

Damos las gracias también a las y los Combatientes Históricos que compartieron sus memorias y testimonios.