Barricada

Honor y Gloria a los Héroes y Mártires de Pantasma

El 18 de octubre de 1983, hace 37 años, la contra atacócon 500 hombres el pequeño poblado campesino de Santa María de Pantasma, en uno de los más grandes actos de violencia homicida perpetrado en la década de los ochenta.

Perdieron la vida en este desigual combate 47 compañeros y compañeras sandinistas, cooperativistas y milicianos del Batallón de “Estancia Cora”.

Pantasma tenía una escuela, el depósito de granos básicos de la Empresa Nacional de Granos Básicos (ENABAS), la bodega de la Empresa Nacional del Café (ENCAFE), la oficina de la Reforma Agraria, la del Banco Nacional de Desarrollo (BANADES) y la del Viceministerio de Educación de Adultos (VIMEDA). Entonces la mayoría de las casas eran de madera. Todo fue destruido total o parcialmente.

“Yo estuve allí, fui testigo del heroísmo de los campesinos que defendieron sus tierras y sus sueños, con una valentía sin igual.   Hoy en Santa María de Pantasma un monumento honra su gesta y nos impulsa a continuar defendiendo la transformación revolucionaria de Nicaragua”

Faustino Torres

El inicio de la Reforma Agraria

Aquellos años, a inicios de la década de los años 80 del siglo pasado, había un contexto muy especial, de entusiasmo por el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, la alfabetización, y en el campo el inicio de la Reforma Agraria, que pondría la tierra cultivable en manos del campesinado.   Yo viví esa hermosa experiencia en el departamento de Jinotega, en el municipio de Santa María de Pantasma, donde para entonces había pocas viviendas y escasa infraestructura para la producción, la salud y la educación.

Para 1983, ya se habían organizado Cooperativas Agrícolas Sandinistas (CAS), donde la participación era voluntaria, entre ellas: la “Juan Ramón Correa”, la “Castilblanco”, y otras.   Los campesinos cooperados además de la tierra, recibieron insumos agrícolas, tractores, crédito y asistencia técnica.  Por eso se habían instalado en el poblado oficinas del Banco Nacional de Desarrollo (BANADES), de PROCAMPO, una entidad creada por el Instituto Nicaragüense de Reforma Agraria (INRA) para que se hiciera cargo de la asistencia técnica para la producción y el mercadeo.   También se instaló un aserrío, un centro de salud,  la sede de la Policía Sandinista,  las oficinas del Viceministerio de Educación de Adultos (VIMEDA) que recuerdo que era de madera.   La reforma agraria se acompañó con salud, alfabetización y educación de adultos.  

El trabajo de campo bajo constante amenaza

Teníamos un buen trabajo de campo coordinado, había mucho entusiasmo, nos reuníamos frecuentemente para evaluar el trabajo técnico y político, que no descuidábamos porque en esa zona ya se había detectado la presencia de la contrarrevolución, en la zona fronteriza con Honduras, en el Cuá y en Pantasma.   Por medio de mensajes por la radio, la Contra, decía a los campesinos que la reforma agraria les iba a expropiar sus tierras, que el sandinismo era malo, que les iban a quitar los hijos, que no creían en Dios… En fin creando confusión y malestar con estas manipulaciones.   Todo para poner a hermanos contra hermanos, nicaragüenses contra nicaragüenses.    Ya se estaba gestando la FDN (Fuerza Democrática Nicaragüense), entrenada y financiada por los Estados Unidos.

Los internacionalistas guatemaltecos

Yo era muy joven, como todos los que cumplíamos tareas en Pantasma.  Recuerdo de manera especial a cuatro indígenas guatemaltecos, que después supe que eran de Santiago Atitlán, del pueblo Tzutujil.  Ellos eran muy activos en la Educación de Adultos.  Puedo mencionar a Juan Tiney, Pedro Esquina, y a los hermanos Miguel y Cruz Regino Sisay Rabinal.   Cruz, había trabajado en radio en Guatemala, era poeta y declamador.  Gustaba de declamar poemas de Rubén Darío, en especial el Canto de Esperanza: “Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.  Un soplo milenario trae amagos de peste.  Se asesinan los hombres en el extremo Este…”

La tragedia estaba por venir

El día 17 de octubre por la noche, yo estuve en las oficinas del VIMEDA conversando con la compañera Ninfa Segura y con Cruz Regino, para recordarles que tuvieran cuidado, que estuvieran alertas.  Me cercioré que tenían listos sus pozos de tiradores y sus fusiles.  Se habían distribuido algunas armas para la defensa, pero con escaso entrenamiento, era más la voluntad y la mística, la convicción militante.

Esa misma noche se realizó una fiesta en el aserrío, y ninguno se percató que allí estuvieron contras recopilando información, ya que tenían colaboradores locales.  La tragedia estaba por venir.  Ya los contras sabían que una compañía del  Ejército había salido a patrullar y que no tendrían mayor resistencia para tomarse el poblado.  No hubo contacto, porque la contra los vio pasar y decidieron atacar el poblado.

El ataque de la contra

A las 5 de la mañana del 18 de octubre de 1983, inició el ataque de la contra.  Un grupo atacó la cooperativa “Juan Ramón Correa”, donde los campesinos les opusieron una tenaz resistencia.  Otro, dirigido por el contra Santiago Meza, que usaba el seudónimo de “Cinco Pinos”, un campesino oriundo de San Rafael del Norte atacó el Ministerio de Educación.  Un tercer grupo atacó el aserrío y la sede de la Policía.    A las 8 de la mañana fue atacada la cooperativa “Castilblanco”.   A las 2 de la tarde un mortero cayó sobre el depósito de armas del Ejército, ocasionando la destrucción total del mismo.   Los contras, en este desigual combate, destruyeron las instalaciones del VIMEDA, del Banco, las oficinas de ENCAFE (Empresa Nacional del Café), el Comando del Batallón, la sede de PROCAMPO y quemaron varios equipos del plantel de carreteras.  El operativo de la contra lo dirigió Luis Moreno (Mike Lima) un militar egresado de la Academia Militar de Somoza García, que se ubicó en el sector de Praderas desde temprano.

A eso de las tres de la tarde, en medio del combate, decidí subir a la Casa zonal del FSLN a rescatar la radio y evitar que cayera en manos de la contra, lo despegué rápidamente y bajé.  Llovía mucho, el agua en las trincheras nos cubría hasta las rodillas, tenía el fusil en la mano y las balas trazadoras nos pasaban cerquita.

Los contras se retiraron a eso de las 6 de la tarde buscando los Planes de Vilán, en la zona de la comarca de El Venado.   Nosotros evacuamos el sitio más tarde.  Pude salir en retirada, junto con el jefe de Batallón, aproximadamente a las 9 de la noche, caminando por la cordillera buscando El Corozal.    Al otro día llegaron los refuerzos del Ejército Popular Sandinista.

El saldo del funesto ataque

El saldo mortal ascendió a 47 compañeros y compañeras sandinistas, cooperativistas y milicianos del Batallón de “Estancia Cora”, asesinados en este funesto ataque uno de los pocos operativos exitosos de la contra.   Ese día cayeron la joven profesora Ninfa Segura, originaria de Rivas, que era profesora y atendía el programa de educación de adultos; el profesor Noel Vargas, director del Ministerio de Educación y  Cruz Regino Sisay Rabinal.

Los caídos oriundos de Pantasma fueron exhumados en la localidad.  La profesora Ninfa y el profesor Noel, fueron llevados a sus lugares de origen.  El cuerpo del profesor Cruz Regino, fue llevado a Managua y enterrado en el Cementerio Oriental en el mismo lugar donde reposan los jóvenes sandinistas caídos en San José de las Mulas.

El heroísmo de los campesinos

Estos son mis recuerdos.  Yo estuve allí, fui testigo del heroísmo de los campesinos que defendieron sus tierras y sus sueños, con una valentía sin igual.   Hoy en Santa María de Pantasma un monumento honra su gesta y nos impulsa a continuar defendiendo la transformación revolucionaria de Nicaragua.

Narrado por: Faustino Torres