Barricada

Juan Noel Dávila Barrera, a treinta y seis años de su paso a la inmortalidad

El primero de agosto de 1986, hace 36 años, cayó en emboscada el compañero Juan Noel Dávila Barrera, en la comunidad “La Chincaca”, municipio de Acoyapa, kilómetro 184.5 a San Carlos. Conducía un Camión IFA de la 52 Brigada de la V Región y junto a él cayeron los compañeros Hilario Calero, Rolando Madriz “El conejito” y Noel Sequeira “El Jaguar”.

Nació el 16 de mayo de 1964, en el poblado de Lóvago, Chontales, tercer hijo de doña Margarita Barrera y don Manuel Dávila Picado. Desde muy joven, aprendió el oficio de su padre, chofer y mecánico. Sus familiares lo recuerdan como un muchacho honesto, sencillo, dedicado a su trabajo y responsable con su familia.

Ingresó al Ejército Popular Sandinista en 1985, cumpliendo con su Servicio Militar Patriótico en el contexto de la guerra de agresión impuesta por la administración de los Estados Unidos, que financió y preparó a la Contra, para debilitar el proceso revolucionario.

Como miles de jóvenes heroicos, engrosó las filas del Ejército Popular Sandinista por la defensa de la Patria y de la Revolución. Al integrarse en la 52 Brigada de la V región, en Acoyapa Chontales, apoyó como conductor de vehículo, habilidad que puso a disposición de la Revolución.

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Ese mismo año, su pelotón fue emboscado en un área conocida como “La Muerte”, a la altura del km 185 carretera a San Carlos y 6 km montaña adentro. Todos lograron salir con vida, solamente heridos. Noel, como lo llamaban sus familiares, fue herido de charneles en el abdomen y brazos.

Posteriormente, el 1 primero de agosto de 1986, mientras cumplía tareas de defensa de la Revolución, su pelotón fue emboscado por segunda vez, en la comunidad “La Chincaca”, km 184.5 carretera a San Carlos. Con tan solo 22 años, ofrendó su vida por defender la conquista del pueblo y el derecho a ser libres.

Sus restos descansan en el cementerio municipal de Acoyapa, junto al de otros héroes y mártires de la Revolución.

Trece meses después, el 22 de septiembre de 1987, caería en similares circunstancias, su hermano menor, Fernando Mercedes Dávila Barrera.

El sacrificio de estos compañeros, irremplazables dentro de las filas del FSLN y de sus propias familias, son ejemplos imperecederos y luminosos de heroísmo, generosidad y entrega en la defensa del ideal revolucionario, ¡Hasta la Victoria Siempre!

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«Nosotros marchamos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos nuestra causa seguirá viviendo, otros nos seguirán». Augusto C. Sandino.
¡Por esos muertos, nuestros muertos! ¡Juramos defender las Victorias…!