El 6 de agosto de 1945, hace 77 años, bombarderos estadounidenses lanzaron sobre la ciudad japonesa de Hiroshima la primera bomba atómica con uso militar no experimental. La bomba asesinó aproximadamente a 140.000 personas, dejó a 70.000 heridos y una ciudad completamente devastada.
“Cuando se lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima no se consultó al Pueblo norteamericano si se lanzaba la bomba. Eso fue motivo de discusión, de análisis entre unos cuantos científicos con las autoridades norteamericanas y el Presidente, y que más bien la preocupación que había es que si la bomba iba a explotar o no iba a explotar, eso es lo que les preocupaba y hacían cuenta de cuántos miles podría matar la bomba, y cuanto más alto era el número que calculaban que la bomba podía matar, más se alegraban, más se entusiasmaban.
Y se fueron y la lanzaron, y asesinaron de un solo golpe a centenares de miles de Ciudadanos, Niños, Adultos, porque la lanzaron sobre una Ciudad donde no había tropas japonesas, no había tropas, no era ningún objetivo militar […]
Ya desde ahí, o sea, es la maldad que tienen algunos seres humanos y que desgraciadamente es la maldad que han cargado a lo largo de la Historia las potencias, que luego colonizaron África, Asia, América Latina”.
Comandante Daniel Ortega
19 de julio de 2022
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Con la primera bomba atómica sobre la población civil de Hiroshima, se dio inicio a la era nuclear y a la perenne amenaza de una guerra nuclear, que sería desastrosa para la humanidad. Cada 6 de agosto el mundo recuerda con indignación este crimen de lesa humanidad como una herida que aún sigue abierta.
En 1945, las fuerzas aliadas, lideradas por la Unión Soviética, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, derrotaron al eje nazi-fascista: Alemania, Italia y Japón.
El último episodio de la Segunda Guerra Mundial es considerado el lanzamiento, por parte del imperialismo yanqui, de bombas atómicas sobre dos ciudades japonesas, Hiroshima y Nagasaki.
La mañana del 6 de agosto de 1945, una carga de 14 kilotones estalló a unos 600 metros antes de tocar tierra, cegando la vida de seres inocentes, entre ellos niños y niñas, ancianos y ancianas, mujeres y hombres, en fin, todo fue arrasado dejando huellas de dolor e impotencia.
Nadie creía ni cree que Hiroshima fuera una base militar. Sin embargo, hasta el día de hoy, ciertos sectores de ultraderecha, tanto en los Estados Unidos, como en otros países occidentales, siguen justificando el uso de las armas nucleares contra Japón en 1945 como “un costo necesario para poner fin a la Segunda Guerra Mundial”. Volvamos a leer lo que expresó cínicamente al respecto el primer ministro británico Winston Churchill en 1953:
“Reducir la resistencia japonesa en una lucha de hombre a hombre y conquistar el país palmo a palmo habría supuesto la pérdida de un millón de soldados americanos y la mitad de británicos. Ahora [con la bomba atómica] esta imagen de pesadilla se ha desvanecido. Además, ya no tendríamos que recurrir a los rusos. No necesitábamos pedirles favores”.
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El objetivo estratégico de usar tanto ataques convencionales como nucleares ha sido desencadenar “eventos causantes de bajas masivas”, o sea, decenas de miles de muertes. El propósito de detonar las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto respectivamente, era aterrorizar toda una nación, como medio para conquistarla militarmente.
Los crímenes como los que el 6 y 9 de agosto de 1945 perpetró Estados Unidos contra las indefensas ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, solamente en los primeros días luego de la detonación cobraron la vida de 240.000 personas, más todos aquellos que años más tarde, murieron a causa de la radiación.
Por tanto, la práctica que sigue el Departamento de Estados de elaborar cada año un informe en donde se evalúa la situación de los derechos humanos en todos los demás países del mundo es francamente ridícula si no fuera trágica.
Fuentes:
Acto del 43 Aniversario de la Revolución Popular Sandinista(2022)
Borón, A (2017) El hemisferio izquierdo. Primera edición.
Chossudovsky, M. (2016) Globalización de la Guerra, “la guerra larga” de Estados Unidos contra la humanidad. Managua, 1era ed. PAVSA.