“Estamos a 35 Años del acto heroico del Pacifista, Orden Augusto Sandino, el Compañero Brian Wilson, que nos hace el honor de vivir en esta que es su patria también. Aquí donde vive vamos a celebrarle esa fecha histórica, conmemoración de heroísmo entregando su vida y parte de su vida por la paz; la paz en Centroamérica, la paz en Nicaragua.
Cra. Rosario Murillo-29 de agosto del 2022
En el contexto del acto heroico que efectuó el pacifista Brian Wilson, el 1 de septiembre de 1987, hace 35 años, las páginas de nuestra versión impresa narraban la visita que le realizó la compañera Rosario Murillo en el Hospital John Muir, para trasladarle mensaje solidario del pueblo nicaragüense.
Durante la visita, la compañera Rosario Murillo, le comunicó a Wilson, los sentimientos de solidaridad del pueblo de Nicaragua por la acción criminal que sufrió.
“Tu acto de amor constituye una nueva esperanza en la lucha por la paz, tu reclamo de paz representa en estos momentos el reclamo de todo el pueblo nicaragüense y el pueblo norteamericano”, expresó la vicepresidenta Rosario Murillo.
A continuación, el artículo íntegro publicado en 1987:
Visita de la Compañera Rosario Murillo
Brian fue visitado por la compañera Rosario Murillo en el Hospital John Muir, quien llegó a saludarlo en nombre del pueblo de Nicaragua.
Bastante emocionado, Brian le dijo a Rosario que “has venido desde tan lejos para verme. Mientras el presidente de mi propio país no ha tenido ningún comentario ni mucho menos me ha llamado”.
Brian Wilson quiere regresar a Jinotega
El sitio donde fue atropellado Brian Wilson, por una locomotora que le partió ambas piernas, “se ha convertido en un lugar de peregrinación por la paz; ahora es un símbolo de la voluntad de paz del pueblo norteamericano”, expresó a BARRICADA, la compañera Rosario Murillo, quien el sábado visitó, en California, al veterano de guerra de Vietnam que se opone a la política de su gobierno hacia Centroamérica.
En su lecho del hospital John Muir, en California, el héroe de la paz, Brian Wilson, escucha el mensaje solidario del pueblo nicaragüense a través de la compañera Rosario Murillo.
Tras participar brevemente, en el encuentro de esposas de presidentes centroamericanos, la compañera Rosario Murillo viajó a California para saludar a Brian y expresarle el afecto del pueblo nicaragüense, por el cual, en su acción de protesta, el norteamericano sufrió la criminal acción.
Recuperándose de la operación en las piernas y la lesión cerebral, Brian conversó por espacio de una hora con la compañera Rosario, a quien le transmitió su voluntad de continuar contribuyendo al despertar de la conciencia del pueblo norteamericano.
Brian, también expresó su deseo de llegar a Nicaragua en la próxima Navidad y vivir algunos meses del año en Jinotega para trabajar con los campesinos de ese sector.
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Afirma Rosario Murillo. Wilson: Nueva esperanza de paz
La compañera Rosario Murillo, expresó su esperanza a Brian Wilson, de que el sacrificio del veterano de guerra norteamericano proporcione “elementos de reflexión a la Administración Reagan” para que esta escuche el clamor de paz.
En una entrevista en el Hospital “John Muir”, de esta pequeña comunidad a unos 50 kilómetros al este de la ciudad de San Francisco, la esposa del presidente nicaragüense Daniel Ortega, comunicó a Wilson los sentimientos de solidaridad y pésame del pueblo de Nicaragua por la acción criminal que sufrió.
Wilson, quien fue atropellado por un tren militar el pasado primero de septiembre mientras se encontraba en el carril, frente a la base naval Concord, en protesta pacífica contra la política norteamericana hacia Centroamérica, descanso durante 24 horas anteriores a la visita de la compañera Murillo, sin atender a otro visitante, a fin de tener fuerza para hablar con la dirigente nicaragüense, según explicó su esposa Holley.
“Tenemos la esperanza de que su sacrificio, al igual que el de miles de nicaragüenses y el de Benjamín Linder, proporcione momentos de reflexión a la Administración Reagan. Tu acto de amor constituye una nueva esperanza en la lucha por la paz, tu reclamo de paz representa en estos momentos el reclamo de todo el pueblo nicaragüense y el pueblo norteamericano”, expresó Rosario.
Mientras tanto, más de siete mil ciudadanos norteamericanos se manifestaron frente a la base militar Concord, ayer por la tarde, en una masiva protesta en solidaridad con Wilson y contra la continuación de la guerra norteamericana en Nicaragua.
Entre los participantes se encontraban el reverendo Jesse Jackson, la cantante Joan Báez, los veteranos Charles Liteky, Duncan Murphy y George Mizo, (quienes participaron el año pasado con Wilson, en un ayuno en las gradas del Capitolio) y Holley y Wilson.
“Cuando Brian y yo atravesamos hace algunos meses el camino que va de Jinotega a Wiwili, supimos que los contras habían sembrado minas allí y estábamos en todo momento preparados para perder la vida o las piernas”, dijo Holley ante los manifestantes.
“¡Qué irónico que ahora Brian pierda sus piernas en nuestro propio suelo!”, expresó al agregar que acusa directamente a Ronald Reagan de este hecho criminal.
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La visita de la compañera Murillo fue destacada en los principales medios norteamericanos de comunicación. Más de 50 periodista se presentaron en el aeropuerto de San Francisco, para cubrir su arribo, algunos procedentes de lugares tan lejos como norteamericano”. Al concluir su intervención Nueva York. En tanto, otros reporteros llegaron al hospital, ayer por la mañana.
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Antes de su entrevista con Wilson, a las ocho y media de la mañana, Rosario visitó el sitio donde el pacifista fue atropellado: la dirigente nicaragüense expresó que “me quedé tan conmovida al ver el carril todavía manchado con la sangre de Brian. Experimentamos cosas como éstas todos los días en Nicaragua y no deben suceder aquí ni en ninguna parte”.
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Valentía nicaragüense sostiene a Brian Wilson
Brian Wilson, solidaridad del pueblo nicaragüense.
El ciudadano norteamericano arrollado por un tren militar estadounidense que le cercenó ambas piernas, no está centrado en su tragedia ni en su rehabilitación, sino que muestra gran preocupación hacia Centroamérica y mucho optimismo por continuar apoyando la lucha del pueblo nicaragüense para alcanzar la paz.
Así lo vio la compañera Rosario Murillo, cuando lo visitó en el Hospital John Muir, en California, el sábado pasado, cuando, llegó a transmitirle el cariño y solidaridad del pueblo nicaragüense.
El propio Brian le contó a Rosario, según expresó ella a su regreso a Nicaragua, que del pueblo nicaragüense aprendió a tener valor para enfrentar cualquier adversidad y pidió que le transmitiera a sus amigos que su acción frente a la base naval Concord, en donde fue atropellado por un tren, no fue un acto suicida, sino de amor.
[…] Brian expresó su deseo de vivir en Jinotega y trabajar con los campesinos de ese departamento. Su esposa también está decidida a acompañarle y transmitir sus conocimientos a las mujeres de la zona en materia de partos de niños.
“Creemos que, con hombres y mujeres como Brian, se demuestra que en Estados Unidos hay hombres grandes, dispuestos a dar su vida para frenar los abusos que Estados Unidos comete contra la vida de los nicaragüenses” expresó Rosario.
Agregó Rosario, que, pese a que Brian tiene también una lesión en el cerebro, su conversación es muy fluida y que el sábado que lo visitó dejó de ser considerado un paciente en estado crítico y que su favorable condición le permitirá salir pronto del hospital.
Rosario expresó su confianza para que la próxima Navidad, Brian visite Nicaragua, pues esos son los deseos de él, porque siente la necesidad de estar al lado del pueblo nicaragüense. “Esta guerra nos involucra directamente”, dijo Brian a Rosario.
La compañera Murillo conversó con Brian casi una hora y se hizo acompañar de cinco de sus hijos para que en nombre de los niños nicaragüenses le transmitieron su solidaridad a Wilson.
“Realmente la decisión de llevarlos al hospital fue por él, ya que expresó que le gustan muchos los niños”, comentó Rosario.
El mismo día sábado, la compañera Murillo se reunió brevemente con la esposa de Wilson y visitó el lugar donde éste fue agredido; posteriormente conversó con un grupo de pacifistas que nuevamente se congregaron frente a la base militar Concord, para impedir que Estados Unidos continúe enviando armas a Centroamérica.