Barricada

27 de septiembre de 1979: El Comandante Daniel Ortega y el llamado de paz justa para los pueblos

Hace 43 años durante la Trigésima Cuarta Asamblea de las Naciones Unidas, el Comandante Daniel Ortega Saavedra, representando al Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua, pronunció un histórico discurso, haciendo énfasis en la paz justa de los pueblos soberanos.

Esta se trataba de la primera participación del Gobierno de Reconstrucción Nacional en Naciones Unidas. Se dejó en evidencia que con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua habían sido también derrotadas las posiciones injustas, las actitudes entreguistas, la política intervencionista, el crimen, la tortura, el robo, el genocidio, la explotación que representaba la dictadura somocista.

“En nuestro país, el pueblo unido y vanguardizado por el F.S.L.N. derrotó en desigual batalla a las tropas de ocupación que la intervención norteamericana había dejado tras asesinar a Sandino. En Nicaragua siempre se supo ver en Somoza y en su llamada Guardia Nacional la manifestación de la agresión extranjera. Sólo de esa manera puede entenderse la gran unidad del pueblo y entenderse también la barbarie del Somocismo”, destacaba el comandante Daniel Ortega, el 28 de septiembre de 1979 en Naciones Unidas.

Asimismo, el comandante Daniel Ortega, señaló que la lucha de liberación se encontraba en la etapa de la Reconstrucción Nacional, por eso, se convirtió “en blanco de la política imperialista. Los sectores más agresivos de los EE.UU. y de América Central sueñan con restituir al somocismo en nuestra Patria”.

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A continuación, el mensaje pronunciado por el Comandante Daniel Ortega:

Agradecemos la oportunidad que aquí se nos da y saludamos al Presidente de la Asamblea, el Señor representante Salim Amed Salim, y también deseamos reconocer la gestión que a favor del pueblo nicaragüense supo hacer y sique desarrollando el Señor Kurt Waldeim.

Durante 31 años el somocismo usurpó la representación de Nicaragua en las Naciones Unidas.

Durante 31 años la intervención habló por la boca de Somoza y los somocistas en esta sala. Durante 31 años la representación que recorría estos pasillos y hablaba en estos foros en nombre de Nicaragua, agredió la conciencia de los pueblos.

En el año 1948 fue Somoza, fue la guardia somocista, frutos ambos de la intervención, quienes se hicieron miembros de las Naciones Unidas. El 19 de Julio fue el pueblo de Nicaragua el que pasó a ser miembro de las Naciones Unidas.

Durante 31 años, el somocismo encontró apoyo en esta Asamblea […] en aquellos representantes que eran también enemigos de sus pueblos. Con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua han sido también derrotadas las posiciones injustas, las actitudes entreguistas, la política intervencionista, el crimen, la tortura, el robo, el genocidio, la explotación que representaba la dictadura somocista y que era difundida por los cómplices de Somoza. Pero también en la victoria Sandinista han obtenido un modesto pero resonante triunfo los pueblos que han luchado por la liberación nacional, los pueblos que han luchado por la verdadera democracia, los pueblos que han luchado por la paz. Y así como Somoza encontró cómplices en las Naciones Unidas, el pueblo de Nicaragua tuvo hermanos en las Naciones Unidas.

Queremos saludar con nuestra victoria a los representantes de Gobiernos Revolucionarios, de Gobiernos progresistas, de Gobiernos Democráticos que supieron estar al lado del pueblo nicaragüense. La guerra que se libró en Nicaragua fue una guerra de liberación. En nuestro país, el pueblo unido y vanguardizado por el F.S.L.N. derrotó en desigual batalla a las tropas de ocupación que la intervención norteamericana había dejado tras asesinar a Sandino. En Nicaragua siempre se supo ver en Somoza y en su llamada Guardia Nacional la manifestación de la agresión extranjera. Sólo de esa manera puede entenderse la gran unidad del pueblo y entenderse también la barbarie del Somocismo.

La dictadura somocista no tiene paragón en América Latina. Un criminal que es capaz de bombardear escuelas, hospitales, ciudades enteras; de asesinar mujeres, niños y ancianos, de incendiar y saquear el país sólo puede ser un extranjero, mejor dicho: un mercenario y Somoza fue un fiel seguidor de las correrías de William Walker, aquel filibustero del sur de los Estados Unidos, que en el año 1857 luego de incendiar la ciudad de Granada, en nuestro país, dejó escrito un letrero que decía: «HERE WAS GRANADA».

Hemos dicho y repetido que el somocismo dejó entre otras cosas en la bancarrota económica a nuestro país. No trataremos por esta vez de llamar la atención con cifras sobre las pérdidas causadas por el bombardeo de la aviación de la dictadura. Ni sobre la falta de capacidad de pago de nuestro país, ni sobre la deuda externa y demás. Pero creemos obligación de nuestra parte reclamar con energía el apoyo incondicional a la reconstrucción de Nicaragua.

Los pueblos que, en África, en Asia y en América Latina fueron sometidos a la esclavitud, a la servidumbre de los países grandes, civilizados, han ido rompiendo con la dominación a costa de grandes sacrificios. Los hombres han sido declarados libres en el mundo y se ha decretado la independencia y la soberanía en la mayor parte de los países de la tierra, pero otras formas de dominación más sutiles han ocupado el lugar de las cadenas del esclavo. El mercado mundial, los organismos de financiamiento internacional, los bancos, son instrumento de persuasión política y de sometimiento económico. Sabemos que el somocismo fue el más fiel representante de esos intereses extranjeros en nuestra Patria.

El somocismo encadenó la economía de nuestro país; el somocismo facilitó el saqueo de nuestros recursos naturales; el somocismo asumió deudas con la banca internacional en nombre de Nicaragua. ¿Pero vamos a culpar sólo al somocismo? ¿Acaso no conviene preguntarse quién es más responsable, si Somoza, que gestionaba inversiones, prestamos, empréstitos, etc., en beneficio de su enriquecimiento propio, o los que facilitaban esas inversiones, esos empréstitos, etc., en beneficio de su enriquecimiento propio, o los que facilitaban esas inversiones, esos empréstitos y esos préstamos? En el año 1972 un terremoto sacudió a nuestro país. Las pérdidas fueron cuantiosas y la ayuda internacional se volcó rápidamente. Para nadie fue un secreto el hecho de que el dictador y su pandilla de funcionarios civiles y militares se repartieron desde los víveres hasta las donaciones y préstamos financieros. Ese hecho era más que suficiente para condenar a la dictadura a no entregarle un centavo más. Pero otros intereses se impusieron y fueron más poderosas las razones del sometimiento económico, del sometimiento político que los de la justicia y la moral.

En los dos últimos años de dictadura, de repulsa mundial se hizo cada vez más patente. En los dos últimos años la dictadura incrementó su índice de criminalidad de manera ostensible. En los dos últimos años el robo del dictador y sus cómplices se volvió descarada. Pero en los dos últimos años, los empréstitos, los créditos de la banca internacional, a plazos cortos y a intereses duros, se redoblan a tal grado que al pueblo de Nicaragua le tocaría en estos meses cancelar alrededor de 600 millones de dólares y Nicaragua no puede pagar esa deuda, tampoco va a reendeudarse para pagar esa deuda.

Somoza y sus cómplices tienen en cuentas bancarias y en inversiones fuera de, nuestra Patria, el dinero que captaron de la banca internacional, dinero que robaron al pueblo.

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Somoza y sus cómplices deben ser demandados por los acreedores internacionales de Nicaragua.

Es nuestro criterio que la deuda externa que el somocismo dejó a Nicaragua debe ser asumida internacionalmente, sobre todo por los países desarrollados, por los países económicamente poderosos y en primer lugar por los países que rutinariamente alimentaron al somo cismo con el financiamiento. De tal manera que el pueblo de Nicaragua propone a esta Asamblea de las Naciones Unidas dicha idea.

Nuestra lucha, como dijimos, es de liberación nacional y se encuentra en la etapa de la Reconstrucción Nacional. Ese hecho la convierte en blanco de la política imperialista. Los sectores más agresivos de los EE.UU. y de América Central sueñan con restituir al somocismo en nuestra Patria. Una macabra alianza intenta mediatizar nuestra Revolución. Quieren formar la opinión de que el Sandinismo es una amenaza para el Gobierno Salvadoreño. Ahora resulta que los problemas de El Salvador, que los asesinatos de campesinos, de obreros, de religiosos en El Salvador, los provoca Nicaragua.

Algunos representantes norteamericanos dicen haber sido informados por el Gobierno de El Salvador y por industriales y comerciantes salvadoreños de que los Sandinistas echamos a andar varias operaciones en ese país para provocar su caída. El Senador Stone, por ejemplo, asegura eso y salta en defensa de la democracia salvadoreña. Y dice que va a pedir al Gobierno de Estados Unidos una mejor vigilancia sobre Nicaragua. Nosotros vemos todo eso como una provocación; una provocación para justificar sobre Nicaragua presiones económicas, presiones políticas y hasta militares.

No podemos evitar los nicaragüenses, la alegría que produce en el pueblo salvadoreño nuestra victoria. No podemos evitar los nicaragüenses que nuestro ejemplo preocupé a los criminales más connotados de América Latina. Pero a la par de esto hemos definido una política encaminada a normalizar nuestras relaciones con todos los gobiernos del mundo, en un marco de igualdad y respeto mutuo.

[…] Nicaragua, un país pequeño, un país independiente. un país que quiere hacer honor a su no alineamiento, se identifica con el heroico pueblo de Vietnam. Estamos luchando y vamos a seguir luchando con los pueblos y por los pueblos oprimidos del mundo. Estamos luchando y vamos a seguir luchando sin claudicaciones de ningún tipo; estamos luchando y vamos a seguir luchando por el avance de nuestro pueblo; por la defensa de nuestra Revolución; por la paz justa que es la de los pueblos soberanos; por la paz verdadera que es la de los pueblos libres.

Muchas Gracias.