Barricada

Stephen Sefton: 2023, Certezas e incertidumbre

Al fin de cada año es normal hacer inventario de los logros y reveses de los doce meses anteriores y también mirar hacia adelante hacia nuevas victorias y posibles amenazas. Por supuesto nadie puede prever o predecir con seguridad exactamente qué va a pasar en el año que viene. Sin embargo, tanto en el contexto regional de América Latina y el Caribe como a nivel internacional global, hay procesos en marcha que nos permiten trazar algunos lineamientos del futuro. Este año pasado ha sido notable primero por las cada vez más aparentes manifestaciones del impacto del cambio climático y, segundo, por el impulso al desarrollo de un mundo multipolar provocado por las agresivas políticas de Estados Unidos y sus aliados contra Rusia y China.

Hay una interacción compleja entre estos dos procesos que afecta temas cómo, por ejemplo, el acceso a y manejo de los recursos naturales, los patrones de la migración humana entre las regiones, la organización de la agricultura y comercio internacional y la sostenibilidad de las estructuras económicas globales. Ambos procesos señalan el final del sistema capitalista por ser insostenible tanto moral y políticamente como en términos del medio ambiente. Los cambios en proceso tendrán efectos en muchos sentidos, pero probablemente lo más inmediato para los países del mundo mayoritario es la aceleración hacia el fin del dominio occidental de la economía y comercio mundial. Una breve exploración de las certezas e incertidumbres provocados por estos cambios puede darnos una idea de qué esperar en 2023 y más adelante.

Certezas

Aunque solamente es uno entre los diversos teatros del conflicto mundial entre los países imperialistas y el mundo mayoritario, ciertamente la guerra de la OTAN contra la Federación Rusa en Ucrania es el más dramático. En una conferencia de prensa del pasado día 22 de diciembre el Presidente Vladimir Putin expresó de manera categórica que la Federación Rusa va a lograr su objetivo de defender y proteger a la población rusoparlante de Ucrania. Dijo: “Nadie quiere nuestra unificación y consolidación, solo nosotras y nosotros y vamos a hacerlo y vamos a lograrlo”.

En la misma sesión de preguntas y respuestas, el presidente Putin estuvo claro de lo que enfrenta. Hablando de Estados Unidos y sus aliados, hizo referencia a cómo acumularon su riqueza en base a la esclavitud y la expoliación de otros países. Observó, en relación al intento de los países occidentales de crear un cartel de consumidores del petróleo, “Están acostumbrados a robar a los demás y un intento de aplicar medidas reguladoras contra la operación del mercado en la esfera de la economía es el mismo pillaje colonial, o por lo menos, un intento de robo colonial.”

Este pasado 21 de diciembre, el Vice Presidente de la Federación Rusa, el compañero Dmitry Medvedev, visitó a China en su capacidad de presidente del partido Rusia Unida, invitado por el Partido Comunista de China y se reunió con el Presidente Xi Jinping. La Cancillería de la República Popular China reportó en relación a la visita: “El desarrollo de una relación completa entre China y Rusia, para coordinar como socios estratégicos frente a una nueva era, es una elección estratégica de largo plazo hecha por ambas partes en base a sus respectivas condiciones nacionales. China está lista para trabajar con Rusia para impulsar constantemente el avance de las relaciones China-Rusia en la nueva era y hacer la gobernanza global más justo y equitativo.”

Y para hacer su posición todavía más clara, el Ministro de Relaciones Exteriores de China, el compañero Wang Yi, en un reciente simposio sobre la situación internacional y las relaciones exteriores de su país, comentó, “No nos hemos dejado intimidar por ninguna potencia hegemónica ni por su acoso, y hemos actuado con determinación para salvaguardar los intereses esenciales y la dignidad nacional de China”. Así que es un hecho que China va a seguir el desarrollo de sus planes estratégicas en Asia, África y América Latina, especialmente la Iniciativa de la Franja y Ruta. Sus recientemente negociadas relaciones estratégicas con China y Rusia garantizan que Irán, igual que Rusia y China, va a seguir superando los desafíos del bloqueo económico y comercial impuesto por Estados Unidos y sus aliados. Lo mismo aplica en el caso de Cuba, Venezuela y Nicaragua con la solidaridad de sus hermanos países de la Alianza Bolivariana de nuestra América, y todavía más con el apoyo moral y práctico del nuevo gobierno de Lula da Silva en Brasil de enero en adelante.

Incertidumbres

Estas certezas en relación al desarrollo de la multipolaridad en el mundo enfrentan la acentuación de los fenómenos naturales ligados al cambio climático que se acompañan por las grandes incertidumbres geopolíticas. Por ejemplo, no se sabe que será la reacción de los poderes de la OTAN a su inminente derrota estratégica militar en Ucrania. Para ellos la derrota es inaceptable, porque, como dijo el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg en el pasado mes de octubre “Es importante para todos nosotros y nosotras que Ucrania gane esta guerra porque si gane Putin no solamente será una derrota para Ucrania sino para toda la OTAN.” De tal manera que es imprevisible qué será la respuesta de las élites de los países de la OTAN a la derrota que van a sufrir en Ucrania.

En este momento, la alianza occidental no tiene las fuerzas militares ni la base industrial de producción de armamentos para enfrentar a la Federación Rusa en una guerra convencional. Las y los especialistas norteamericanos y europeos más cuerdas temen la posibilidad de una guerra nuclear provocada por los dementes asesores extremistas alrededor del presidente estadounidense, los llamados “neocons”. En cambio, otra incertidumbre es la reacción de las poblaciones norteamericanos y europeos al dramático declive en su nivel de vida por motivo de los efectos de las agresivas medidas coercitivas occidentales contra la Federación Rusa y China. Muchos especialistas esperan cambios políticos de amplio alcance en los países de la Unión Europea en los próximos dieciocho meses.

En relación a China, los Estados Unidos y sus aliados siguen promoviendo una política de enfrentamiento militar a la vez que declaran de manera hipócrita que reconocen la soberanía de China sobre su provincia de Taiwán. El aliado estadounidense clave en la región, Japón, está avanzando al abandono de las limitaciones constitucionales sobre el aumento de su capacidad militar ofensiva. Estados Unidos sigue impulsando enormes ejercicios militares en Corea del Sur en un esfuerzo en vano de amedrentar al valiente y determinado pueblo y gobierno de la República Popular Democrática de Corea. Es imposible saber qué resultará de las interminables provocaciones estadounidenses en una situación tan delicada. Lo mismo aplica en el caso de Israel con sus políticas agresivas contra Siria, Palestina e Irán y en el caso también de Arabia Saudita con su desastrosa guerra contra Yemen.

A nivel económico el impacto de todos estos y otros conflictos críticos internacionales y las constantes políticas agresivas de los Estados Unidos también provoca mucha incertidumbre e inseguridad. Es prácticamente imposible prever los movimientos en los precios del petróleo, del gas natural, de los alimentos y los insumos para producirlos entre otros recursos esenciales. Y no es únicamente la insegura situación geopolítica que influye sobre los factores económicos en el mundo. Para mencionar solo un ejemplo, la creciente escasez de agua en Estados Unidos ha resultado en la decisión de algunas autoridades y empresas petroleras de empezar reciclar las aguas residuales de las operaciones de fracking para uso en el riego agrícola y aun para el uso humano, una medida impensable hace pocos años.

Para los países del mundo mayoritario de África, Asia y América Latina, es muy positiva la certeza de lo que las autoridades chinas han llamado una nueva era de “gobernanza global más justo y equitativo”. Es algo que los gobiernos de Nicaragua y sus hermanos países del ALBA han anhelado durante muchos años y que han promovido en la práctica por medio de iniciativas regionales como CELAC y UNASUR, entre otras. Y si también es seguro que se enfrenta mucha incertidumbre e inseguridad a nivel internacional, Nicaragua es mejor preparada que nunca para superar cualquier situación, gracias al Buen Gobierno del Frente Sandinista y nuestro Comandante Daniel.

Como comentó nuestra Vice Presidenta Compañera Rosario, después del Acto de Conmemoración de los 50 Años del Terremoto de 1972 en Managua: “Hemos aprendido en cada tiempo y circunstancia a luchar, con toda nuestra Energía, con todo nuestro Corazón, con ese Vigor y esa Gloria que marcaba, que nos señalaba Rubén… A Luchar para Vencer, para trascender. Siempre, en cualquier circunstancia, por difícil que sea, sabemos luchar y sabemos trascender.”

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