Barricada

Revolución Cubana: 64 Años de Dignidad y de Soberanía Inclaudicables

«Son 64 Años de Dignidad y de Soberanía Inclaudicables, los que celebramos hoy juntos, como Revoluciones iluminadas por el Genio y la Visión preclara de Fidel, al que Nicaragua Sandinista supo hermanarse, en idéntica búsqueda de Derechos y Bienestar para nuestros Pueblos […] Celebramos este Aniversario con su Fuerza, Fidel, Raúl, y con la de todos los Héroes y Mártires de esa Cuba Gloriosa, hoy Adelante, Siempre Más Allá» .

Mensaje del Gobierno de Nicaragua, 31 de diciembre de 2022

A 64 años del triunfo de la Revolución Cubana, el Equipo de Barricada, te invita a conocer un poco más sobre este hecho histórico que cambió para siempre la historia de Cuba, convirtiéndose en faro para los pueblos dignos de Latinoamérica y el mundo.

Cuba, a finales de 1958

En los meses finales del año de 1958, la gesta revolucionaria que empezó con el desembarco del Granma el 2 de diciembre de 1956 con la consigna de “Victoria o Muerte”, ya dominaba el campo de operaciones.  El Ejército Rebelde, ya no combatía solo en la Sierra Maestra, se peleaba en el llano y alrededor de las principales ciudades, de manera coordinada y eficaz.

Los últimos días de noviembre, la fuerza aérea del dictador Fulgencio Batista, bombardeaba el frente que dirigía el Che Guevara, mientras que tropas del ejército con armas pesadas y tanques lanzaban una ofensiva a tres puntas.  Camilo Cienfuegos llegó con sus compañeros a apoyar y en el combate que duró seis días la ofensiva del ejército batistiano fue derrotada el 4 de diciembre.

La ofensiva de diciembre

La segunda quincena de diciembre fue, como lo describe un historiador, un torbellino de combates y desplazamientos.  Los rebeldes destruyeron dos puentes estratégicos, aislando a las guarniciones de Cabiguán, Sancti Spíritus y Trinidad.  Y los rebeldes, los jóvenes barbudos, pasaron a la ofensiva.  El 16 de diciembre, los combatientes de la columna del Che dinamitaron el puente de la Carretera Central y el enlace ferroviario al este de Santa Clara, aislando la ciudad y La Habana del centro y el oriente de Cuba.   Las guarniciones militares se rendían una tras otra, en medio de la euforia de los combatientes, que sabían que la victoria ya solo era cuestión de poco tiempo.   El Che Guevara y Camilo Cienfuegos sostenían la ofensiva en Las Villas, mientras nuevas columnas recorrían Oriente y Camagüey.  Raúl Castro, con sus hombres, tomó el puerto de Nicaro y la guarnición de La Maya en Guantánamo.   Fidel Castro, mantenía el sitio sobre la guarnición de Maffo y controlaba toda la Carretera Central en oriente.    El ejército de Batista, estaba cercado, sin más alternativa que la derrota.

Fidel Castro Ruz, Comandante en Jefe del Ejército Rebelde, desde su puesto de combate, a la luz de una linterna, mientras sitiaba la guarnición de Maffo, escribió una carta al Che: “La guerra está ganada, el enemigo se derrumba con estrépito, tenemos diez mil soldados encerrados en Oriente.  Los de Camagüey no tienen forma de escapar.  Todo esto es el resultado de una sola cosa: nuestro esfuerzo resuelto”.

La Batalla de Santa Clara

Los rebeldes con brazaletes rojinegros del Movimiento 26 de Julio (M-26-J), entraban victoriosos en ciudades y pueblos, recibidos con alegría por los habitantes.   El 26 de diciembre el comandante Fidel Castro, dio la orden de preparar el asalto a La Habana y prepararse para la batalla de Santa Clara, el último obstáculo en la marcha sobre la capital.  Fueron tres días de intensos combates por la liberación de Santa Clara entre el ejército reforzado con más de 3,500 soldados, equipos modernos de comunicaciones, abundantes municiones y un tren blindado, y los combatientes revolucionarios con sus fusiles, bombas molotov, avanzando a través de boquetes.   Se luchó calle a calle y los revolucionarios siempre seguían en dirección al tren blindado de 22 vagones, que fue destruido la tarde del 29 de diciembre.  Intentando escapar, el tren blindado arrancó a toda velocidad, descarrilándose en un tramo que había sido levantado y fue cercado en medio de hierros retorcidos, soldados heridos, vagones incendiados.   En esta acción, cayó el heroico combatiente Roberto Rodríguez, el Vaquerito.  Mientras tanto, en Oriente, Maffo había caído y las tropas de Fidel se dirigían a Santiago de Cuba, cuya caída era inevitable.

La huida del dictador Fulgencio Batista

En medio de una fiesta de Año Nuevo en el Campo Columbia, el dictador Batista, anunció que renunciaba la presidencia, entregando el mando militar al general Cantillo y la presidencia al Carlos Manuel Piedra, el magistrado más antiguo de la Suprema Corte.   A las tres de la madrugada del 1 de enero de 1959, Batista, acompañado de 40 de sus seguidores, partió hacia Republica Dominicana, para buscar la protección del dictador Rafel Leónidas Trujillo.   En otro avión, viajó el alcalde de La Habana, “Panchín” Batista, hermano de Fulgencio Batista y decenas de funcionarios de gobiernos, jefes militares y policiales, y algunos mafiosos.

Marcha hacia La Habana

El 2 de enero de 1959, cumpliendo las ordenes de Fidel, el Che y Camilo avanzaron hacia La Habana.  Desde Santiago, Fidel viajó por tierra hacia La Habana.  El 4 de enero, el comandante Fidel Castro, en un discurso en Camagüey, anunció que a dos días de finalizada la guerra, se avizoraba un mejor destino para el pueblo cubano: “Poco es lo que vamos a prometer, porque esto no es cuestión de promesas.  Se hacen promesas cuando uno está demandando que le crean lo que promete, cuando se está pidiendo algo.  No vamos a prometer nada, vamos a hacer, vamos a empezar a luchar en todas partes; vamos a invertir las energías de nuestros revolucionarios, de esos jóvenes que se jugaban la vida todos los días, de nuestros combatientes, de esos jóvenes que subían y bajaban montañas incansablemente; de este pueblo luchador.  Vamos a invertir esa energía, ahora que no hay guerra, en arreglar esto.  Vamos a empezar, que lo que hay es que empezar.  Y empezar por donde estemos, si estamos en un municipio, empezar por ahí mismo; y cada cual empezar por el suyo y empezar por su provincia y empezar por todas partes.  Vamos ahora a lanzar una ofensiva contra la corrupción, contra la inmoralidad, contra el vicio, contra el juego y contra el robo, contra el analfabetismo, contra las enfermedades, contra el hambre.  Vamos a empezar una ofensiva simultánea, como la ofensiva que terminó con el fin de la dictadura.  Vamos a luchar también contra el imperio de la corrupción, de la explotación, del abuso y de la injusticia, que ahora tenemos un ejército más grande, está todo el pueblo (fragmento)”

A su arribo a La Habana, el 8 de enero, en Ciudad Libertad, Fidel pronunció un emocionado discurso, el camino que empezó a andar el 30 de noviembre de 1956, cuando empezó el proceso de lucha, había cumplido su destino.   Dijo Fidel que la lucha sería larga, que las revoluciones tienen que enfrentar muchas luchas, unas tras otras, que demandan mucho aprendizaje de los dirigentes para resolver los problemas, abnegación, honradez, civismo.

Este destino mejor, a 64 años del triunfo de la Revolución Cubana, es reconocido en los notables avances científicos, en el deporte, educación, salud, producción.   A pesar del criminal bloqueo Cuba, el primer Territorio Libre de América, sigue iluminando el camino de los pueblos de Nuestra América.

Fuente:

Lee Anderson, Jon.  (1997).  Che.  Emecé Editores, Buenos Aires.