Barricada

María Castil, Amada Pineda, dos mujeres, una misma lucha

El 9 de mayo de 1974, hace 49 años, en la ciudad de Matagalpa se desató la represión de la Guardia Nacional, después que un grupo de campesinos recuperaron tierras en las comunidades de Palo Alto y Palo Grande. Fueron encarceladas 48 familias, la compañera María Castil fue asesinada por los esbirros en El Carrizal y la compañera Amada Pineda fue capturada y ultrajada por los guardias al mando del Sargento Soto de la Guardia Nacional.

Escribir sobre las historias de vida y lucha de mujeres y hombres del Frente Sandinista es reafirmar una vez más que las masas trabajadoras del campo y la ciudad, en unión con el resto de fuerza que conformaban nuestro pueblo, encontraron en el FSLN, sobre todo a partir de 1967 y el quinquenio 1970-1975, la fuerza motriz y decisiva en la lucha contra la dictadura somocista.

En ese contexto de lucha continua, el 9 de mayo de 1974, en la ciudad de Matagalpa, se desató la represión de la Guardia Nacional, después que un grupo de campesinos recuperaran tierras en las comunidades de Palo Alto y Palo Grande, además, fueron encarceladas 48 familias.

 Ese fatídico  9 de mayo de 1974 fue asesinada la campesina María Castil, incorporada desde años atrás a tareas clandestinas en la montaña .

La compañera María Castil fue asesinada por los esbirros somocistas en El Carrizal y la compañera Amada Pineda fue capturada y ultrajada por los guardias al mando del Sargento Soto, de la Guardia Nacional.

Amada Pineda, fue víctima de múltiples violaciones y denunció esos abusos por tropas de la extinta guardia somocista.

Se involucró en la lucha sandinista estando en la casa de su padre, donde pasaban constantemente los combatientes sandinistas, entre ellos, Carlos Fonseca Amador, Pablo Úbeda, Chale Haslam.

La compañera Amada Pineda, en entrevista con Alberto Mora, para canal 4 en 2019, nos comentaba que ellos platicaban con su esposo y con su papá y que a partir de ahí se involucró con los sindicatos y su esposo Bernardo Aráuz, inició su labor sindical a favor de los trabajadores.

Ella y su esposo militaron primero en el Partido Socialista y luego se sumaron a la lucha en el FSLN.

Muchos miembros de su familia se dedicaron a organizar a toda la gente, para exigirle justicia a los terratenientes y fue cuando la guardia somocista comenzó la persecución de los sindicalistas.

“En realidad ellos no perseguían a los sindicatos, sino perseguían al Frente”, dijo Amada.

Los ricos mantenían a la guardia en sus haciendas y desde ahí se mantenía la persecución de los colaboradores sandinistas.

La persecución somocista obligó a las Mujeres de El Cuá a huir y a denunciar los crímenes cometidos, porque según Amada ya habían capturado a un montón de gente en esas zonas de montaña.

Amada relató que los jueces de mesta eran los encargados de la represión criminal y vigilaban día y noche los caminos y las comarcas. Los pobladores de la montaña se mantenían más en el monte que en la casa.

Terribles abusos

Sobre los terribles abusos que sufrió a manos de una patrulla de la guardia somocista, Amada relató que su papá le mandó a decir que saliera del lugar donde se encontraba, porque andaban buscando a su esposo. Él no estaba en ese momento, porque estaba estudiando en la Unión Soviética. También buscaban a Lino Centeno.

“Lo andaban buscando a él, pero cuando no lo encuentran a él, yo sabía que me iban a agarrar a mí, entonces le digo yo al señor que llegó a decirme: No, le digo, yo no voy a salir de aquí. Pero tu papa está preocupado”, le dijo.

Sé que está preocupado pero que no se preocupe, que nada me va a pasar”, le reiteró al mensajero.

Refirió que en el monte estaba Catalino Flores, Lenín Ortega y otros compañeros, Amada les llevó ropa, les planchó otras mudadas y les mandó comida.

Sin embargo, en la noche de ese mismo día llegó un primo hermano de Bernardo Aráuz, su esposo, con unos rifles y municiones. Ella le advirtió que los iban a matar y lo instó a llevarse los fusiles.

Ocultaron los fusiles y la guardia no los encontró. A las 2 de la mañana oyó un perro ladrar, ella se levantó y vio a un montón de guardias. La luna estaba como el día.

Ella levantó a una mujer que estaba recién parida y advirtió a los que estaban la zona que se despertaran porque ahí estaba la guardia.

Los guardias los sacaron a todos de la precaria vivienda y tomó a dos de sus hijos, pero los guardias la conminaron a que dejara a los niños con una de las mujeres.

Me amarraron, me tiraron por un montón de madera. Me amarraron como cualquier criminal. Me llevaron a la hacienda de los Castro”, dijo Pineda (Entrevista con Alberto Mora. 2019)

“Yo miré por una ventana que llegó un sacerdote, andaba buscando a una pareja para un cursillo de casados, pero mi papá ya le había dicho, ‘mire padre yo creo que a la Amada ya la agarraron’, entonces el padre comenzó a pedir cuajada, preguntando, preguntado, entonces les dijo, parece como que vinieron unos ahora, venían mujeres, preguntó y le dijeron parece que sí, porque les miré los pies. Íbamos encapuchados y tapados toditos”, relató.

El padre le dijo a mi papá ahí está. Ya había llegado otro señor del lugar donde yo estaba a la tronca y le dijo, mire don Eduardo, agarraron a la Amada, nos agarraron a nueve, solo yo era mujer”.

“Nos sacaban a medianoche, en la madrugada, nos sacaban para interrogarnos”.

Refirió que el mismo día que la capturaron la violaron y la golpearon. Todo su cuerpo se puso morado de la golpiza. “Parecía hígado, me daban y me daban”.

Amada estuvo 10 días presa y sometida a tratos infames.

La amenazaron para que no dijera nada

Cuando la soltaron, los guardias le advirtieron que dijera que no estaba prisionera, que estaba por su propia voluntad, sirviéndoles a ellos y que no le habían hecho nada.

“Cuando yo estoy en Matagalpa me dice un compañero que se llamaba Antonio Castro, ¿qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a hacer? Que yo voy a ir a denunciar”, le respondió Amada.

Castro le preguntó que si sabía en lo que iba a meter si denunciaba aquellos abusos. “Sí ya sé, le digo. O me matan o ven qué hacen, pero yo voy a ir a denunciar esto, sí, le digo”.

Explicó que debía hacer la denuncia de los abusos que le hicieron y para que se conociera que otros compañeros habían quedado prisioneros.

De esa forma salieron libre todos los capturados.

Refirió que desde que la guardia andaba buscando a su hijo mayor, ella estaba en La Tronca, El Carrizal. Llega en la tardecita y le dijo que la guardia había capturado a un compañero llamado Amado Vega, esposo de María Castil.

Los guardias agarraron a su hijo cuando estaba arriba de la casa clavando un zinc y lo jalaron de los pies y lo dejaron caer. “Le pegaron y zanganadas le hicieron, después se lo llevaron y apareció muerto”, añadió.

La denuncia de Amada Pineda de su violación causó una gran conmoción nacional y se conocieron las atrocidades que cometía la guardia somocista con el campesinado en las montañas […]

Ante la denuncia, Amada Pineda, fue acusada por sus propios victimarios por injurias y calumnias.

Pese a todo lo vivido, siguió trabajando con el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

En el año 2018, volvió el dolor para Amada Pineda, cuando ocurrió el asesinato atroz de su hijo Francisco Ramón Aráuz Pineda, en una escena terrible y condenable, en uno de los tranques de la muerte en Managua. Cometido por grupos terroristas de la derecha golpista.

¡Honor y Gloria a María Castil y a las Mujeres del Cuá!

¡Compañero Francisco Aráuz Pineda, ¡Presente!, ¡Presente!, ¡Presente!

Fuentes:

El 19 Digital

https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:88384-amada-pineda-conviccion-y-compromiso-con-los-principios-sandinistas

Entrevista con don Alberto Mora a Amada Pineda, 18 de marzo del 2019.

https://diariobarricada.com/2019/05/09/mayo-1974-matagalpa/

Un pueblo alumbra su historia

Editado por el Departamento de Propaganda y Educación Política Del FSLN.

Impreso en el Centro de Publicaciones «Silvio Mayorga». Julio de 1981.

Primera Edición: 5,000 ejemplares

Managua – Nicaragua Libre

Julio, 2010. Segunda Edición.