Barricada

91 Aniversario del Triunfo del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional

«Y Sandino empezó a dar la batalla y los yanquis pensaban que lo iban a liquidar o que lo iban a hacerse rendir, y ni se rindió, ni se vendió. Y así se los dijo cuando le ofrecían que capitulara: «¡Yo no me vendo, ni me rindo, jamás!». Al final, entonces a los yanquis no les quedó más que retirarse derrotados.

Sandino, Queridos Hermanos, derrotó a las tropas yanquis aquí en nuestra Patria».

Cmdte. Daniel Ortega, 13 de octubre de 2023 

Hoy conmemoramos el 91 Aniversario del Triunfo del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, liderado por el General Augusto C. Sandino. El 1de enero de 1933, se retiraron por completo de Nicaragua las tropas marinas norteamericanas.

El General Augusto Calderón Sandino, el General de Hombres y Mujeres Libres, se incorporó con 29 compañeros al Ejército Liberal que luchaba contra el gobierno conservador de Adolfo Díaz.  Esta Guerra llamada “constitucionalista” duró un año, de mayo 1926 a mayo 1927.   Sandino, llegó a tener más de 1,000 soldados bajo su mando.

La Guerra Constitucionalista finalizó el 4 de mayo de 1927, cuando el enviado especial del presidente estadounidense Calvin Coolidge, el coronel Henry L. Stimson, impone un tratado de paz que es suscrito en Tipitapa, a la sombra de un árbol de Espino Negro.   El jefe del ejército liberal, el general José María Moncada, aceptó los términos del tratado habiéndose asegurado su futura presidencia.  Solo uno de sus generales se opuso al tratado.  Dijo Moncada que el 4 de mayo era un día de fiesta nacional, a lo que Sandino respondió: el 4 de mayo es un Día de Dignidad Nacional, porque se demostró que Nicaragua tiene hijos que la aman.

El 1 de Julio de 1927, desde el Mineral de San Albino, Sandino dio a conocer su primer Manifiesto político a los nicaragüenses, a los centroamericanos y a la raza indohispana, en el que explica las razones para alzarse en armas contra el ejército extranjero de ocupación y los traidores a la patria.  El 1 de septiembre fundó el Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSNN), el “pequeño ejército loco de voluntad y sacrificio”, como le llamó la poeta chilena, Gabriela Mistral.

Seis largos años duró la lucha sandinista, organizada en legendarias columnas guerrilleras que operaron en casi todo el territorio nacional.  El 1 de enero de 1933, los yanquis invasores, no pudiendo derrotar al EDSSN se ven obligados a retirarse de Nicaragua.  Sin embargo, dejan organizado el germen de la dictadura somocista: Juan Bautista Sacasa, es elegido presidente, y Anastasio Somoza García, es hecho general, y nombrado como jefe de la Guardia Nacional.

Fiel a su palabra, el mes de febrero el General Sandino viajó a Managua a firmar el tratado de paz, para dedicarse a consolidar su proyecto autonomista en Las Segovias, en Wiwilí.  La Guardia Nacional mantuvo un asedio constante contra los sandinistas, persiguiendo y asesinando a excombatientes del EDSNN, lo que obligó a Sandino, a viajar a Managua para pedir que se respetaran las condiciones estipuladas en el tratado de paz.  Viajó por primera vez el 20 de mayo de 1933, luego el 30 de noviembre.  Visitas infructuosas.

En febrero de 1934 volvió a Managua, aún con la oposición de sus hermanos de lucha que presentían la traición y la muerte.  No se podía confiar en la Guardia Nacional y su jefe, que no ocultaban su deseo de exterminar a los sandinistas y sobre todo, al General Sandino. El 21 de febrero participó en una cena con el presidente Sacasa, y al mismo tiempo Somoza hecha a andar el plan para asesinarlo.  Al salir de la casa presidencial y bajar por la Loma de Tiscapa, fue capturado y llevado a unos campos es asesinado junto con sus leales amigos y compañeros de armas los generales francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor.   En esos tiempos de muerte la guardia somocista desató una violenta represión en los campamentos de Wiwilí, asesinando a cientos de personas de las cooperativas sandinistas.

El General Sandino, que era consciente de la posibilidad de su martirio, ofrendó su vida y volvió, volvió para guiar a Carlos Fonseca Amador, que fundó el Frente Sandinista de Liberación Nacional, alzando la bandera rojinegra del General Sandino, la misma que sigue ondeando hoy en Nicaragua. En el proyecto permanente de un país en Revolución.