Sin categoría

Un pueblo que espera despierto el amanecer del 19 de Julio

Escrito por : Luis Guerrero 19 de julio de 2025

Cada año, cuando el calendario marca los últimos días del 18 julio, Nicaragua vibra con una energía particular. Se trata de una fuerza colectiva que nace en los barrios, en las comunidades, en las plazas y parques; una fuerza que emerge del amor, del compromiso, de la memoria viva de un pueblo que celebra su historia. Esa energía toma forma en las vigilias revolucionarias, una tradición profundamente nicaragüense que antecede al día más glorioso de nuestra historia reciente: el 19 de Julio, Triunfo de la Revolución Popular Sandinista.

Desde el primer aniversario donde recordar la lucha del pueblo, se hacía junto a fogatas, músicas testimoniales y todo el pueblo reunido frente a la catedral, esperando escuchar las palabras de los combatientes, esperando como llegaba esa primera celebración que ponía la piel de gallina para todos aquellos que al igual que hoy buscan como defender y construir una mejor Nicaragua.

Así a lo largo de los años cada 18 de julio ha venido evolucionando, desde nuevas canciones, nuevos puntos de encuentro, y hoy 2025 nuevos espacios donde compartir con la gente de todo el mundo la alegría de la Revolución Popular Sandinista.

Este 2025 se conmemoran 46 años de aquel amanecer de dignidad, cuando el pueblo nicaragüense, liderado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, derrotó a la dictadura somocista y abrió el camino de la soberanía, la justicia y la paz. Y como cada año, la noche del 18 de julio se convierte en una gran fiesta popular, en la que miles y miles de nicaragüenses velan con alegría, con música, con arte y con esperanza la llegada de una nueva jornada de victorias.

Doña Reyna Mercedes Campos, quien se encontraba con su familia celebrando el 18 de julio expresó “vengo porque tengo convicción, porque amo al Comandante Daniel, porque amo la revolución y porque hoy mañana y siempre seremos y somos sandinistas”.

Reyna Mercedes Campo y su familia

Las vigilias no son un acto protocolario. Son, ante todo, una expresión cultural y política profundamente popular. En cada vigilia se conjugan la memoria histórica y el presente revolucionario. Se cantan himnos, se gritan consignas y se recuerdan los nombres de nuestros héroes y mártires.

En barrios como Batahola Sur, Villa Libertad, San Judas o Reparto Schick, y en decenas de comunidades de todo el país, las familias salen a las calles, decoran sus casas con banderas rojinegras y participan en actos culturales, presentaciones artísticas y juegos tradicionales. Niñas y niños, jóvenes, madres, abuelos y abuelas se integran en un solo espíritu que reafirma que la Revolución está viva y que sigue siendo el motor del proyecto cristiano, socialista y solidario que guía a Nicaragua.

Estas fiestas que hoy es una tradición entre todas las generaciones, tienen un matiz especial, ya que celebran el camino recorrido en 46 años de transformación profunda. En este escenario la señora Aurora Cardoza Gonzalez, quien también se encontraba con toda su familia compartió que “Venimos a celebrar lo que es la revolución en este 46 aniversario de nuestra Revolución Popular Sandinista, cuando nuestro pueblo fue libre realmente libre de la opresión, libre de lo que es toda la invasión y libre de todo el saqueo que también vivimos nosotros como nicaragüenses”.

Aurora Cardoza Gonzalez con sus familiares

En estas vigilias, la alegría es testimonio. La música testimonial, los bailes folclóricos, las dramatizaciones sobre la historia patria y los juegos pirotécnicos que iluminan la noche no son solo entretenimiento: son formas vivas de transmitir el legado revolucionario a las nuevas generaciones. Como lo recuerda Barricada en uno de sus artículos, estas celebraciones son también escuelas de conciencia, espacios donde la historia se aprende desde la vivencia y la emoción colectiva.

Al estar cerca de recibir el glorioso 46 aniversario, Jussmara Samaniego una joven revolucionaria quien con su familia espera las 12 de la madrugada, comenta “Creo que mi primer recuerdo de este día es en Juigalpa, celebrando un 17 de julio, el día de la liberación de mi pueblo y de ahí se ha vuelto tradición con todos el venir a celebrar las nuevas victorias de nuestra Nicaragua.”