Por: Stanlin Vladímir
La «chachalaca», María Elvira Salazar hija predilecta de la gusanera de miami, es una doble moral. Ataca a los líderes Daniel, Nicólas, Raúl y Díaz Canel y los acusa de aferrarse al poder por lo cual perenne los tilda de supuestos dictadores. Ah, pero lo que esta vieja no dice es que ella con su reeleción obtenida este pasado 05 de noviembre en EE.UU. Suma ya tres periodos consecutivos al hilo atornillada a su escaño de congresista republicana en la Cámara de Representantes lo que la ubica en Washington el centro de conspiraciones más grande del mundo, permitiéndole codearse con toda la cloaca de la clase política estadounidense.
La María Elvira Salazar, pertenece a la pandilla de las viejas ardidas que nacieron en Cuba y se fueron al imperio a echar sus pulgas y moverle la cola al Tío Sam, la lista es larga pero solo mencionaré a unas cuantas, Celia Cruz, Gloria Estefan, Cristina Saralegui y la misma María Elvira Salazar. Ellas vendieron su alma al diablo o sea al imperio porque diablo e imperio es la misma cosa. Los gringos le compraron el cuento de que ellas son «libertadoras» y que Cuba es una dictadura. Así con ese rentable falso discurso le han exprimido el dineeo de los impuesto y hasta la sangre a los contribuyentes norteamericanos, pues con el dinero de esos impuestos es que la política gobernante de Washington les paga a estas rabiosas, maniáticas, menopáusicas y perdedoras.
La Elvira Salazar odia a nuestro buen Gobierno Sandinista, pues no le perdona que aquí se le juzgó y procesó a un golpista vendepatria que dicho sea de paso fue su ex y que la dejó por vieja, fea y tóxica pero ella se agarra de ahí para pedir sanciones e intervención militar contra nuestro pueblo. María Elvira Salazar era una periodista venadera, pobretona y del montón porque además como era torpe andaba metiendo micrófono, en una ocasión el Comandante Fidel Castro le concedió una entrevista y cuando lo tuvo de frente se puso más tartamuda, sudó como condenada y las piernas le temblaban, y no era para menos pues frente a ella estaba un líder mundial, un referente de dignidad y un invencible Fidel Castro, el revolucionario al cual su nueva patria imperialista a la que ella se vendió jamás pudo derrotarlo.
Ahora les detallaré de cuánto es el hueso que como si fuese «perra», la Elvira Salazar, lo muerde y no lo suelta y hasta gruñe si alguien atenta a querer quitárselo, el hueso de congresista en la cámara de representante republcana que retuvo en las pasadas elecciones dónde lamentablemente ganó el convicto de Donald Trump.
«Actualmente, su remuneración promedio es de US$174.000 al año. Este salario se traduce en aproximadamente US$14.500 al mes para los miembros de ambas cámaras del Congreso. Las únicas excepciones incluyen al Presidente de la Cámara de Representantes, con un salario de US$18.625 mensuales y US$223.500 anuales, y al Presidente pro tempore del Senado, así como a los líderes mayoritarios y minoritarios en la Cámara de Representantes y en el Senado, con un salario de US$193,400 al año. Esto representa una diferencia que es 13 veces superior al salario mínimo fijado por el gobierno de Estados Unidos, que es de US$1.160″.