En un ambiente cargado de alegría, cultura y orgullo nacional, Nicaragua realizó la entrega de la Antorcha Centroamericana de la Libertad al pueblo hermano de Costa Rica, en el puesto fronterizo de Peñas Blancas. El traspaso simboliza la unión y la esperanza de los pueblos centroamericanos en la conmemoración del 204 aniversario de la Independencia.
La Tea Libertaria recorrió suelo nicaragüense desde el 10 de septiembre, siendo resguardada por 27,671 estudiantes, junto a miembros del Ejército de Nicaragua y oficiales de la Policía Nacional. En cada departamento fue recibida con banderas ondeando, desfiles escolares, expresiones culturales y el entusiasmo de comunidades enteras que rindieron homenaje a los próceres y héroes nacionales.

El traspaso de la antorcha estuvo marcado por la participación de estudiantes destacados, quienes con talento académico, deportivo y cultural representaron el espíritu de la juventud nicaragüense. Ellos portaron con orgullo los símbolos patrios en un recorrido que selló la amistad entre Nicaragua y Costa Rica.
Durante la ceremonia, se intercambiaron obsequios y reconocimientos, resaltando la hermandad que une a ambos pueblos. Los mensajes de estudiantes nicaragüenses y costarricenses coincidieron en reafirmar la valentía de quienes forjaron la independencia y el compromiso de las nuevas generaciones de continuar defendiendo la paz, la libertad y la unidad.

La ministra de Educación de Nicaragua envió un saludo fraternal de parte de las máximas autoridades del país, recordando la importancia de la historia y el fortalecimiento de un modelo educativo con calidad y valores. A su vez, el ministro de Educación de Costa Rica expresó el reconocimiento y la admiración hacia esta tradición que enlaza a la región.
La Antorcha Centroamericana, que partió desde la Plaza de los Libertadores en Guatemala el pasado 2 de septiembre, sigue encendiendo el espíritu de unidad en cada nación que recorre, recordando aquel histórico momento de 1821 cuando la noticia de la independencia cruzó las fronteras a caballo. Hoy, 204 años después, el fuego de la libertad continúa iluminando los corazones centroamericanos, recordándonos que somos pueblos hermanos unidos por la historia, la cultura y la esperanza de un futuro compartido.





