“Qué tragedia más terrible que las bombas que lanzaron los Estados Unidos que son los únicos que en la Historia de la Humanidad han lanzado bombas atómicas en contra de dos Pueblos donde no había ejército, solo había población civil, y lanzaron las bombas en Hiroshima y Nagasaki. Un asesinato brutal, colectivo, donde el horror que se vivió no fue suficiente como para decir, de parte de los que habían lanzado las bombas atómicas, los “padres de la democracia”, los Estados Unidos de Norteamérica fueron los que lanzaron esas bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki”
Comandante Daniel Ortega, 23 de diciembre de 2022
El 6 y 9 de agosto de 1945, bombarderos estadounidenses arrojaron bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. En segundos miles de vidas humanas fueron truncadas. Se estima que más de 450 mil personas murieron de inmediato por ambos ataques y como consecuencia de enfermedades generadas por la radiación nuclear. El Equipo de Barricada les comparte una breve reseña sobre uno de los peores crímenes de lesa humanidad de la historia.
78 años después
Arden nuevamente los campos de guerra en Europa, se lucha de nuevo contra el fascismo que pretende mantener un orden mundial decadente y controlar los recursos naturales vitales para las nuevas tecnologías, como el uranio, el litio y los feraces campos de cultivo en el corazón de Eurasia. En conmemoración de los 78 años de cataclismo provocado por el lanzamiento de bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, se reunieron en Japón representantes de la nación victimaria y de la nación victimizada. El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, evitó mencionar el nombre de Estados Unidos, mientras pedía que nunca más se repitiera este episodio de horror sin pedirlo a quienes desataron la destrucción con plena conciencia del poder letal de las nuevas armas atómicas a fines de la segunda guerra mundial.
Pero la historia es muy conocida y permanece en la memoria histórica de los pueblos del mundo por la dimensión del sufrimiento, dolor y muerte que representó para la población civil de las dos ciudades martirizadas.
Desde el 17 de septiembre de 1942, los Estados Unidos iniciaron el Proyecto Manhattan, bajo el mando del general Leslie Groves. El 16 de julio de 1945 realizaron la primera prueba de esta nueva arma de destrucción letal en el desierto de Arizona, Nuevo México. El 4 de marzo el Jefe de Estado Mayor estadounidense, George Marshall, ordenó identificar los posibles objetivos y se seleccionaron cuatro grandes ciudades del Japón: Hiroshima, Kokura, Kioto y Niiagata.
El General Henry L. Stimson, el mismo que vino a Nicaragua a imponer el pacto del Espino Negro al vendepatria José María Moncada en 1926, se opuso a que Kyoto fuera objetivo, por su importancia religiosa y cultural y convenció al general Marshall de sustituirla por Nagasaki.
Para entonces Alemania ya había capitulado ante las fuerzas aliadas y el Japón se resistía a la inevitable derrota.
Para forzar la rendición de Japón, el presidente de Estados Unidos Harry S. Truman, con plena conciencia de la fuerza destructiva de la bomba atómica, tomo la decisión de lanzarla contra la población civil. El 6 de agosto, un avión B-29 al que el piloto bautizó con el nombre de su madre Enola Gay, lanzó a “Little Boy” (niño), apodo que revela el cinismo de los responsables de la bomba atómica de 4.4 toneladas y 64 kilos de uranio, que explotó con una potencia de casi 16 kilotones de Trinitrotolueno (TNT).
El día empezaba, eran las 8 y 15 de la mañana cuando una luz como de mil relámpagos iluminó la ciudad al tiempo que 166 mil personas morían.
De manera incomprensible, los estadounidenses decidieron lanzar la segunda bomba atómica cuando ya Japón estaba devastado. El 9 de agosto a las 11:02 de la mañana, otro B-29, que llevaba a bordo la bomba llamada “Fat Man” (Hombre gordo) la lanzó sobre Nagasaki, liberando una energía equivalente a 20 kilotones de TNT, matando a 80 mil personas. Miles de vida perdidas en un segundo.
El 2 de septiembre se firmó el acta de rendición de Japón y finalizó la segunda guerra mundial. Pero las consecuencias de los efectos de la radiación persistieron, muchos de los sobrevivientes enfermaron de cáncer y desarrollaron un gen propenso al cáncer que ha afectado a sus descendientes por generaciones, se contaminaron las fuentes de agua y hasta el aire, se calcinó la tierra. Es imborrable la imagen del hongo de la muerte después de la explosión de las bombas atómicas como inolvidable es que fue uno de los peores crímenes de lesa humanidad de la historia.
«Y eso que vimos en los Estados Unidos que se precian de ser la cuna de la Democracia, que tiró la primera bomba atómica en el Mundo, el primer asesinato masivo en el Mundo […] Lo de la bomba atómica […] es una herida que está abierta en la Humanidad, desde entonces»
Comandante Daniel Ortega, 10 de enero de 2023
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