Barricada

91 Aniversario del Tránsito a la Inmortalidad
del General Sandino

“[…] Esta semana de manera particular [estamos] celebrando, honrando la Vida de nuestro General Sandino, también una Leyenda de esas Epopeyas imborrables, eternas, de la Revolución y la Liberación Nuestramericana: Nuestro General Sandino.


¿Cómo rendirle Homenaje?… ¿Cómo? Caminando esta Senda de Liberación, de Dignidad, de Decoro Nacional; ¡Sendas Nicaragüenses, por Gracia de Dios!, ¡Nuestra Historia, nuestra Gloria, nuestra Memoria y nuestro Futuro, ahí vamos! […]”


Compañera Rosario Murillo, Copresidenta de Nicaragua

Con ocasión del 91 Aniversario del Tránsito a la Inmortalidad del General Sandino, Diario Barricada comparte con sus lectores una breve biografía del General de Hombres y Mujeres Libres.

Infancia

El pensamiento de Sandino empezó a forjarse en su infancia al lado de su madre Margarita Calderón, trabajando con ella, compartiendo los azares de la vida; después en la casa de su padre Gregorio Sandino López, al que reclamó ser tratado como hijo. En la adolescencia cuando fue testigo del martirio del General Benjamín Zeledón, cuando llevaban su cadáver al pueblo de Catarina en una carreta, después de la batalla de la Barranca, el 4 de octubre de 1912.  La madrugada de ese día cuando iba a una hacienda de su padre escuchó el estruendo de los disparos de fusiles del combate desigual entre 500 soldados del ejército de Zeledón, y 2,000 marines yanquis unidos a 15,000 vendepatrias.  Años después, Sandino dijo que su lucha era la continuación de la de Zeledón.

Juventud

En su juventud emprendió un viaje a Costa Rica para trabajar como mecánico donde un tío suyo.  A fines de 1920 pasó un tiempo en Bluefields y posteriormente se trasladó a La Ceiba, Honduras.   En 1923 llegó a Quirigua, en el departamento de Izabal en Guatemala, donde se desempeñó como mecánico en las plantaciones bananera de la United Fruit Co.   Este mismo año viajó a México, donde fue comerciante en la capital, obrero de la South Pensylvania Oil Company en Tampico, empleado de la PMF en Alamo, por último se colocó como gerente de una gasolinera de la empresa Hoasteca Petroleum Co.

Autodidacta, capaz de entender la realidad de los pueblos en los libros y en la experiencia misma, participó en los círculos teosóficos que aspiraban a una nueva forma de vivir en la que la humanidad evolucionará buscando Siempre Más Allá.  Aprendió también de la Revolución Agrarista mexicana que con el liderazgo de Doroteo Reyes Arango (Pancho Villa) y Emiliano Zapata, movilizó a millones de campesinos que demandaban que la tierra era para quienes la trabajara.  De todas estas fuentes se nutrió la mente y el espíritu de Sandino.

Seguía con interés las noticias que en su Nicaragua natal libraba los liberales y conservadores.  Esta guerra fue llamada “constitucionalista”, que estalló por el golpe de estado del 17 de enero de 1926, conocido como “El Lomazo”, que fue encabezado por el general conservador Emiliano Chamorro, cuando por la renuncia del presidente conservador, Carlos José Solorzano, correspondía asumir la presidencia Juan Bautista Sacasa, entonces vicepresidente y de filiación liberal.  Esta guerra inició en la Costa Caribe, en Puerto Cabezas, siendo nombrado jefe militar el general José María Moncada.  Esta guerra duró un año y dos días, del 2 de mayo de 1926 al 4 de mayo de 1927.

El regreso a Nicaragua en 1926

Decidió Sandino, renunciar a su trabajo, tomar sus ahorros y regresar a Nicaragua adonde llegó el 10 de junio de 1926.  Consiguió trabajo en los minerales de San Albino, donde animaba la reflexión política entre sus amigos más cercanos, hasta que pasó a la acción.  Junto a 29 de sus compañeros se unieron al ejército liberal y en diciembre se reunieron con Moncada en Prinzapolka.  Moncada le preguntó con cierto desdén “¿A usted quién lo hizo General?” Y Sandino, contestó firmemente: “¡Mis hombres!”  Con la ayuda de mujeres miskitas recuperó armas que habían sido tiradas a las aguas del Mar Caribe. Ya tenía armas y hombres el general. 

El pacto del Espino Negro

Después de sus primeras hazañas militares nadie discutió su grado de General.  Estuvo en el Ejército liberal hasta el 4 de mayo de 1927, cuando José María Moncada, aceptó los acuerdos de paz impuestos por Estados Unidos a través de H. Stimpson, enviado especial del presidente Calvin Coolidge, a la sombra de un espino negro en Las Banderas, municipio de Tipitapa.  Ese día dijo Moncada, era de regocijo porque había terminado la guerra.  Sandino, se negó a reconocer los acuerdos de paz impuestos y dijo que ese día era el de la Dignidad Nacional, porque Nicaragua tenía hijos que la amaban y lucharían contra la intervención yanqui y los traidores vende patria. 

El 12 de mayo, en el municipio de Yalí, departamento de Jinotega, Sandino proclamó: “(…) Yo no estoy dispuesto a entregar mis armas en caso de que todos lo hagan… Yo me haré morir con los pocos que me acompañan porque es preferible hacernos morir como rebeldes y no vivir como esclavos”.  En un mensaje a los interventores Sandino les dijo “¡Yo no me vendo ni me rindo, yo quiero Patria Libre o Morir” !, frase que sintetiza la redención de la patria mancillada por las botas extranjeras.

Otra vez con sus hombres se atrincheró en las agrestes montañas segovianas.  Desde los Minerales de San Albino, en el departamento de Nueva Segovia, dio a conocer su Manifiesto el 1 de Julio de 1927. Había terminado la guerra entre liberales y conservadores, poniendo fin a la era de las paralelas históricas, y empezaba la guerra por la soberanía de Nicaragua.

El 1 de septiembre de 1926 anunció el surgimiento del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSNN), compuesto por campesinos e indígenas, decididos a defender la soberanía con las armas en la mano. Ejército de hombres y mujeres humildes que osaron enfrentarse a los yanquis y sus esbirros locales, con armas antiguas y escasos recursos económicos.  Un “pequeño ejercito loco de voluntad y sacrificio”, como le llamó la poeta chilena Gabriela Mistral.  El EDSNN se propuso luchar por la independencia nacional, desarrollo económico, participación política, enseñanza escolar publica y la retirada de las tropas estadounidenses de ocupación. 

La firma de la paz y la traición

Desde sus campamentos segovianos, inició la campaña para expulsar a los yanquis, que se extendió desde 1927 hasta el 1 de enero de 1933.  Durante este tiempo, las columnas del EDSNN operaron exitosamente en casi todo el territorio nacional y a pesar de su superioridad técnica, económica y militar, la marinería yanqui no pudo derrotarlas. Tomaron la decisión de retirarse paulatinamente hasta que el 1 de enero de 1933 salieron derrotados, sin poder cumplir sus objetivos.  Sin embargo, antes de su retirada, organizaron en 1932 elecciones, supervigiladas por ellos mismos, en las que aseguraron que su fiel servidor Juan Bautista Sacasa, fuere elegido presidente.  Organizaron también la Guardia Nacional, al frente de la cual pusieron al ambicioso general Anastasio Somoza García, el fundador de la dinastía sangrienta.

Sandino había dicho que una vez consumado el retiro de los yanquis, se firmaría la paz.  Leal a su palabra, luego de conversaciones con representantes del gobierno de Juan Bautista Sacasa, con quienes se reunió en enero en San Rafal del Norte, en febrero de 1933 se firmó la paz. Se acordó la amnistía para los combatientes sandinistas, el desarme del EDSNN a excepción de un grupo de 100 hombres que acompañarían a Sandino, y la organización de una cooperativa agrícola en Wiwilí.

Sandino, padre del cooperativismo nicaragüense

Pensaba el General de Mujeres y Hombres libres que el país tenía suficientes recursos naturales para asegurar la felicidad de sus pobladores.  Como parte de los acuerdos de paz, se dispuso junto a sus combatientes y sus familias a crear una comuna en Wiwilí, en las riberas del Río Coco o Wangki, en el departamento de Jinotega, donde se dedicarían a la minería y la agricultura.  El 19 de febrero de 1934 hizo entrega del Acta Constitutiva de la “Central de Cooperativas del Rio Coco, Güigüili”.

Esta cooperativa se regiría por principios de fraternidad.  Sin embargo, el gobierno incumplió los acuerdos y la Guardia Nacional perseguía a los sandinistas desmovilizados y entorpecía la evolución de la cooperativa.  Esto motivó que en mayo Sandino viajara a Managua a demandar el cumplimiento de los acuerdos y el cese del hostigamiento por parte de la Guardia Nacional. En esta ocasión sostuvo una reunión con el presidente Sacasa y aprovechó para visitar Niquinohomo, su pueblo.

Un golpe duro para el general fue el fallecimiento de su Flor de San Rafael, su esposa Blanca Aráuz, al momento de traer al mundo a una niña esperada con amor, Blanca Segovia.   Blanca, la telegrafista de San Rafael, que fue militante de la causa sandinista, autora del himno del EDSNN y que participó activamente en la preparación de los acuerdos de paz.


La noche nefasta de la traición

Febrero de 1934. Como el acoso de la Guardia Nacional continuaba, decidió viajar nuevamente a la capital ante la oposición de sus mas cercanos compañeros, como el general Pedro Altamirano que le rogó con lagrimas en los ojos, Sandino decidió ir a Managua una vez más.  La noche del 21 de febrero fue invitado por el presidente Sacasa, a una cena en el Palacio Presidencial de La Loma de Tiscapa. Lo acompañaba su padre don Gregorio Sandino, y sus generales más cercanos, Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor.

Ese mismo día, Somoza García, convocó a un grupo de militares para acordar un pacto de sangre para asesinar al general Sandino.  Managua se convirtió en un escenario trágico. Somoza, asistió a un recital de poesía de la declamadora peruana Zoyla Cárdenas, en honor a Rubén Darío.  Mientras tanto, las hienas se aprestaban a apresar al general Sandino y sus hermanos de lucha, los generales Estrada y Umanzor.  Habiendo concluido la cena, al bajar de la loma, fueron emboscados y llevados a otro lugar.  Eran las once de la noche cuando en la despoblada ciudad se escucharon los balazos, don Gregorio Sandino, al que no hicieron daño, dijo emocionado: “Ya los están matando, es cierto que el que se mete a redentor termina sacrificado”.  

Ese mismo día, fue asesinado el coronel Sócrates Ismael Sandino Tiffer, en la casa del señor Sofonías Salvatierra, sobreviviendo al ataque el coronel Santos López, que escapó de las garras asesinas de la Guardia Nacional para convertirse más tarde en el eslabón vital entre el EDSNN y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). 

Los días siguientes continuó la matanza, la Guardia Nacional atacó salvajemente a la Cooperativa de Wiwilí, asesinando a cientos de hombres, mujeres y niños.  Los guardias fueron llevados de los cuarteles de Ocotal y Jinotega, con instrucción de exterminar a los sandinistas.  Somoza había informado previamente de este operativo a el embajador estadounidense Arthur Bliss Lane.

Un verdadero genocidio.  Algunos lograron huir al lado hondureño, los que no murieron en las instalaciones de la cooperativa fueron perseguidos en la montaña y en el rio.  El general Ramón Raudales, el jefe del campamento sandinista fue uno de los que sobrevivió a la masacre y dio continuidad a la lucha sandinista en 1958.  En la guerrilla de Raudales, participó el joven Aldo Díaz-Lacayo que iniciaba su propia historia de rebeldía anti somocista y anti imperialista, la que continuó en 1959 cuando se integró a la guerrilla de El Chaparral, en la que Carlos Fonseca Amador empuñó por primera vez las armas guerrilleras.

Sandino, Siempre Más Allá

El 21 de febrero de 1934, se sembró una semilla en el surco de la historia nicaragüense. ¿Han visto a Sandino?  Está vivo y ha dado muchos frutos, tiene multitudes de hijas e hijas, porque no hay semilla más fecunda que sus ideas y, sobre todo, su manera de actuar. 
“El 21 de febrero […] Es un día que nos recuerda quiénes somos, de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos”.

Cra. Rosario Murillo, 20 de febrero de 2025

Fuentes consultadas:

Centro de estudios mexicanos y centroamericanos.  Biografía de Augusto C. Sandino. https://books.openedition.org/cemca/2700
https://elsoca.org/index.php/america-central/movimiento-obrero-y-socialismo-en-centroamerica/6696-nicaragua-4-de-mayo-de-1927-el-pacto-del-espino-negro

https://www.granma.cu/hoy-en-la-historia/2018-02-02/el-convenio-de-paz-que-termino-la-guerra-y-asesino-a-sandino-02-02-2018-10-02-11
https://books.openedition.org/cemca/2702#:~:text=1Mayo%20La%20rebeli%C3%B3n%20liberal,al%20ej%C3%A9rcito%20constitucionalista%20(26)

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