Barricada

Y buscaremos siempre en el ejemplo del Che, la inspiración

Hoy, 9 de octubre, conmemoramos el tránsito a la inmortalidad del Guerrillero Heroico, Ernesto “Che” Guevara, 53 años después de su asesinato en la Higuera, Bolivia, por orden de la CIA.

“El Che se ha convertido en un modelo de hombre no solo para nuestro pueblo, sino para cualquier pueblo de América Latina” 

Comandante. Fidel Castro Ruz

El combate de la Quebrada de El Churo

La Quebrada del Churo, conocida también como Quebrada del Yuro, a seis kilómetros de La Higuera, se libró el último combate de las tropas guerrilleras comandadas por Ernesto Che Guevara y los rangers o “boinas verdes” bolivianos, armados y entrenados por oficiales estadounidenses.  

Al atardecer del 7 de octubre, comenzó el ascenso la columna de 17 combatientes guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional, entre ellos su comandante en jefe.  Este día el Che anotó en su diario: “Salimos los 17 con una luna muy pequeña y la marcha fue fatigosa y dejando mucho rastro por el cañón donde estábamos, que no tiene casas cerca, pero si sembradíos de papa regadas por acequias del mismo arroyo.  A las 2 paramos para descansar, pues ya era inútil seguir avanzando”.    Fueron sus últimas anotaciones en su diario de campaña, para entonces ya se cernía un tenaz cerco sobre ellos.

El domingo 8 de octubre el grupo combatiente se encontraba al fondo del cañón de El Churo.  A eso de las diez y media de la mañana tiene lugar la primera escaramuza.  Evaluando la difícil situación, el Che pide siete voluntarios para cubrir una fuerza de sacrificio y resistencia que cubra la retirada del resto.   Esta misión es asumida por la vanguardia jefeada por Inti (Guido Peredo Leigue) y compuesta por Pombo (capitán Harry Villegas Tamayo), Urbano (capitán Leonardo Tamayo Nuñez), Benigno (capitán Daniel Alarcón Ramírez), Darío (David Adriázola Beizaga), Ñato (Lucho Méndez), y Aniceto (Aniceto Reynaga Gordillo).   Este grupo resistió el ataque y al oscurecer se replegaron.

El comandante Che Guevara y sus compañeros marcharon hacia el sur, donde fueron cercados.  El fuego se rompió a la 1 y 15 de la tarde del 8 de octubre de 1967.  Cien soldados contra 17 guerrilleros.  El choque duró hasta las 6 de la tarde y prosiguió al día siguiente.

Fusiles, carabinas, metralletas, granadas de mano, morterazos, en el fragor del combate.  A las tres de la tarde el Che es herido en el tercio medio de la pierna derecha y su carabina M-1, de fabricación norteamericana había sido inutilizada por un proyectil.   Sin poder caminar, es rodeado y capturado por los soldados.   También son capturados Willy, (Simón Cuba Sanabria) y el profesor Aniceto Reynaga (Aniceto Reynaga Gordillo), ambos bolivianos.

En la requisa del morral del Che, encontraron su Diario de Campaña, libros de historia y geografía de Bolivia, un mapa de la zona guerrillera; una hamaca, un mosquitero, ropa, y una pequeña olla con media docena de huevos duros.  Llevaba un altímetro colgando de su cuello, dos relojes (indispensables por su precisión, uno era de Tuma, teniente Carlos Coello, que había pedido lo hicieran llegar a sus hijos); una pistola alemana calibre 45 sin cargadores, una daga marca Solinger, dos pipas, alguna cantidad en dólares y pesos bolivianos.   Vestía uniforme kaki verde, medias oscuras de lana y cueros atados como zapatos, las sandalias que elaboró El Ñato, el compone todo de la guerrilla. 

Al final del domingo 8 de octubre, habían muerto los guerrilleros cubanos Arturo (José María Martínez Tamayo), Antonio (Orlando Pantoja Tamayo), Pacho (Alberto Fernández Montes de Oca), y el chino, guerrillero peruano (Juan Pablo Chang).    En la quebrada continuaban combatiendo diez guerrilleros.   

El Che es llevado a La Higuera

A eso de las ocho de la noche, en previsión de una contraofensiva guerrillera para recuperar a su comandante (vivo o muerto), los militares ordenan llevar al Che, lo más pronto posible a La Higuera.   El Che camina lentamente, sin desesperación, casi arrastrando los pies, apoyándose en los soldados Choque y Donaire, mientras conversaba con otro, detrás venía Willy, Reynaga, que fue montado en una mula, y unos campesinos que traían los cadáveres de dos guerrilleros, Antonio (capitán Orlando Pantoja Tamayo) y Arturo (capitán René Martínez Tamayo).

A las 7 y media de la noche llegaron al caserío de la Higuera y en una de las aulas de la escuelita dejaron al Che junto a los cadáveres de Arturo y Antonio.   En otra aula pusieron a Willy (Simón Cuba Sanabria) y Pacho (capitán Alberto Fernández Montes de Oca), que estando muy grave murió en el transcurso de ese día sin recibir atención médica.

Después de una noche larga donde fue sometido a presiones por varios oficiales, por fin amaneció.  Willy es llevado a otra habitación y cuando son los 11 y 15 minutos finalizan las consultas y desde La Paz, el presidente René Barrientos Ortuño, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Alfredo Ovando Candia, el general Juan José Torres Gonzáles, jefe del Estado Mayor, el alto mando militar en pleno; el jefe de la CIA en Bolivia, Jhon S. Titon, y el jefe de la misión militar norteamericana, ordenan la ejecución del comandante Guevara.  Fue el general Ovando quien transmitió la orden al coronel Miguel Ayoroa Montaño, quien a su vez la pasó al teniente Pérez Panoso y este a su vez al sargento Mario Terán Ortuño, asesino del comandante Guevara, y al sargento Bernardino Huanca, asesino de Willy.

Era la una de la tarde con diez minutos.  El Che alcanzó a oír los disparos que ultimaron a Willy, instantes después entró el sargento Mario Terán a la habitación, armado con una carabina automática, encargado de cumplir la orden de disparar contra el jefe guerrillero.   Dieron testimonio los que estaban allí que en la hora de la muerte el Che susurró: “Adiós, hijos míos…, Aleyda, hermano Fidel…”    

Los vecinos de La Higuera cubrieron el cadáver con una frazada y el sacerdote rezó una oración.   A las cuatro de la tarde, el cadáver del Che, junto con los de otros seis guerrilleros, fue llevado a bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea Boliviana al hospital de Vallegrande “Señor de Malta”, donde fue depositado en la morgue.

Cuba rinde honores al comandante Guevara

El 18 de octubre de 1967, el comandante Fidel Castro Ruz, en una velada solemne realizada en la Plaza de la Revolución en memoria del comandante Ernesto Che Guevara, pronunció un emotivo discurso del que compartimos estos extractos:

“El Che se ha convertido en un modelo de hombre no solo para nuestro pueblo, sino para cualquier pueblo de América Latina.  Che llevó a su más alta expresión el estoicismo revolucionario, el espíritu de sacrificio revolucionario, la combatividad del revolucionario, el espíritu de trabajo del revolucionario, y Che llevó las ideas del marxismo-leninismo a su expresión más fresca, más pura, más revolucionaria. 

¡Ningún hombre como él en estos tiempos ha llevado a su nivel más alto el espíritu internacionalista proletario!  Y cuando se hable de internacionalista proletario, y cuando se busque un ejemplo de internacionalista proletario, ¡ese ejemplo, por encima de cualquier otro ejemplo, es el ejemplo del Che!  En su mente y en su corazón habían desaparecido las banderas, los prejuicios, los chovinismos, los egoísmos, ¡y su sangre generosa estaba dispuesto a verterla por la suerte de cualquier pueblo, por la causa de cualquier pueblo, y dispuesto a verterla espontáneamente, y dispuesto a verterla instantáneamente!   Y así, sangre suya fue vertida en esta tierra cuando lo hirieron en diversos combates; sangre suya por la redención de los explotados y los oprimidos, de los humildes y los pobres, se derramó en Bolivia.  

Es por eso, compañeros y compañeras de la Revolución, que nosotros debemos mirar con firmeza el porvenir y con decisión; es por eso que debemos mirar con optimismo el porvenir.  ¡Y buscaremos siempre en el ejemplo del Che la inspiración, la inspiración en la lucha, la inspiración en la tenacidad, la inspiración en la intransigencia frente al enemigo y la inspiración en el sentimiento internacionalista!

El Guerrillero Heroico retorna a Cuba

Treinta años después de su asesinato, fueron encontrados los restos del Che y sus compañeros, los que fueron devueltos a Cuba y enterrados con honores militares el 17 de octubre de 1997, en un Mausoleo ubicado en la Ciudad Santa Clara.  En esa ocasión el comandante Fidel Castro Ruz, pronunció palabras de homenaje al Guerrillero Heroico:

“Veo además al Che como un gigante moral que crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia se han multiplicado por toda la tierra.

¿Cómo podría caber bajo una lápida?

¿Cómo podría caber en esta plaza?

¿Cómo podría caber únicamente en nuestra querida pero pequeña isla?

Solo en el mundo con el cual soñó, para el cual vivió y por el cual luchó hay espacio suficiente para él”

(Fidel Castro, en la inhumación de los restos del Che Guevara, en el monumento de la Ciudad de Santa Clara).

Fuentes: Doria Galvarro, Carlos (2019).  El Che en Bolivia. Documentos y Testimonios. La Paz, Bolivia.

Oropeza Echeverría, Daniel (2017). Che.  La Guerrilla Final.  50 años después.  La Paz, Bolivia.