Barricada

Leonel Rugama: Símbolo de la Revolución

«Leonel Rugama representa a una juventud que no se rinde, que sueña y construye una Nicaragua mejor, desde la firmeza de sus ideales».

Comandante Daniel Ortega.

Un día como hoy, hace 76 años nació el insigne poeta y guerrillero, Leonel Rugama. Un joven que, desde temprana edad, demostró una inclinación por la literatura y la poesía, pero también un fuerte compromiso con la realidad social y política que atravesaba Nicaragua en esos tiempos.

Leonel creció en un hogar humilde donde la realidad social que lo rodeaba forjó su carácter. Siempre fue un joven destacado en sus estudios, lo que en 1967 le permitió ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en Managua para estudiar matemáticas, donde poco tiempo después se unió al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), con el objetivo de luchar contra la dictadura somocista. Una decisión que no fue fácil, sin embargo, como todo joven consciente estaba convencido de que su compromiso con el pueblo era inquebrantable.
A pesar de su corta vida, Leonel Rugama dejó un gran legado cultural y revolucionario para la juventud nicaragüense. Actualmente, sus obras y legado son estudiados en los colegios, universidades y centros tecnológicos del país, ya que tienen esa esencia de un joven con compromiso revolucionario. Entre sus poemas más importantes podemos destacar “La tierra es un satélite de la luna”, una obra, sin duda, muy crítica hacia las desigualdades sociales y la extrema pobreza, que caracterizaban a la Nicaragua de la época de Somoza.

En sus poemas, él transmitía ese sentimiento de indignación hacia la explotación, injusticia y opresión que sufría la juventud y el pueblo nicaragüense. A través de sus escritos y su estilo único, fue capaz de conectar con su generación y, por supuesto, con las nuevas generaciones de jóvenes revolucionarios que tiene nuestro país. Su poesía fue una herramienta de denuncia y de inspiración para aquellos que buscaban un cambio verdadero.

“Leonel te planteaba la cuestión de ser hombre, no en el caso del macho, sino en el hombre que adquiere responsabilidad histórica, un compromiso con los demás, de quien lo da todo para felicidad de los demás”. La Montaña es Algo Más que una Inmensa Estepa Verde (Capítulo 2), Comandante Omar Cabezas.

Leonel fue un joven que, al igual que muchos otros, se despojó de lo más valioso que tenía: la vida. Él planteaba, al igual que el Che Guevara, la idea del hombre nuevo, el hombre que saca al hombre de la pobreza y la miseria, y eso era Leonel Rugama, un hombre que ofrendó su vida para que hoy gocemos de una Nicaragua en Paz y en Restitución de Derechos.

Su legado permanece vivo en la mente y corazón de todo un pueblo. Es recordado todos los días desde los diferentes espacios culturales, comunicacionales, deportivos y ambientales.

La juventud comprometida lleva adelante la historia de ese gran joven guerrillero y poeta.
Su ejemplo sigue vivo de generación en generación, inspirando a miles de jóvenes a seguir defendiendo nuestras nuevas victorias. Cada uno de sus versos fueron un grito de resistencia, un llamado a no rendirse ante el enemigo de la humanidad.

Hoy, en su 76 natalicio, es recordado por su icónica frase ¡Que Se Rinda Tu Madre!, pero también por ese legado cultural y político que a temprana edad logró desarrollar.

Leonel siempre tuvo presente los principios e ideales revolucionarios del General Sandino, fue consecuente con sus ideas y mostró su heroísmo y dignidad hasta su último suspiro. Es un ejemplo de valentía y determinación.

Cada vez que un joven recita uno de sus poemas, se honra su memoria y se reafirma el compromiso con sus ideales y la historia. Leonel Rugama sigue presente en cada joven que decide ser un futuro profesional, un técnico para y por su pueblo, en cada estudiante que busca educarse para transformar su realidad y seguir defendiendo su patria, en cada revolucionario que se niega a rendirse.

Leonel Rugama no es uno más en la historia, es un símbolo de lucha, resistencia y amor por su pueblo. Y hoy, 76 años después de su nacimiento, su legado sigue más vivo que nunca en una juventud solidaria, evolucionaria y comprometida.

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