El 22 de agosto de 1978, hace 44 años, el Comando “Rigoberto López Pérez” tomó por asalto el Palacio Nacional en la denominada Operación “Muerte al Somocismo” u Operación “Chanchera” al mando del Comandante Edén Pastora “Cero” exigiendo a Somoza, la liberación de todos los presos políticos, una importante cantidad de dinero y facilidades para abandonar el país.
El operativo fue todo un éxito. La noticia del asalto al Palacio dio la vuelta del mundo. A partir de ese operativo, cambió la correlación de fuerzas internacionales a favor de la lucha de liberación. Y a nivel interno, se convirtió en el preludio de la gloriosa insurrección de septiembre.
A partir de entonces, la lucha contra el somocismo contó con un apoyo cada vez masivo y decidido del pueblo.
Está acción extraordinariamente compleja fue uno de los duros golpes a la dictadura. Acción político- militar que fortaleció a nuestra organización de vanguardia, sacando de la cárcel a sus cuadros más importantes. Enmarcó el llamado a la lucha insurreccional, el cuál explicaba el programa de lucha de la vanguardia de nuestro pueblo, en dónde el sandinismo patentiza la decisión de mantener y conservar la vanguardia hasta vencer o morir.
Los combatientes populares lucharon para una Nicaragua libre. Hoy, en la segunda etapa de la Revolución, seguimos trabajando para erradicar la pobreza, aportar al desarrollo humano sostenible, construyendo un país solidario.
Compartimos con nuestros lectores, el material publicado en la versión impresa de Barricada del 22 de agosto de 1982.
A 4 años del Asalto al Palacio
El 22 de agosto de 1978, un grupo de Combatientes de nuestro pueblo, guiados por la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional protagonizaron la acción heroica, “Muerte al somocismo”, ejecutada por el Comando “Rigoberto López Pérez en las salas del congreso somocista del Palacio Nacional, hoy Palacio de la Revolución.
La decisión de realizar el operativo fue tomada por la Dirección Nacional, en pleno durante los primeros acuerdos de Unidad que se tomaron en Panamá. Y para su ejecución se seleccionó en un principio al ejemplar revolucionario, Comandante Germán Pomares, quien, por razones de salud, a última hora tuvo que ser sustituido.
El año 1978, fue de grandes luchas para nuestro pueblo, vanguardizado por el FSLN, luchas que marcan el preludio de la liberación nacional.
Fue el hecho más relevante y decisivo para el triunfo revolucionario, por orientación de la Dirección Nacional del F.S.L.N, se realiza la Operación del Palacio Nacional como el medio de agitación más perspicaz para el impulso insurrección del pueblo.
El operativo “Muerte al somocismo” fue organizado y ejecutado por el Comando “Rigoberto López Pérez” compuesto por hombres sencillos, combatientes y militantes del F.S.L.N, con el espíritu, la gran decisión, la moral sandinista y la perseverancia de lucha de los héroes caídos posteriormente como: Aldo Guido, Sergio Campos, Gustavo Amaya, José F. Gaitán, David Martínez, Edgar Talento, Wilberto Cano Gaitán, Óscar Pérez Cassar, del Frente Interno.
Está acción extraordinariamente compleja fue uno de los duros golpes a la explicación, a la represión, a la injusticia, a la violación de los derechos humanos en Nicaragua. Acción político- militar que fortaleció a nuestra organización de vanguardia sacando de la cárcel a sus cuadros más importantes. Enmarcó el llamado a la lucha insurreccional el cuál explicaba el programa de lucha de la vanguardia de nuestro pueblo, en dónde el sandinismo patentiza la decisión de mantener y conservar la vanguardia hasta vencer o morir.
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La acción del 22 de agosto deteriora más a la dictadura y representa la orden de abrir el fuego, determinando el momento coyuntural para dar paso a la insurrección y abrir el camino definitivo hacia la liberación nacional, conquistada el 19 de julio de 1979. En consecuencia la “Orden de Abrir” se mantiene en contra de los somocistas y los vende patria, luchando en contra de los explotadores y opresores y en contra de la labor diversionista político- ideológico de los adversarios y enemigos de nuestra Revolución, financiados por el imperialismo y el servicio de la CIA.
En el 4º Aniversario de la toma del Palacio Nacional nuestro pueblo, vanguardizado por el F.S.L.N., demuestra palpablemente su decisión inclaudicable en la entrega heroica y abnegada de nuestras Tropas Guarda Fronteras, Reservistas y Milicianos de Patria Libre o Morir!,
Simbolizan esa decisión inquebrantable, llena de dignidad, de orgullo nacional, de amor patrio y revolucionario, los compañeros del Comando caídos posteriormente a esa acción. Ellos entregaron su vida en aras de construir esta Patria nueva.
A cuatro años del Operativo “Muerte al somocismo”, mantenemos a cada segundo, a cada minuto, y por todo el tiempo que sea necesario, empuñando el fusil, la consigna: “Muerte al somocismo y su Contrarrevolución”.
…Y la dictadura empezó a derrumbarse
La situación política que atravesaba Nicaragua en agosto de 1978 era sumamente delicada.
La gran oleada agitacional que recorrió todo lo largo y ancho de la patria en repudio al asesinado del doctor Pedro Joaquín Chamorro estaba llegando a un punto crítico.
Era necesario entonces para nuestra vanguardia, responder con vigor, con decisión y valentía. Con un golpe que hiciera estremecer al enemigo opresor y que al mismo tiempo prepararan el terreno para futuras revoluciones.
UN PROYECTO AUDAZ
La acción del Palacio, significó para el somocismo un golpe muy duro. Jamás ningún régimen se había visto tan humillado ante una organización revolucionaria.
La denuncia mundial de las barbaridades cometidas por el régimen somocista, la excarcelación de los prisioneros políticos sandinistas y la poderosa ola de optimismo revolucionario que se levantó entre las masas, fueron golpes mortales para el somocismo. El sandinismo por su parte fortaleció su dirigencia, sus estructuras y su influencia incuestionable entre las masas y su indispensable legitimidad internacional.
Nunca el tirano Somoza se imaginó que después del golpe que le dio el FSLN en la toma de la casa de Chema Castillo y con la represión desatada contra la vanguardia y el pueblo, recibiría nuevamente una embestida de esa envergadura.
Veinticinco hombres se tomaron el Palacio Nacional con todos los diputados dentro, algunos ministros y esbirros connotados y más de dos mil personas. Parecía mentira que ese pequeño puñado de jóvenes pudiera dominar favorablemente la situación.
No se trataba de medir fuerzas militares para realizar la acción sino de inteligencia, destreza, astucia y alto nivel de conciencia revolucionaria.
UN COMANDO SELECTO
Por eso los escogidos fueron los más destacados entre los mejores. Los más disciplinados, los más combativos, los más abnegados.
La procedencia de los componentes del Comando “Rigoberto López Pérez”, que llevó la acción, eran de las más variadas. Llegaron compañeros de varias regiones del país a recibir su entrenamiento. Los que participaron fueron el Comandante de Brigada Edén Pastora Gómez, con el número Cero, que era el responsable general de la acción y el Comandante Guerrillero Walter Ferretti, con el número Tres. Cada uno de ellos llevaban a su cargo una escuadra de seis hombres cada una.
Los combatientes que participaron fueron: Emilio, José Méndez, Israel Ramírez, José Santiago Pupiro, Salvador Monge López, Porfirio Sánchez, Eddy Chavarría, Iván Bendaña Sequeira, Lorenzo Hernández, Carlos José Salgado, Belly Ramírez y Rutilio Miranda.
TODO ESTABA MEDIDO PULGADA A PULGADA
Todo estaba calculado. Las puertas. Las distancias entre las oficinas, las ventanas, distancia de del recorrido de las casas de seguridad al punto común y de allí al Palacio, pero no fue hasta las 24 horas antes del operativo que se dio a conocer a los compañeros el plan detallado de la acción. El desplazamiento fue como se previó. Asegurada la asistencia de los diputados somocista se procedió.
Las camionetas se detuvieron cada una en su lugar acordado. Los guerrilleros vestidos de verde olivo se bajaron. El primero en bajar fue el Comandante Edén Pastora. Este había estudiado y ensayado la actitud de los jefes militares somocistas, para hacer creer que se trataba de un comando de la EEBI.
¡APÁRTENSE QUE VIENE EL JEFE!
Al bajar el Comandante Pastora se dirigió a la puerta oriental del Palacio, y gritó a los guardias, ¡Apártense que viene el Jefe!. Los guardias se apartaron y dieron paso a los militares.
¿GOLPE DE ESTADO? NO, ES EL FSLN
El factor sorpresa había dado resultado.
Los guerrilleros estaban a dentro en cuestión de minutos lograron controlar la situación.
La Cámara de Diputados sesionaba. Los guardias somocistas fueron desarmados y sustituidos por guerrilleros sandinistas. La gente se sorprendió. El rumor general era que se trataba de un Golpe de Estado de la Guardia.
El Comandante Pastora que tenía la misión de llegar hasta la Cámara de Diputados lanza una ráfaga y se arma el zafarrancho. Todo el mundo se lanza al suelo. La confusión era total.
“Nos dimos cuenta que se trataba de un operativo del FSLN hasta que uno de los jefes nos preguntó quienes éramos nosotros” señala un periodista que se encontraba cubriendo los debates parlamentarios.
SOMOZA NO QUIERE NEGOCIAR
La primera comunicación con el dictador fue negativa. Después apareció Monseñor Obando y comenzaron los diálogos.
Mientras tanto, rumores circulaban entre la población de Managua. Se sabía que algo grave había ocurrido, pero nadie conocía a conciencia cierta sus verdadero alcances.
Se establecieron diálogos hasta llegar a convenir en la divulgación de los manifiestos, medio millón de dólares y la libertad de los rehenes sandinistas.
La salida de los guerrilleros se dio en total orden. Los empleados del palacio colaboraron, y señalaron que ellos no se sentían como rehenes, sino como militantes sandinistas.
EL PUEBLO SE DESBORDÓ
Las simpatías por el FSLN eran grandes. A la salida, la multitud incalculable espera el paso de los valientes guerrilleros. Somoza había perdido una de sus más vergonzosas batallas política.
El pueblo se lanzó a las calles. La simpatía del pueblo se mostró en todos los rostros de los hombres y mujeres que formaron una gran muralla desde el Palacio hasta el Aeropuerto.
El operativo fue todo un éxito. A partir de ese operativo, cambio la correlación de fuerzas internacionales a favor de la lucha de liberación. Y a nivel interno, se convirtió en el preludio de la gloriosa insurrección de septiembre.
A partir de entonces, la lucha contra el somocismo contó con un apoyo cada vez masivo y decidido del pueblo.
La operación era clara: tomar las armas y combatir bajo la dirección del FSLN porque ni la guardia ni el imperialismo eran invencibles, y el pueblo demostró que sabe luchar y vencer.
LA ACCIÓN FUE MÉRITO DE TODOS
Ese hecho fue mérito no solo del comando, sino de muchas personas que contribuyeron. Fue mérito de “espinita” […], quien proporcionó los planos del Palacio y de otros miembros del FSLN que contribuyeron de alguna manera.
“Fue una acción necesaria, para que haya un mundo donde los niños vivan como niños, porque aún hay una realidad que se seguirá combatiendo. Recibimos como premio la solidaridad del pueblo, y pudimos haber muerto con la sonrisa en los labios… esa era la recompensa”.
LA ESPERANZA DEL PASADO EN UN PRESENTE
Por su parte, el Comandante Guerrillero Walter Ferretti, declaró a Barricada que el hecho de estar con los niños en una fecha tan significativa, es plasmar las esperanzas del pasado en presente que se agiganta cada día y expresa el sentir de los héroes y mártires que cayeron por la libertad del pueblo.