“Crees que la vida es incendio,
Que el progreso es erupción;
En donde pones la bala, el porvenir pones.
No.
Mas la América nuestra…
Que tiembla de huracanes y vive de amor… vive.
Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del sol.
Tened cuidado, hay mil cachorros sueltos del León Español”.
(Fragmentos de la oda “A Roosvelt”, poema citado por el Comandante Daniel Ortega en su histórico discurso, durante la Toma de posesión como Presidente de Nicaragua, el 10 de enero de 1985, en la Plaza de la Revolución).
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Muchos conocen a Rubén Darío por sus versos alejandrinos, por sus descripciones muy sontuosas, las referencias cultas, el canto al amor, a los sentimientos, a la vida y a la muerte.
Muchos subrayan de su poesía “la influencia del parnasianismo francés (perfección formal frente a los descuidos y sentimentalismo excesivo del romanticismo), y la evasión de la sociedad de su tiempo, refugiándose en lo antiguo, exótico, bello y aristocrático, como los mitos griegos, los jardines franceses y los cisnes”.
Sin embargo, el “Poeta de los cisnes” fue también periodista y diplomático y dejó clara su posición antiimperialista en sus escritos, “donde abogó por la inclusión de los más desposeídos en América Latina y fustigó las incesantes intenciones invasoras del imperio norteamericano”.
Para acercarnos a Darío antiimperialista, el Equipo de Barricada/Historia les propone dos lecturas, la primera es un texto periodístico, titulado Por el lado del Norte, que Darío publicó en El Heraldo de Costa Rica, San José, 15 de marzo, 1892.
A continuación, retomamos algunos extractos:
“Por el lado del Norte (1) está el peligro. Por el lado del Norte es por donde anida el águila hostil. Desconfiemos, hermanos de América, desconfiemos de esos hombres de ojos azules que no nos hablan sino cuando tienen la trampa puesta. El país monstruoso y babilónico no nos quiere bien. Si es que un día, en fiestas y pompas, nos panamericaniza y nos banquetea, ello tiene por causa un estupendo humburg. El tío Samuel es el padre legítimo de Barnum.2 «América para los americanos» no reza con nosotros. América para el hombre de la larga pera, del chaleco estrellado y de los pantalones a rayas
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[…]
Mirémonos en ese espejo. Home, sweet home! y la garra lista para nuestro pescuezo. Hormiguero cosmopolita, Briareo cuya cabeza nunca acariciará el sol de ninguna idea, Babel de los pueblos, pozo en donde cae toda la espuma del mar humano; nación deforme, inflada y orgullosa por la fiebre de Nueva York, por el arca de Washington, por el algodón de Boston, por el puerco de Chicago; sin artistas, porque el poco arte que tienen es todo ajeno; mercado en donde todo se vende, por el poder del dios dollar; tierra de los cazadores de hombres; sin nada propio, sin nada genuino, como no sea el fundamento de su espíritu nacional (1)
[…]
Y hay que recordar que en la historia de la diplomacia americana, no ha brillado nunca la buena fe ni la cultura moral. Y nada de tratados de reciprocidad, con quien al hacer el tratado nos pone la soga al cuello. «La tremenda fuerza al servicio del mal existe ya», dice un gran escritor a este respecto. Y es la verdad. El hombre del Norte: ¡he ahí el enemigo!
La segunda lectura que les presentamos hoy es uno de los poemas más significativo del pensamiento antiimperialista y revolucionario de Rubén Darío: la oda, que dirigió al presidente estadounidense Franklin Roosevelt (1882-1945), en la cual “desnudó la perversa garra del capitalismo e intervencionismo que siempre ha rondado sobre Latinoamérica”.
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VIII
A ROOSEVELT
Es con voz de la Biblia, o verso de Walt Whitman,
que habría de llegar hasta ti, Cazador,
primitivo y moderno, sencillo y complicado,
con un algo de Wáshington y cuatro de Nemrod.
Eres los Estados Unidos,
eres el futuro invasor
de la América ingenua que tiene sangre indígena,
que aún reza a Jesucristo y aún habla español.
Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza;
eres culto, eres hábil; te opones a Tolstoy.
Y domando caballos, o asesinando tigres,
eres un Alejandro-Nabucodonosor.
(Eres un profesor de Energía
como dicen los locos de hoy.)
Crees que la vida es incendio,
que el progreso es erupción,
que en donde pones la bala
el porvenir pones.
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No.
Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
que pasa por las vértebras enormes de los Andes.
Si clamáis, se oye como el rugir del león.
Ya Hugo a Grant lo dijo: Las estrellas son vuestras.
(Apenas brilla, alzándose, el argentino sol
y la estrella chilena se levanta…) Sois ricos.
Juntáis al culto de Hércules el culto de Mammón;
y alumbrando el camino de la fácil conquista,
la Libertad levanta su antorcha en Nueva-York.
Mas la América nuestra, que tenía poetas
desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl,
que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco,
que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
que consultó los astros, que conoció la Atlántida
cuyo nombre nos llega resonando en Platón,
que desde los remotos momentos de su vida
vive de luz, de fuego, de perfume, de amor,
la América del grande Moctezuma, del Inca,
la América fragante de Cristóbal Colón,
la América católica, la América española,
la América en que dijo el noble Guatemoc:
«Yo no estoy en un lecho de rosas»; esa América
que tiembla de huracanes y que vive de amor,
hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.
Y sueña. Y ama, y vibra, y es la hija del Sol.
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Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del León Español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser, por Dios mismo,
el Riflero terrible y el fuerte Cazador,
para poder tenernos en vuestras férreas garras.
Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!
A 156 años del natalicio de Rubén Darío, el mensaje que nos envía el poeta a través de su Oda sigue vigente, ya que las ambiciones del Imperio se han vuelto a expresar con fuerza, con políticas y acciones, que intentan mermar los procesos revolucionarios nuestramericanos. Esto con el abierto injerencismo, la aplicación de sanciones, el apoyo a prácticas anticonstitucionales, la desestabilización en distintos países de América Latina y el Caribe y hasta el respaldo a numerosos golpes de estado (como en el caso de Bolivia en 2019 y Perú 2022, para mencionar los más recientes).
En el contexto de hoy, el poema “A Roosvelt” parece profético y Rubén Darío manifiesta de esta manera su pensamiento político revolucionario y antiimperialista, hablando no solo a sus contemporáneos, sino también a cada uno de nosotros.
Nota
(1)
El texto Por el lado del Norte, publicado en El Heraldo de Costa Rica, San José, 15 de marzo, 1892, del cual hemos reproducidos algunos fragmentos, fue retomado del libro deJorge Eduardo Arellano y Pablo Kraudy Rubén Darío. Escritos políticos. Selección, estudios y notas. Managua : Banco Central de Nicaragua, 2010.
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Fuentes:
Rubén Darío antiimperialista y la denuncia el expansionismo yanqui