Barricada

Rindiendo homenaje a la memoria de la joven sindicalista Lidia Maradiaga Cáceres

El 22 de abril de 1966, hace 57 años, la compañera sindicalista Lidia Maradiaga Cáceres fue asesinada por la Guardia Nacional en Santa Rosa del Peñón, Departamento de León.

El Equipo de Barricada/Historia recuerda la vida de una mujer trabajadora y sencilla, quien luchó contra la explotación a la cual eran sometidos los trabajadores del yeso.

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Santa Rosa del Peñón es el segundo municipio más pequeño del departamento de León, surgido sobre yacimientos de oro, cal y yeso. Excavaciones antiguas de minas de oro y cal nos dicen que los colonizadores españoles explotaron este territorio por su riqueza mineral.

Aquí, a mediados de los años sesenta, una joven de 24 años fue asesinada, por haber empezado a organizar a los trabajadores de la yesera. Su nombre era Lidia Maradiaga Cáceres y en los tiempos de la dictadura somocista, ser sindicalista era considerado una amenaza, un factor que podía poner en riesgo los intereses de las clases privilegiadas.

Lidia procedía de una familia en la que la mayoría de sus miembros tenían actitud de liderazgo. Sin embargo, ella era la única entre sus hermanos que sabía leer y escribir. Era trabajadora de la yesera, como su hermano mayor – Miguel Humberto Maradiaga – y como su compañero de vida – Clemente González.

Era madre de tres niños de seis, cuatro y tres años, además, estaba a la espera de otro, cuando fue asesinada.

Fuentes de la época, la describen como una mujer activa, ardiente partidaria del sindicato. Cuando se dio la oportunidad de organizar un sindicato con todos los que trabajaban el yeso, ella fue una de las personas más dispuesta a colaborar. Las reuniones se realizaban la mayoría de las veces en su casa. Siendo ella misma trabajadora de la yesera, tenía experiencia directa de la explotación a la cual eran sometidos los obreros y se activó para que surgiera el movimiento sindical.

En ese entonces, llegó al poblado el dirigente sindical nacional Amadeo Vanegas y ella lo ayudó a salir con vida del lugar. En ese entonces, en la Nicaragua gobernada por el somocismo, a los sindicalistas y a los movimientos sindicales se le miraba como una amenaza al orden constituido.

Lidia Maradiaga fue cruelmente asesinada el 22 de abril de 1966. Su experiencia como sindicalista fue intensa, pero breve. Su vida fue truncada por orden de un empresario local, que quería defender sus intereses de clase.

Lidia, en su sencillez y generosidad, se entregó a una causa que sentía justa

Asesinándola, las élites pudientes y los poderes que las amparaban, querían lanzar un mensaje claro a los movimientos sindicales y a la población nicaragüense. Sin embargo, la lucha antisomocista no se detuvo y la noticia del asesinato de Lidia, conmocionó al país y tuvo fuerte eco también fuera de Nicaragua.

No hay mucha distancia entre el lugar donde cayó y el cementerio.

Su siembra generó conciencia y fue motivo de inspiración para miles de hombres y mujeres, que desde distintas trincheras siguieron luchando hasta llegar al Triunfo, el 19 de julio de 1979.

El ejemplo de Lidia sigue iluminando nuestros pasos de hombres y mujeres trabajadores, 57 años después.

Fuentes consultadas:

La Voz del Sandinismo

https://www.lavozdelsandinismo.com/nicaragua/2011-08-30/santa-rosa-del-penon-celebra-sus-fiestas-patronales/

Agaton

https://carlosagaton.blogspot.com/2018/04/nicaragua-lidia-maradiaga-caceres.html

http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/general/220827/lidia-maradiaga-pionera-de-los-sindicatos-campesinos/

Barricada

https://barricada.com.ni/lidia-maradiaga-caceres/