En Argentina, un hijo mata a su madre y a su padrastro por celos. Tamara Marionsini, de 53 años, y al novio de ella, Silvio Rubén Martini, de 65. Ella enfrentaba un cáncer y en todo momento se mostró feliz por la compañía de su pareja, padrastro del asesino.
Desde un comienzo se supo que el principal sospechoso era Marionsini, quien después de cometer los crímenes se dio a la fuga por la parte trasera de la casa de su mamá. Una empleada de la granja que tenían fue a verlos porque no respondían los mensajes ni los llamados telefónicos.
Fue esta persona la que se topó con la brutal escena de un doble crimen en Argentina. Cuando llegó la Policía, el asesino escapó por el patio trasero, trepando al techo de un galpón lindero. Era Mauricio Cristian Marionsini, el único hijo de la mujer.
El sospechoso había llamado a un Uber y se llevó una mochila en la que juntó todo el dinero que encontró en la propiedad, inclusive el que había en la caja fuerte del negocio.
Joven mató a su madre porque se iba a casar con su padrastro
La principal hipótesis de los investigadores es que el hombre se quería quedar con la casa de su mamá en Argentina. Ya había protagonizado al menos un incidente con ella, que lo denunció por haberla golpeado y mordido la cara. «Te voy a matar», cuentan que la amenazó.
Lo insólito es que él también le hizo una contra denuncia, porque la mujer tenía un revólver en su casa, atemorizada de lo que pudiera pasarle.
Mauricio Marionsini, de 33 años, fue detenido en inmediaciones de una Terminal de Ómnibus en Argentina acusado de haber matado a puñaladas a su madre, Tamara Marionsini, y al novio de ella.
En el momento de la detención, tenía en su poder una mochila con algunos objetos personales, prendas, un celular y una notebook, y al mostrar su identificación, se comprobó que era la persona buscada.
El sujeto no se resistió al operativo e incluso reconoció haber sido el autor del doble crimen que conmocionó a la ciudad en Argentina: «fui yo», le dijo a los uniformados.
Tamara Marionsini y su pareja Silvio Martini fueron hallados sin vida dentro de su casa en Argentina, en el suelo, tapados con bolsas; ultimados a puñaladas con un cuchillo.
«Mara» luchaba contra un cáncer despiadado. Puso un negocio y le costó mucho, pero también salió adelante. Lo que no esperó jamás es que su propio hijo, su «niño eterno», como lo describía, la iba a asesinar, a pesar de sus antecedentes violentos.
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