Barricada

Nació el 23 de junio de 1936 y sigue aquí, guiándonos

El 23 de junio de 1936, hace 83 años nació un niño en el barrio El Laborío, en la montañosa ciudad de Matagalpa, la Perla del Septentrión, conocida por la gesta heroica de sus hijos e hijas indígenas que participaron en la Batalla de San Jacinto el domingo 14 de septiembre de 1856, primera derrota de las huestes filibusteras yanquis.

También fue en Matagalpa donde se dio la rebelión indígena en marzo de 1881 en contra del maltrato y el trabajo forzado para instalar la línea de telégrafo y el mantenimiento de caminos.   Más de siete mil indígenas Matagalpa, con el liderazgo de Lorenzo Pérez, se rebelaron contra el inhumano gobierno conservador de Joaquín Zavala.

Continuó la tradición rebelde y heroica con la llamada “Insurrección de los niños” que estalló el 28 de agosto de 1978 cuando un grupo de adolescentes, casi niños, se levantó al grito de “Patria Libre o Morir” frente a los atropellos, secuestros y asesinatos de estudiantes, obreros y campesinos, por mano de la Guardia.  En aquellos tiempos de lucha caer en manos de la dictadura somocista significaba tortura y muerte.  La dictadura no hacía concesiones a la juventud revolucionaria.

En esa Matagalpa de tradición libertaria, nació el fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Comandante en Jefe Carlos Fonseca Amador.    El niño de ojos claros que cuando tenía nueve años vendía caramelos de nancite en las calles de la ciudad para ayudar a su madre, doña Agustina Fonseca Úbeda, nativa de San Rafael del Norte, el pueblo conocido por su gente de ojos claros.   Fue su padre el señor Fausto Amador Alemán, administrador de la mina La Reina, en San Ramón.

El niño estudiante de la Escuela Superior de Estudiantes de Varones de Matagalpa donde ingresó a los seis años para cursar la educación primaria.

El joven que fue el mejor alumno del Instituto Nacional del Norte durante los seis años de la educación secundaria por lo que se le otorgó, el 4 de marzo de 1955, la “estrella de oro”.   Fundador en sus años juveniles de la revista Segovia, organizador de círculos de estudio para analizar la realidad nicaragüense y latinoamericana.

Sin haber cumplido los veinte años es nombrado inspector y director de la biblioteca del instituto “Miguel Ramírez Goyena”, en Managua, donde se encuentra con el mentor Guillermo Rothschuh Tablada, poeta y educador chontaleño, en ese entonces director de ese prestigioso centro educativo.  Carlos, en su tiempo en el Goyena, organiza la primera expedición estudiantil a la Hacienda San Jacinto, para recupera la memoria histórica de la batalla en que se venció a los filibusteros.

Con 21 años de edad, en 1957, participa en el VI Festival de la Juventud y los Estudiantes en Moscú, y su experiencia la narra en su inolvidable relato que nombró “Un nicaragüense en Moscú”.   Viaja también a Kiev, la Republica de Alemania Democrática.     Viaje que, a su regreso a Managua, en diciembre del mismo año, le costó una temporada en la cárcel.

Combatiente de la gesta guerrillera de El Chaparral, donde recibe un balazo en un pulmón.  Fundador del FSLN, junto a Santos López, Silvio Mayorga, Faustino Ruiz y Tomás Borge.  Estratega de la lucha revolucionaria sandinista, que fue capaz de levantar las banderas del general Augusto C. Sandino y con esto nacionalizar, nicaraguanizar, la revolución.

Carlos, Carlitos, alto, delgado, constante, ejemplar, que dicen que cayó en Zínica, en las húmedas selvas de Waslala, el 8 de noviembre de 1976, el mismo día que cayeron Eduardo Contreras, Carlos Roberto Huembes y Pedro Aráuz.

Carlos, amigo de Tomás Borge desde la juventud, de Víctor Tirado.  Siempre acompañado por revolucionarios de verdad, de los de siempre.

Carlos, el mejor hijo de Sandino, el muchacho de ojos claros, marchó a la eternidad a los 40 años, casi la misma edad de El Ché, de Emiliano Zapata y Augusto C. Sandino.

Carlitos, el niño serio, del barrio El Laborío, el estudiante ejemplar, estudioso de las revoluciones, comandante.  Nació el 23 de junio de 1936 y sigue aquí, guiándonos con su vida ejemplar.