El 1 de agosto de 1975, hace 47 años, Arlen Siu Bermúdez, Mario Estrada, Gilberto Rostrán, Julia Herrera de Pomares, Mercedes Reyes, Juan y Leónidas Espinoza y Hugo Arévalo, cayeron en combate en un enfrentamiento con la Guardia Nacional en El Sauce, León.
Agosto de 1975. Habían pasado ocho meses del exitoso operativo de la toma de la casa de Chema Castillo (27 de diciembre de 1974). Con esta acción, había culminado el periodo de acumulación de fuerzas en silencio y había empezado una nueva etapa de lucha de nuestra organización. En ese momento histórico, la represión de la guardia somocista era brutal, ya que la dictadura se había dado cuenta que el sandinismo estaba más vivo que nunca y representaba la única fuerza en el país capaz de oponerse a la dictadura y ganarle.
En la comarca El Guayabo, cerca de El Sauce, en el departamento de León, existía un campo de entrenamiento sandinista, donde jóvenes guerrilleros iban preparándose en la lucha antisomocista.
Desgraciadamente, uno de los jóvenes que estaba entrenando, decidió renunciar, se fue del campamento y producto de las presiones que recibió en su casa al regreso, se entregó a la guardia, traicionó a sus compañeros y reveló la ubicación del campamento.
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Al localizar la guardia el lugar, se produjo un fuerte combate, en el cual cayeron ocho jóvenes guerrilleros: Julia Herrera (esposa del Comandante Germán Pomares Ordóñez), Arlen Siu, Mario Estrada, Gilberto Rostrán, Mercedes Reyes, Hugo Arévalo, Juan y Leónidas Espinoza.
Julia, Arlen y los otros jóvenes que cayeron ese día, cubrieron la retirada de otros compañeros, que lograron salvarse.
Arlen
Arlen Siu, estudiante de psicología social de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, fue reclutada por el Comandante Ricardo Morales Avilés. Ambos eran originarios de Jinotepe y los unía el sueño de liberar Nicaragua de la dictadura, a través del FSLN.
Desde muy joven, se caracterizó por ser una adolescente sensible y solidaria.
Impartía catecismo en barrios marginales, alfabetizaba en comunidades rurales y se sumó a acciones realizadas por el movimiento estudiantil, por ejemplo, participó en la huelga de hambre de los estudiantes y la toma de las iglesias en Managua, en los días previos al terremoto de 1972.
Estuvo consciente de la realidad social de su país y después del terremoto, se desapareció de su hogar para ayudar a los damnificados de la capital, mientras la dictadura de Somoza robaba la ayuda humanitaria enviada al país.
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Estas experiencias son determinantes para integrarse a las filas del Frente Sandinista.
A través de sus composiciones poéticas, revelaba la condición social de los sectores empobrecidos. Ejemplar, en este sentido, es el poema/canción María Rural:
Hoy quiero cantarte María rural
Oh madre del campo
Madre sin igual
Hoy quiero cantar
Tus vástagos pobres
Tu despojos tristes
Dolor maternal
Desnutrición y pobreza
Es lo que a vos te rodea
Choza de paja en silencio
Solo el rumor de la selva.
Ante la injusticia social, encontró en el FSLN el espacio para luchar en contra de la dictadura, con el propósito de la transformación de la realidad social del pueblo.
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El 21 de marzo de 1975, dejó una nota a sus padres en la página de dedicatoria de la novela Juan Salvador Gaviota del escritor Richard Bach, la cual versa: “Al verdadero Juan Gaviota, que todos llevamos dentro”.
La nota manuscrita que posteriormente sería leída por sus familiares, dice lo siguiente.
A mis padres:
La lucha tenaz del hombre hacia lo perfecto, es verdadero amor; somos más auténticos en la medida en que rompemos barreras y limitaciones, enfrentándonos con valentía y optimismo a las vicisitudes que se nos presentan en el camino; y llegar a descubrir algún día, de que somos capaces de dar mucho más de lo que se nos pide, y que podemos lograr lo que para unos es prohibido o imposible…
Con todo el amor que les profeso,
Arlene.
A través de esta nota de despedida, se pueden intuir los motivos de su integración a la escuela de entrenamiento militar del FSLN en las montañas de León, donde pasó alrededor de cuatro meses. Ahí cumplió veinte años, el 15 de julio de 1979, hasta que el lugar fue detectado por la Guardia Nacional, y en un desigual combate terrestre y aéreo, Arlen, Mercedes Reyes, Julia Herrera (esposa del comandante Germán Pomares) junto a los guerrilleros Mario Estrada, Hugo Arévalo y los hermanos Juan y Leónidas Espinoza, cubrieron la retirada de los demás compañeros.
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Con su valor y abnegación, demostraron ser consecuentes con su pensamiento y fueron capaces “de dar mucho más de lo que se nos pide”.
¡Por esos muertos, nuestros muertos, juramos defender nuestras victorias!