El 1 de agosto de 1975, hace 47 años, Julia Herrera, esposa del Comandante Germán Pomares, cayó en combate con sus compañeros de lucha, Arlen Siu Bermúdez, Mario Estrada, Gilberto Rostrán, Mercedes Reyes, Juan y Leónidas Espinoza y Hugo Arévalo, mientras se enfrentaban a la Guardia Nacional en El Sauce, León.
Julia Herrera, nació en 1953 en El Viejo, departamento de Chinandega, en la finca Santa Cecilia. Sus padres fueron Carlos Manuel Herrera Cruz y Teresa Picado.
Debido a que sus padres anduvieron trabajando de hacienda en hacienda, decidieron enviar a Julia a vivir con su abuelita materna a la ciudad de León, para que estudiara, se preparara y no tuviera que enfrentar una vida dura como ellos, como ellos, que eran obreros agrícolas.
En un testimonio que en su momento Nora Herrera, hermana de Julia, compartió con Radio La Primerísima, ella comentaba que su padre llegaba a León para las marchas de las Fiestas Patrias, para pasarle a Julia agua o algo de comer o de tomar, ya que en ese tiempo los estudiantes recorrían largas distancias bajo el inclemente sol y muchas niñas se desmayaban.
Don Carlos Manuel Herrera recordaba que cuando él era niño, su papá ya había fallecido y no había quien a él le pasara algo de comer o de tomar. Por eso él llegaba a León cuando a Julia le tocaba marchar durante las Fiestas Patrias, para que su hija no tuviera sed ni hambre.
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Julia estudió su primaria y se graduó a los 15 años en el Colegio de Señoritas de la Recolección. En esa ocasión, su padre vendió una fanega de maíz para cubrir todos los gastos para su graduación. Julia se veía muy linda con su uniforme.
Posteriormente, ingresó en un colegio nocturno para concluir sus estudios de bachillerato. Estaba estudiando secundaria, cuando los hermanos Tejada Peralta fueron capturados y uno de ellos, David, atrozmente asesinado por la Guardia Nacional. Su cuerpo nunca fue encontrado y se cree que fue lanzado en el cráter del volcán Masaya.
Ese brutal episodio, que conmocionó a Nicaragua, marcó tanto a Julia, que la joven tomó la decisión de ingresar a la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y se propuso buscar y contactar al comandante Germán Pomares.
Creo que ella lo conoció en la finca del papa del comandante Pomares, que estaba situada casi frente a la finca donde Julia nació, que era de la familia de su abuela materna.
Germán Pomares estuvo preso en 1970 y salió de la cárcel en 1971. Nora Herrera recuerda que entre finales de 1971 e inicios de 1972, Julia y Germán tuvieron una hija a la que bautizaron Celia, en honor a la mamá del comandante Pomares.
Esta niña falleció como a los 6 meses de edad. Es ese entonces, desgraciadamente, era frecuente que los bebés y los niños murieran a temprana edad, ya que bajo el somocismo no había políticas ni programas para proteger a los bebés y niños de enfermedades como diarrea, polio, malaria, entre otras. Tampoco había un programa de vacunación temprana para los más pequeños, ni atención de salud gratuita para el pueblo.
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Fue así que al Comandante Pomares y a Julia les tocó vivir la trágica experiencia de perder a su bebé, por la falta de políticas públicas de salud de la época somocista.
Algunos años más tarde, el 29 de noviembre de 1974 nació su segundo hijo, Germán Pomares Herrera.
Posteriormente, Julia se integró a la guerrilla y se llevó consigo al niño.
Ocho meses después, llegó a la casa a dejar al niño y destruyó las fotos que de ella que su familia tenía en la casa, para que la Guardia, los orejas, los sistemas de seguridad no tuvieran cómo identificarla.
Un tiempo después regresó a ver al niño, pero también a una misión que el FSLN le había encargado.
Los sistemas de seguridad de Somoza la detectaron.
Una vecina, doña Lupita Escalante y su marido Jorge Guido, tenían una carreta y en la madrugada, sacaron a Julia envuelta en una sábana como que era una persona que iba grave, porque la Guardia tenía rodeada nuestra casa. De esta forma, lograron eludir el cerco.
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Posteriormente, también su hermano, Ronald Herrera Picado, convenido por Julia, se integró a la guerrilla.
Cuando Julia cayó en combate en El Sauce, Julia tenía 22 años.
Su hermana recuerda de esta forma los hechos: “Unos días antes de su muerte, un joven vecino de nosotros, que creció con Germán y Julia, se había ido con ellos a la guerrilla.
Desertó de la escuela guerrillera donde ellos se estaban entrenando y recuerdo cómo la familia presionaba al joven para que se entregara.
Para nosotros como familia era difícil ver cómo la familia del joven se movía para lograr su objetivo.
Este joven se entregó a la Guardia y reveló la ubicación del campamento y como consecuencia fueron masacrados los guerrilleros.
Mi hermano Ronald logró salir con vida. Julia y Arlen Siu cubrieron la retirada, y murieron combatiendo, mujeres de gran valor […]”.
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Los campesinos de la zona, cuando vieron que los guardias se habían ido, les dieron sepultura, pero la familia de los muchachos caídos, incluyendo la familia de Julia no pudo acercarse al lugar donde Julia murió.
Su madre, doña Teresa Picado, afirma Norma “siempre la esperó, porque no pudo ver su cuerpo cuando Julia fue abatida, pues la Guardia no lo permitió”.
De hecho, los familiares tuvieron que esperar hasta julio de 1979, cuando el FSLN les envió sus restos y los pudieron sepultar.
Por cuatro años, de 1975 a 1979, la familia Herrera sufrió hostigamiento de parte de la GN: “la casa fue vigilada por la Seguridad Somocista; a don Carlos Manuel los finqueros de la zona le negaron trabajo y finalmente produjeron la quiebra de su panadería porque la Guardia ordenó a los vecinos que nadie debía comprarles pues tenían una hija guerrillera”.
La historia de Julia Herrera de Pomares es una historia de valentía y total entrega a la causa sandinista.
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Su legado sigue vivo, 47 años después de su sacrificio.
Testimonio de: Nora Claudina Herrera Picado, hermana de Julia Herrera, médico especialista en Ginecología y Obstetricia
Fuente: Radio La Primerísima