“Amor de pueblo para cada uno, nos inspiran, son ejemplo en las luchas de estos tiempos, cada tiempo trae sus luchas y cada tiempo tiene la luz, la iluminación, la inspiración, el ejemplo que anima, que fortalece de los Héroes, de los Mártires”
Cra. Rosario Murillo, 2 de junio del 2022
Comunicación diaria
El 3 de junio de 1979, hace 44 años, en el camino a Tonalá, Chinandega, fue emboscado por la Guardia Nacional un grupo de compañeros sandinistas que intentaban trasladar armamento desde un buzón de armas. Cayeron la doctora Lucrecia Lindo, Rodolfo Navarro “Popo”, Rolando Cortez Téllez “Piel Roja”, el doctor Lenín Fonseca y Óscar Ponce.
Entre todos ellos y cada uno de nuestros héroes y mártires escribieron la historia de la libertad con sangre y revolución. En esta Gesta, cae el Doctor Lenín Fonseca, a los 28 años de edad.
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Antonio Lenín Fonseca Martínez nació en la ciudad de León (Nicaragua), el 17 de enero de 1951. Su padre fue Noé Fonseca, propietario del almacén Dreyfus.
Se incorporó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) a través de Francisco José Jarquín “Camilo” y su hermano William Fonseca, alrededor de 1970.
Lenín Fonseca era conocido en las filas revolucionarias del FSLN con el pseudónimo de “Ariel”. Vivía en la colonia El Hipódromo, en el barrio San Felipe; estudió en colegios públicos y se bachilleró en el Instituto Nacional de Occidente (INO) en el año de 1969. Estudió medicina y se graduó en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
La personalidad de Antonio Lenín Fonseca permitió que fuera un compañero que en su trabajo aglutinara gente, o sea, que con su estilo de trabajo atraía, no rechazaba. Para los estudiantes de medicina, fue un buen amigo. Se ganó el sobrenombre de “La Polilla” por su manera de ser: jovial, alegre, bromista, tranquilo.
En esa misma jornada de lucha, en esos días de junio que serían la trocha para liberar Chinandega, en una casa de seguridad, donde se encontraban varios guerrilleros sandinistas, tenían gente dispuesta a combatir, pero faltaban armas. Rodolfo “Popo” Navarro, uno de los jefes que lideraba el plan de insurrección, confió que él tenía un buzón en Tonalá.
Organizaron un contingente de 25 compañeros y comenzaron a caminar por montes, evadiendo a la guardia. Un día y medio después, lograron llegar a la hacienda donde estaba el buzón, descansaron, comieron y una vez repuestos del cansancio con los pies agrietados y sangrantes por la caminata, se dispusieron a marchar a bordo de un camión que consiguieron, a esas alturas, ya contaban con armas de guerra y cacería.
Viajaban en el camión por El Viejo, Chinandega, camino de tierra que conduce a Tonalá. Divisaron un retén de la guardia y pensaron que podían enfrentarlo, pero nunca imaginaron que estaban cayendo en una mortal emboscada.
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Era el 3 de junio de 1979 por la mañana. De los 25 combatientes sandinistas que viajaban en el camión cayeron seis, la guapa y dulce doctora Lucrecia Lindo “Quechita”, la médica que vitaminaba y curaba las heridas de los guerrilleros, Rodolfo “Popo” Navarro, jefe insurreccional, los médicos Lenín Fonseca y Roberto Cortez, Rolando Cortez Téllez “piel roja”, y el estudiante Óscar Ponce.
Ahí entregaron su vida los héroes de Tonalá.
El día 3 de junio del 2019, en un acto en conmemoración a los héroes, Alan Fonseca, hermano de Antonio Lenin Fonseca, señalaba: “Una vez le pregunté porque luchaba, y me dijo: por los niños, en ese momento hace 40 años fue difícil entenderlo, pero hoy si lo entiendo que fue esa causa, porque en ese entonces no tenían acceso a la salud, se morían niños por falta de medicamentos, ahora ese legado se cumple con el Comandante Daniel (Ortega) a la cabeza y el FSLN como vanguardia al pueblo llevando salud y educación”.
Así mismo la Juventud sandinista realizó guardia de honor en la tumba del doctor Antonio Lenin Fonseca ubicada en el cementerio de Guadalupe de esta Primera Capital de la Revolución, León.
“Conmemoramos en vida, celebrando sus legados y caminando esos legados de invariable e irreductible entrega al pueblo y a la Revolución, esa Revolución que representa el ideal cristiano de fraternidad, de justicia, de libertad, de vida buena para todas las familias nicaragüenses”.
Cra. Rosario Murillo, 3 de junio de 2019,
Comunicación diaria a las familias nicaragüense
Fuentes
Revista Correo No. 33.
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