Un día como hoy en 1978, los niños y estudiantes de Matagalpa se insurreccionaron en contra de la dictadura somocista. Esta gesta es conocida como la Insurrección de los muchachos, vanguardizada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Hace 44 años, los niños, estudiantes de secundaria y universitarios de Matagalpa, organizados en el FSLN a través de la Asociación de Estudiantes de Secundaria (AES) y del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) y pueblo en general alzaron su voz en contra de la dictadura somocista por las acciones genocidas que cometía, siendo el preludio del derrocamiento de Somoza.
La “Insurrección de los Muchachos” en Matagalpa mostró la decisión revolucionaria de los más pequeños y la ausencia de miedo al cuerpo armado de la dictadura somocista. El acto de estos heroicos niños fue considerado como una de las manifestaciones populares más importantes de la lucha insurreccional contra el somocismo. Estos muchachos lograron enfrentarse decididamente a la Guardia Nacional, y su acción tuvo repercusión a nivel nacional e internacional.
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Contexto histórico de la Insurrección de los muchachos
Este acto de valentía tiene un antecedente histórico debido a los hechos que ocurrieron en ese año: el 10 de enero el somocismo asesinó al Doctor Pedro Joaquín Chamorro, en febrero surgió la histórica insurrección de Monimbó, donde cayó en combate el Comandante Camilo Ortega, junto con otros valiosos militantes.
En el mes de agosto, después de mucho tiempo de planificación, el Comando “Rigoberto López Pérez” al mando del Comandante Edén Pastora llevó a cabo la Operación “Muerte al Somocismo, Carlos Fonseca Amador” mejor conocida como “Operación Chanchera” el 22 de agosto de ese histórico 1978, logrando la libertad de compañeros sandinistas, lo que motivó al pueblo a sumarse con más decisión a la lucha contra Somoza.
Las calles de Matagalpa fueron tomadas por los muchachos el 28 de agosto de 1978, siendo el detonante el asesinato del compañero José Alberto Chavarría en la Colonia El Mazo, por parte de la guardia genocida.
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La población matagalpina, llevando el cuerpo de Chavarría, se desbordó en las calles de los barrios El Progreso, Guanuca y Palo Alto, mientras los jóvenes, con el apoyo de sus padres de familia y la población en general, iniciaron el levantamiento insurreccional en la perla del Septentrión.
A partir de estos acontecimientos, en las calles de Matagalpa se hicieron trincheras con sacos de abono para protegerse de los ataques de la guardia, formaron escuadras en cada cuadra de los barrios El Progreso, Guanuca hasta llegar a Palo Alto, así como las zonas de los barrios de Santa Ana, San Ramón y la carretera que se dirige hacia a Jinotega.
El pueblo estaba decidido a derrocar a la dictadura somocista
La lucha contra la guardia somocista se desarrolló en condiciones desiguales desde el punto de vista de armamento y preparación militar.
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Los jóvenes enfrentaron a una guardia somocista bien entrenada y armada, mientras que los muchachos tenían poca experiencia militar y contaban solamente con pistolas 22, revólver 38, de vez en cuando una 9 milímetros, bombas de contacto, Molotov.
El día 29 de agosto el Obispo Julián Barni y Aquiles, solicitó a la guardia una “tregua” en los enfrentamientos contra los combatientes sandinistas.
El 30 de agosto llegó a Matagalpa Monseñor Miguel Obando y Bravo para mediar la situación, también llegaron los refuerzos de Managua para la guardia, incumpliendo el acuerdo de 24 horas de cese al fuego, siendo atacado el Hotel Soza, donde asesinaron a Luis Alfredo Amador, Harold Miranda Téllez y Nubia Montenegro.
Posterior a cinco días del levantamiento popular y los hechos de la masacre en el Hotel Soza y según testimonios de combatientes históricos: “… se intensifica el repudio popular y el apoyo del pueblo a los chavalos de la insurrección”.
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El dictador Somoza usó la aviación para reprimir al pueblo matagalpino, usando los Push and Pull que rafagueban a la población y hasta un DC-4, que dejaba caer bombas de 500 libras.
Durante una semana los reflectores nacionales e internacionales estuvieron puestos en las acciones de Matagalpa, la Insurrección de los Muchachos, era noticia alrededor del mundo.
Los niños y jóvenes matagalpinos habían logrado enfrentarse a la guardia por una semana, dejándola cercada, mientras tanto, líderes latinoamericanos como el Comandante Fidel Castro de Cuba, Carlos Andrés Pérez de Venezuela, el general Omar Torrijos de Panamá, Rodrigo Carazo de Costa Rica, José López Portillo de México levantaron su voz para que se detuviera la masacre en Matagalpa, haciendo un llamado a la comunidad internacional.
La guardia usaba la pala mecánica para destruir las barricadas que los jóvenes habían hecho en la calle y los muchachos lograron tomarse la pala mecánica, aunque en esta acción cayó el compañero Dámaso Blandón, asesinado por un francotirador.
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Cuando la guardia fortaleció sus ataques a los muchachos, la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación ordenó la retirada estratégica, para salvaguardar la vida de los combatientes ante los fuertes ataques de la Guardia Nacional. Fue así que en los primeros días de septiembre en horas de la noche se dio la retirada estratégica hacia el Cerro Apante.
La Insurrección de los Niños, también conocida como la Insurrección de los Muchachos, fue un acto de heroísmo, patriotismo, valentía, coraje y sacrificio, con un objetivo común: la lucha, el derrocamiento de la dictadura somocista y la libertad que hoy gozamos los nicaragüenses gracias a nuestros héroes y mártires.
Este hecho marcó la historia de Nicaragua, reflejando la valentía y el amor a la patria que tienen los nicaragüenses para salvaguardar la soberanía de un país digno y libre.
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Fuente consultada:
-Cecilia Costa, Stella Merlos. La Insurrección de los Muchachos. Testimonios, Barricada digital, 28 de agosto de 2019