Barricada

Comandante Tomás Borge: Las cualidades del militante sandinista

¿Cómo son o deben ser los verdaderos sandinistas? El Comandante Tomás Borge contestó esta pregunta en distintos momentos de su vida y en diferentes contextos de la historia del sandinismo.

El día de hoy, a 92 años de su natalicio, compartimos con nuestros lectores una parte del discurso pronunciadoen ocasión de la Primera Sesión Extraordinaria del Congreso Sandinista “Viva Sandino”, que tuvo lugar en la Plaza Parque Augusto C. Sandino, Tiscapa, Managua, el 29 de febrero de 2008.

Consideramos importante, desde el espacio de Barricada/Historia reflexionar, junto con nuestros lectores, sobre las cualidades del militante sandinista.

Te puede Interesar: Lealtad, firmeza, coraje

[…] Y me pregunté también: ¿Cómo son o deben de ser los verdaderos

sandinistas? Valientes, veraces, alegres, sencillos, entregados a las

causas de los pobres. Los sandinistas le llaman a Fidel, Fidel. Toda

la gloria del mundo cabe en Fidel, y los sandinistas así lo

reconocemos, así como el probado espíritu democrático de Hugo Chávez.

El verdadero sandinista es modesto, crítico, rechaza el servilismo, no

ordena, persuade. El auténtico sandinista comparte opiniones, discute

y hace participar a sus compañeros no sólo en las decisiones

políticas, sino también en las decisiones operativas, le da a cada

cual su lugar, no discrimina y no cae jamás en el feo pecado del

autoritarismo. Defiende siempre las causas justas y no le hace

concesiones al engaño, al insulto, a la calumnia y a la crueldad. El

verdadero revolucionario, hijo de Sandino y hermano de Carlos Fonseca

y Rigoberto López, es antiimperialista hasta la sangre y la médula de

los huesos. El verdadero sandinista es partidario de la unidad entre

los revolucionarios, y comprende hasta la consumación de todos los

argumentos que la unidad no es una suma simple y nostálgica, sino una

multiplicación.

Te puede Interesar: Nosotros estamos obligados a tener memoria

Un sandinista no es ni debe ser un disidente, es y tiene que ser un

hombre o mujer con valor para decir cuanto siente sin hacerle el juego

a nuestros enemigos. Un sandinista que se presta a los manejos lúdicos

del pro-yanquismo o de los de ultraderecha es un dundo o un perverso.

Carlos, lo repito una vez más, nos decía: Hay que criticar de frente y

elogiar por la espalda. Quien no critica de frente es un cobarde, y

quien elogia sin pudor es un servil, y, por lo tanto, no puede ser

sandinista, aunque, alguna vez, también lo decía Carlos, es justo

reconocer y hasta elogiar la historia y los méritos de nuestros

hermanos siempre y cuando no haya intereses egoístas de por medio.

Este congreso no es el congreso de la derecha, éste no es el congreso

de los seudo-revolucionarios o de los sandinistas vergonzantes, éste

no es el congreso de los debiluchos, de los cobardes, de los

mentirosos, de los incoherentes, de quienes han perdido el sentido del

humor y la auténtica alegría.

Te puede Interesar: La vida del Comandante Tomás Borge, narrada por el Dr. Aldo Díaz Lacayo

Este congreso es el congreso de los antiimperialistas, de quienes

están enamorados de los pobres, este congreso es de aquellos que

saborean la unidad como si fuera el cáliz de la vida, el seguro de

existencia de la victoria, que entienden la unidad no como glotonería

para saciar apetitos estimulados por ambiciones rastreras, que

entienden la unidad para el servicio y no para ser servidos, que

conciben la unidad no para satisfacer su arrogancia, su vanidad. La

unidad nada tiene que ver con el culto, con el amiguismo, con la

incondicionalidad. La unidad tiene que ver mucho con la fraternidad,

con el respeto y el cariño mutuo, con las bendiciones de la lealtad y

del amor.

Los envidiosos, los engreídos, los sacamantecas, los serruchadores de

piso y los chifleteros no son unitarios.

Doy por inaugurado este congreso habitado por una constelación de

cuadros, de militantes, la gran mayoría de origen popular, muchos de

los cuales tal vez no tengan una almohada para reclinar la cabeza,

pero que forman parte de un ejército de constructores de una nueva

sociedad de hombres y mujeres que no se orinan de miedo, que se

sienten orgullosos de tener la frente levantada como si fuera un

estandarte, de hombres y mujeres sin callos en las rodillas y en el

alma, un puñado de sandinistas con callos en las manos y muchos con

callos en el dedo índice con los cuales dispararon para defender a la

patria y a la revolución.

Te puede Interesar: 30 años de la publicación del libro “Un grano de maíz”

Daniel, hermano, Secretario General: mañana primero de marzo es el Día

Nacional del Periodismo. Permítanme abrazarlos y reconocer su valentía

cuando se enfrentaron a la tiranía de Somoza y defendieron todas las

causas justas, felicitarlos por sus encomiables esfuerzos para

enfrentarse a los enemigos de Nicaragua. Recuerdo el periodismo de

catacumbas, entre otros pedazos de historia de este distinguido

gremio. Aquí estamos, Daniel, para discutir, para marchar con el pecho

erguido y en los pies las botas de las siete leguas, hacia nuevas y

luminosas victorias, apegados al deber, a la unidad, a la lucha.

Fatigados si se quiere, alertas, sin duda, con las pilas puestas, sin

temblar ante los riesgos, vamos, hermano Daniel, a ganar las próximas

contiendas. Aquí, al pie de la silueta del capitán de todos los locos

heroicos, del comandante en jefe, del maestro de las emboscadas y de

las renuncias, del soldado enterrado en el corazón de la patria, y del

resucitado Rigoberto, y no muy lejos, a un tiro de pedrada del

entrañable catedrático de la crítica y de la unidad, nuestro hermano

de cada salida del sol, de aquel de quien alguna vez dijimos, es de

los muertos que nunca mueren.

Te puede Interesar: General de División José Dolores Estrada Vado: solo cumplí con mi deber de soldado

Aquí, desde donde gobernó el rey de las tinieblas –padre, para

siempre, de nuestros adversarios-, muy cerca de donde fuimos

torturados, nos comprometemos a vivir hasta la vida y la muerte por el

Frente Sandinista, por la bandera roja y negra, por la bandera azul y

blanca, y decirle a nuestros mártires, a las mujeres que los llevaron

en sus entrañas, a los héroes desconocidos, muchos de los cuales deben

de estar aquí, a este pueblo iluminado por la sangre y por la marcha

triunfal: ¡¡¡Patria Libre o Morir!!